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La Jornada
 
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actualizado 12 de noviembre 2010

 
Angola: 35 años
 
Por Isaac Bigio  
Angola estuvo en el medio del imperio luso, cuyas colonias se pintan en rojo, cuyas costas de influencia se ven en verde, cuyos intentos de extender territorios se ven en rosa y cuyos dominios se ven en los mares de celeste. (Gráfico cortesía)

El 11 de Noviembre de 1975 Angola fue el último país del África continental en dejar de ser una colonia europea

Angola y los otros 4 Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (PALOP) fueron las primeras y las últimas dependencias europeas en el mundo negro. Angola se encuentra a alrededor de 5,000 kilómetros de distancia al sur de la península ibérica y al oeste del sur de América. Sin embargo, esta nación del África austral ha jugado un papel clave en la historia iberoamericana.

Una década antes de que Colón llegase al Caribe, el portugués Diogo Cao arribó al río Congo, el segundo más grande del África luego del Nilo, donde lograría ir creando una asociación entre Portugal y el poderoso reino de los Kongos que se extendía alrededor de los actuales territorios del norte de Angola, los mismos que inicialmente no fueron conquistados por los portugueses. Por el contrario, estos fueron cristianizados y se convirtieron en aliados de Lisboa en la zona. Sin embargo, a fines del siglo XVI los portugueses fueron tratando de conquistarlos a ellos y a la de los "ngolas" para prevenir que ellos volviesen a coquetear con los holandeses y para centrarse en la trata de esclavos hacia Brasil y el Nuevo Mundo. Angola se convirtió en un punto estratégico para los portugueses, quienes fueron los primeros europeos en establecer su comercio y sus dominios en el África negra y en el Océano Índico (el cual en los siglos XVI y XVII tenía al portugués como su lengua franca). Angola fue uno de los principales proveedores de esclavos para re-popular al Nuevo Mundo. Durante los tres siglos que duraron las colonias sur y centro americanas varios países latinoamericanos llegaron a tener más angolanos que gente nacida en España o Portugal. La herencia angolana en nuestras tierras es riquísima, aunque poco estudiada.

La historia del Brasil se haya muy entrelazada con la de Angola. Entre estas dos colonias portuguesas que se encontraban en lados opuestos del mar hubo un gran flujo. Hoy la mitad de los casi 200 millones de brasileros desciende de esclavos, gran parte de ellos provenientes de Angola y de los PALOP. Las mismas tropas holandeses que guerreaban contra Portugal por el control del noreste brasilero igualmente lo hacían por las posesiones angolanas. Cuando en 1641-48 los neerlandeses capturaron Luanda, fue la aristocracia carioca, la cual fue tan afectada cuando de esta manera se paraba la llegada de esclavos que usaba para sus plantaciones y para intercambiarlos por plata hispano-americana, quien se encargó enteramente de organizar, financiar y liderar la "reconquista" portuguesa de Angola. Varios de los gobernadores de Angola partieron desde el Brasil.

Durante el periodo colonial Brasil y Angola se hayaron en mutua dependencia.En el siglo XVII unos 10,000 esclavos eran despachados desde Angola anualmente hacia Brasil y el Nuevo Mundo. En el siglo XVIII esta cifra subió a 18,500. Alencastro sostiene que la construcción del Brasil se dio en base a la destrucción de Angola, pues de 1701 a 1810 unos 2 millones de esclavos llegaron al Brasil, de los cuales la mayor parte zarpaban desde Angola. A mediados del siglo XVIII la mayor parte del comercio de esclavos desde Angola era pagada con exportaciones brasileras (como la chachaza y otros licores) y conducida por barcos negreros brasileros (los portugueses llegaron a ser apenas el 15% de ellos). Muchos de los esclavos que salieron desde Angola luego eran comerciados hacia el Caribe, la cuenca del Plata o los Andes. En la fase final del imperio luso en Brasil (1808-1822) los cariocas fueron quienes administraron Angola y el resto de colonias portuguesas.

Hasta en Perú, que es el país americano que más lejos se haya de Angola por la vía marítima, la presencia angolana marcó mucho del carácter de dicho país. La mayor procesión católica que allí se hace (y posiblemente en todo el mundo) es una para rendir pleitesía al Cristo Moreno, el cual fue pintado por el esclavo angolano Pedro Dalcón. El mayor santo peruano (San Martín de Porras, cuyo nombre ha sido dado a una universidad, un distrito de la capital y un departamento del Perú) fue hijo de una panameña liberta descendiente de angolanos.

Cuando Lima era la capital de la mayor parte del subcontinente suramericano un significativo porcentaje de sus habitantes eran angolanos y africanos. A muchos barrios o poblaciones negras se les denominaba en el Perú virreinal como ‘angolas’. El nombre ‘Angola’ no solo se asocia a barriadas sino también a uno de los hoteles y centros de convención más exclusivos de Lima, los cuales han sido bautizados en honor a ‘María Angola’, la gran campana del Cuzco, considerada como una de las más monumentales y sonoras de Suramérica. El popular plato peruano del escabeche o el baile típico de la costa peruana Landó tienen raíces en Luanda, la capital angolana.

