Suscríbase | Juegos
La Jornada
 
<volver ::: Varios  

actualizado 25 de junio 2010

 
“Internet es una revolución superior a la imprenta”
 
Por Gloria Díez  
José Antonio Marina. (foto internet)

Marina señala que Nos costaría mucho trabajo poder vivir sin Internet

José Antonio Marina, catedrático de filosofía y escritor de éxito, este hombre ama la inteligencia, la educación y el cultivo de las flores. Tiene en su haber una colección de premios y más de treinta libros. Es su último proyecto, que forma parte de la “Movilización educativa de la sociedad”.

Internet ha cambiado nuestra forma de relacionarnos con los amigos, con el banco, con los periódicos. ¿Es una revolución similar a la imprenta o quizá superior?

Respecto a la comunicación yo creo que es superior a la imprenta, respecto al acceso de las personas al mundo de la cultura, la imprenta fue realmente una revolución genial, pero Internet va en la misma línea. Después de la imprenta, la segunda gran revolución, en cuanto a comunicación, fue la televisión, la tercera el móvil y ahora, la que las ha englobado a todas, porque es multifacética, es Internet.

¿Es una gran memoria colectiva? ¿Un gran consciente colectivo? ¿Un saco cuya dimensión da ya un poco de miedo porque nos desborda?

Empezó siendo una gigantesca autopista de información, había bancos de información muy potentes, y lo que hizo Internet fue ponerlos en contacto de una forma muy rápida y lo que es más importante, muy barata. Esto es realmente lo que ha cambiado el panorama. Cuando Internet se empezó a llenar de contenidos, entonces sí se convirtió en una especie de gigantesca memoria colectiva con la peculiaridad de las tecnologías 2.0. Como son mucho más interactivas, por primera vez en la historia de la humanidad se ha podido asistir a un tipo de creación colectiva muy curiosa. Yo sigo, sobre todo, el fenómeno de la Wikipedia en Estados Unidos. En los estudios que se han hecho, comparándola con la Enciclopedia Británica, la fiabilidad es prácticamente la misma. Porque, aunque no hay una selección de los contenidos en la entrada, se calcula que en la Wikipedia americana un error dura 17 segundos. Sería estupendo si esa capacidad de autocorregirse se utilizara para otros fenómenos sociales, donde no tenemos formas de protegernos contra el error.

Si desapareciera de golpe la red, ¿qué ocurriría?

Nos costaría mucho trabajo poder vivir sin Internet, porque gran parte de la Administración, gran parte de los negocios y gran parte de nuestra convivencia diaria ya se hacen a través de la red.

¿Internet es imbatible para eso? El edificio del periodismo se está viendo removido desde sus cimientos.

Los periódicos tradicionales se dan cuenta de que tienen que cambiar su modo de comunicarse. Se sabe muy bien cómo hacer los periódicos digitales, pero lo que no se sabe es cómo cobrarlos. Y ése es el problema. En el terreno educativo hay un elemento muy claro: dentro de tres o cuatro años, habrá desaparecido el libro de texto en formato de papel.

¿Tan pronto?

Sí, lo más probable es que empiece a funcionar un sistema parecido al de los teléfonos móviles y es que las editoriales regalen el dispositivo de lectura con un contrato de exclusividad, igual que ahora las compañías prácticamente regalan los móviles. Vamos con muchísima rapidez.

El presidente Obama acaba de proponer que la banda ancha se considere un derecho para los ciudadanos.

Sí, por una razón, se considera que tienen que estar protegidas por derecho aquellas necesidades básicas del ser humano. Está protegido el derecho a la vida, a la vivienda, al trabajo, a la libertad de expresión. Luego, resulta que el derecho a la educación está mejor protegido que el derecho a la vivienda, porque una familia puede exigir que el Estado le dé una plaza educativa, en cambio no puede exigir que le dé una casa. Como la banda ancha se está convirtiendo en una necesidad básica para estar en igualdad de condiciones, es sensato que se proteja con un derecho legal porque no tener acceso a una banda ancha puede ser una discriminación casi tan grande como estar en la pobreza.

La gran brecha cultural, ¿puede ser la brecha digital?

En abstracto, sí. Hay que tener acceso a las nuevas tecnologías, pero después de eso, hay otra brecha que a mí me preocupa mucho, la resumo en una frase: “un burro conectado a Internet sigue siendo un burro”. La siguiente brecha va a ser que, para poder aprovechar las gigantescas oportunidades que da Internet, las personas que pongamos delante de las pantallas tienen que tener una cultura muy amplia y si no, no van a poder aprovechar eso.

