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La Jornada
 
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actualizado 25 de Febrero 2010

 
El Caqui (Diospyros kaki)
 
Prof. Christian Cazabonne  
(foto Cortesía)

El caqui, conocido también como kaki, kaky, palo santo…, es una planta arbórea, de la familia de las Ebenáceas, originaria de Japón; de hojas enteras, caducas, alternas, ovaladas o elípticas, verde oscuro brillante en la cara superior, frecuentemente pubescentes en la inferior, de pecíolos cortos. Las flores son solitarias, unisexuales, axilares y de color amarillo cremoso. El fruto es una baya con cáliz persistente, rojo, comestible y del tamaño de una naranja. De semillas oblongas, aplastadas. Se cultiva en países tropicales de América y África. En francés esta planta se le llama kaki al fruto del plaqueminier du Japón.

Esta planta tiene algunos usos medicinales, como para curar diversas dolencias del estómago, tales como acidez, dolores, calambres, etc. Se sanan tomando dos o tres caquis al día y no tienen que estar muy maduros. Se deben comer una media hora antes de las comidas normales.

Para usos medicinales se emplean más que toda la hoja seca y los frutos de esta planta. En infusión, es efectivo para los problemas estomacales; contra las náuseas y el vómito.

También se recomienda para el insomnio. Tiene propiedades de laxante y se utiliza igualmente para combatir la fiebre.

La pulpa de su fruto es un excelente laxante. El fruto de esta planta también tiene propiedades astringentes.

El caqui es una fruta muy dulce y de fácil consumo. Una vez maduro, se abre con facilidad y la pulpa se puede comer con cuchara o cuchillo, según la variedad que se trate, lo que los hace especialmente atractivos para los más pequeños. Y por el mismo motivo, teniendo en cuenta además sus propiedades nutritivas, también son muy recomendables para los jóvenes, los adultos, los deportistas, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las personas mayores.

Por su aporte de provitamina A, se recomienda su consumo a toda la población, y en especial, a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dicha vitamina: personas que deben llevar a cabo una dieta baja en grasa y por tanto con un contenido escaso de vitamina A o para quienes tienen unas necesidades nutritivas aumentadas.

Algunas de estas situaciones son: periodos de crecimiento, embarazo y lactancia materna. Así mismo, el tabaco, el abuso del alcohol, el empleo de ciertos medicamentos, el estrés, la actividad física intensa, el cáncer y el Sida, y las enfermedades inflamatorias crónicas. Las vitaminas A y C, como antioxidantes, contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer. Su riqueza en pectina los hace recomendables para tratar el estreñimiento, eso sí, en su punto de sazón.

Además, por su riqueza en potasio y bajo aporte de sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren de hipertensión arterial o afecciones cardiovasculares. Su contenido de potasio, deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral. e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr

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