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La Jornada
 
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actualizado 2 de agosto 2010

 
Crucifijos y funerales
 
Por Alfredo Hernández Sacristán  

Enfermo, siempre podrás sustituir el Crucifijo ausente por el ofrecimiento de ese sufrir, que llevado a ésa Cruz ausente, es corredentor Cristo Jesús

Da la impresión de buscar la confrontación. Me han dicho que van a suprimir los Crucifijos en todos los Centros Oficiales – de hecho ya lo habían llevado a cabo – lo de ahora, la supresión de los funerales como acto público, me he enterado hoy. Será que a este gobierno le sirvo poco.

A lo que íbamos. Pregonan la Alianza…….. pero debe ser contra los católicos. Contra Cristo no creo que vayan pues no creen en El. Y no lo invento, lo exteriorizan, salvo algún “santón” que predica dogmatizando. Además sería escupir contra el Cielo – mi Cielo, se entiende – y tan tontos no creo que sean. Se equivocan tantas veces…..

Pero volviendo a los que nos ocupa y preocupa. Como contra Cristo no pueden, hasta ahí si llegan, ni contra su Iglesia que perdurará y ellos son caducos ( y pueden que antes de lo que quisieran ), persiguen a los católicos y al hacerlo “ fallan a todos los palos “ de las Bienaventuranzas. Es decir que se hallan muy lejos de alcanzar lo que alma ansía. Salvando las distancias.

Son pruebas a los que nos someten. No importa, el ingresado en un hospital o clínica miraba al Crucifijo y se podía identificar con el dolor de quién dio la vida por el género humano. Pero al no verlo….. el dolor continúa existiendo y tú, enfermo, siempre podrás sustituir el Crucifijo ausente por el ofrecimiento de ese sufrir, que llevado a ésa Cruz ausente, es corredentor.

Contra la fé no podrán. Todo pasa, también ellos y todo habrá quedado en un mal sueño. También quieren suprimir los funerales por los que entregaron su vida por la Patria. Mira por donde no veremos a los descreidos, que ni les vá ni les viene y además parece que allí pintan lo que….. otros en misa.

Los funerales en privado, sin “adornos” que a nada conducen, con gentes que recen y lo sientan al rezar. Que el Sacrificio de Cristo es el mismo, para que lo vivamos y apreciemos en toda su magnitud. Eso es lo que aprovecha verdaderamente y tiene unos frutos infinitos. Con esto nos quedamos.

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