¿Qué se necesita para acabar con la brecha cultural?

El nivel de comprensión lectora de los chicos que salen de la enseñanza secundaria es bajísimo en algunos lugares de España. ¿Para qué les sirve tener acceso a toda la información que hay en Internet si luego no entienden una frase de más de diez palabras? Es en esa formación, previa al uso de Internet, donde la educación tiene que insistir. Estamos tan fascinados por el uso de las tecnologías, que tal vez no nos damos cuenta de que es una simple herramienta.

La política y los políticos, tampoco podrán prescindir del nuevo formato.

La política pasa por Internet, pero los políticos todavía tienen que aprender cómo se maneja.

¿Y cómo es su experiencia personal con respecto a las posibilidades que ofrece Internet?

Yo tengo una experiencia estupenda. Hace dos años, fundé una universidad para padres online (www.universidaddepadres.es). El curso pasado hemos tenido matriculadas dos mil familias y otras diez mil se quedaron fuera porque no teníamos plazas para más.

¿Cuál es el objetivo de la universidad de padres online?

Ayudar a los padres a educar a sus hijos de la mejor manera posible. El modelo pedagógico de la universidad de padres, su proyecto educativo, es el de la pedagogía de los recursos. Lo importante es que los niños adquieran los recursos intelectuales, afectivos y morales para cumplir bien sus dos grandes objetivos: ser felices y buenas personas.

Vayamos a las relaciones personales. La red ofrece anonimato y un ‘club global’, un ‘bar’ sin fronteras.

Por un lado nunca hemos tenido relaciones con tantas personas y eso, en principio, es bueno. Lo que es contradictorio es que Internet te permite, no tanto el anonimato, como mentir acerca de ti mismo. Había un chiste en una revista americana en el que se veía a un perro tecleando en un ordenador que decía: “Lo bueno de Internet es que nadie sabe que eres un perro”. Por otra parte, se ha producido una especie de pérdida del sentido de la intimidad, la gente joven quiere figurar en Internet y dan una cantidad de datos acerca de sí mismos que parece imprudente. Otro de los problemas que tenemos en Internet es la invasión en nuestra intimidad. Por ejemplo, Google puede saber exactamente cuáles son tus aficiones, qué es lo que ves, qué es lo que compras, si visitas páginas pornográficas, si viajas o si no viajas; nadie sabe exactamente lo que tienen y además, en este momento, pueden comercializarlo. Se están creando unas gigantescas empresas con muchísimo poder y que no son nada transparentes. No hay forma de saber, ni siquiera, por qué gana Google tanto dinero, dado que casi todos los servicios que ofrece son gratuitos. Lo que dicen es que ganan dinero por la publicidad. A mí me parece que no es por la publicidad visible, tiene que ser por algún tipo de publicidad invisible.

¿Y la cultura? ¿Dónde se quedarán los derechos de autor?

Lo que se va a comprar es el derecho a escuchar un disco. Y es lo mismo que se va a hacer en los libros. Nadie va a tener el libro, lo que se va a comprar o a pagar es el acceso al libro que está guardado en los ordenadores de la editorial. Usted no se “baja” el libro. Usted “entra” a leerlo. Y así es como se defenderán los derechos de autor, que ahora están en un momento muy curioso, porque, antes, los derechos de autor de un libro impreso eran el 10% del precio de venta, ahora es el 25% de lo que ese libro produzca, que no se sabe qué es. No es por la copias que se vendan, es por la copias que se cobren.

¿Internet es un poco un ‘territorio comanche’?

Sí, pero hay que tomarlo como una gran posibilidad, lo que pasa es que, de la misma manera que hasta que no hubo tren no hubo accidentes ferroviarios, no había ‘accidentes’ a causa de Internet hasta que no arrancó la red de redes, pero es una herramienta de progreso fabulosa.

(*)Periodista y escritora/www.telefonodelaesperanza.org

Comentarios
publicidad
 
 
Inicio | Opinión | Directorio | Agenda | Revista | Video | Galeria | Juegos | SMS`s | Encuestas | Archivo
Widgets | Grupos de Sicoterapia de la Línea del Dr. Ayala | Suscríbase | Mapa del Sitio
Sobre nosotros | Contáctenos | Reconocimientos | Staff | Servicios | Publicidad