"Nuestros enemigos son pacientes, y están determinados a volver a golpear", dijo

WASHINGTON.- Otro ataque terrorista, como los que sacudieron el país el 11 de setiembre de 2001, sigue siendo "la más grave amenaza" para los norteamericanos, afirmó el presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush.

"Nuestros enemigos son pacientes, y están determinados a volver a golpear", dijo Bush en el texto adelantado de su discurso de despedida.

En un aspecto más personal, Bush admitió que su administración registró "contratiempos", al igual "que todos los que estuvieron en esta oficina" en el pasado.

"Hay cosas que haría de manera distinta si tuviera la oportunidad -señaló-, pero siempre actué con los mejores intereses para mi país en mi mente".

"Seguí mi conciencia e hice lo que pensé era lo correcto", dijo el presidente y agregó: "Puede que ustedes no hayan estado de acuerdo con algunas de mis decisiones, pero espero reconozcan que siempre estuve dispuesto a tomar las decisiones más difíciles".

Bush entregará el poder a su sucesor electo, Barack Obama, el primer presidente de raza negra de la historia de Estados Unidos.

Obama, dijo el mandatario saliente, "es un hombre cuya historia refleja la permanente promesa de nuestra tierra".

La asunción del presidente demócrata, hijo de una mujer blanca y un inmigrante de raza negra que llegó a Estados Unidos desde Kenia, será "un momento de esperanza y orgullo para toda nuestra nación", añadió Bush.

El presidente saliente, siempre según los párrafos del discurso adelantados por la Casa Blanca, se declaró "lleno de gratitud hacia sus compatriotas".

"Agradezco al pueblo estadounidense por la confianza que me dieron y por las plegarias que levantaron mi espíritu", dijo el mandatario republicano.

Aún en medio de los actuales problemas económicos y la amenaza del terrorismo, Bush se declaró "confiado en la promesa de Estados Unidos".

"Este es un país que inspira a los inmigrantes a arriesgar todo por el sueño de la libertad", dijo Bush.