En los últimos años América Latina se ha preciado de haber electo presidentes de ascendencia japonesa (Fujimori), turco-árabe (Menem, Mahuad, Saca o Bucaram), búlgara (Dilma Rousseff), croata (Kirchner), francesa (Bachelet), etc. Sin embargo, no conozco de un solo presidente sur o centro americano que haya reivindicado sus ancestros angolanos.

Hoy en la Hispanoamérica que celebra los bicentenarios de sus independencias es bueno recordar que posiblemente su primer territorio que logró la independencia fue un área de Veracruz en México, la cual en 1570, hace más de 4 siglos, fue liderada por el esclavo liberado Gaspar Yanga, quien llegó allí vía Cabo Verde (el archipiélago afro-portugués), muy posiblemente desde una región del entorno kongo-angolano.

Angola e Ibero América


Angola es hoy uno de los países africanos más ricos en oro negro y en diamantes. Entre el 2004 y 2007 fue creciendo con una tasa anual promedio de un 15%, una de las cifras más altas del mundo. De todos los 11 territorios africanos que tienen como lengua oficial al español o al portugués Angola es el que tiene a la mayor población que hable o entienda al menos una lengua ibérica. Angola ha jugado un rol muy importante en la historia iberoamericana. Entre los siglos XVI y XIX proveyó de multitud de esclavos a las Américas, al punto que hoy debe haber más americano con ascendencia angolana que los 13 a 16 millones de angolanos. En el siglo XX Angola jugó un rol importante en producir la instalación de la república de Portugal y luego en la caída de la dictadura fascista que ésta tuvo entre1926 y 1974.

La primera monarquía europea que se expandió al sur de la línea ecuatorial fue la de Portugal. Angola fue una de sus primeras colonias y también uno de los factores que desencadenó su caída. Tras que Lisboa perdió a su mayor dependencia (Brasil) uno de sus ejes consistió en tratar de unir a sus 2 territorios en el África austral: Angola (de cara al Atlántico sur) y Mozambique (de cara al Índico sur). Para tal efecto de delineó el ‘mapa rosado’ que mostraba las pretensiones de crear un corredor horizontal luso que vaya de oeste a este. Sin embargo, los británicos tenían su propia meta de unir a todas sus colonias desde El Cairo hasta El Cabo en un corredor vertical de norte a sur. La monarquía de Portugal no se atrevió a desafiar a la corona inglesa, quien además de tener más poder había sido siempre su mayor aliada europea. Su capitulación en los 1890's dio paso a que los británicos estableciesen allí sus colonias de Rodesia (la del norte es hoy Zambia y la del sur es hoy Zimbabue). Esta rendición generó tal resentimiento interno contra la familia real que terminó por producir un alzamiento hace 100 años. Este, el del 5 de Octubre de 1910, culminaría estableciendo la única república de las 4 entidades de la península ibérica (las otras 3, España, Andorra y Gibraltar, no eligen en comicios a su respectivo jefe de Estado).

El régimen más extenso que tuvo la nueva república portuguesa (la de la dictadura de medio siglo del fascista ‘Estado Novo’) también cayó ayudado por los sucesos en el África lusa. Las guerrillas en Angola y en los otros 4 PALOP fueron minando a la dictadura, la cual se desplomó en Abril 1974. Una de las primeras consecuencias de esa revolución de los clavele fue el que todas las 6 colonias portuguesas (fuera de Macao) se declarasen independientes en un lapso que fue hasta 1975.

Desde la independencia de 1975 hasta el acuerdo de paz del 2,002 Angola sufrió la guerra civil más larga del África y una de las más sanguinarias de la II postguerra mundial. Esta produjo 100,000 mutilados, 500,000 muertos y 4 millones de desplazados, altas cifras para una población de 12 a 16 millones de habitantes. Este conflicto llegó a internacionalizarse como parte de la guerra fría. El UNITA del sur de Angola y el FLNA del norte de Angola recibieron el apoyo de Zaire (liderado por el dictador Mobutu) y de Sudáfrica, mientras el gobierno del MPLA fue secundado por el de Cuba. El Ché Guevara, antes de partir a Bolivia, había combatido en Zaire, cerca a Angola. La tesis de que Cuba debería irradiarse al África también había estado presente en las conferencias tri-continentales que el castrismo patrocinó en los 1960s.

Desde la segunda mitad de los 1970s la presencia de Cuba se haría muy grande en Angola. Castro envió allí a entre 40 y 50 mil soldados, mil tanques y 50 aviones suyos, para socorrer a los 200,000 combatientes del MPLA. Esta fue la mayor guerra que libró Fidel en el mundo y su éxito ayudó a consolidar el régimen ‘marxista-leninista’ de Angola y de otras partes del continente negro, así como ayudar a que su isla vaya minando el bloqueo de EEUU.

Angola nació así siendo parte de la mayor intervención militar hecha por un país latinoamericano fuera de su continente. Unos 100,000 cubanos como uniformados, educadores, personal de salud o trabajadores llegaron a Angola, cuya lengua portuguesa es tan parecida a su castellano. La embajada cubana en Luanda ha llegado a ser la segunda de mayor importancia tras la de EEUU. Hoy Brasil tiene una influencia cultural sobre Angola mayor a la que tiene sobre otros países latinoamericanos. Las novelas y series de TV, los filmes, la lengua y las artes marciales de la Capoeira es algo que une a Brasil con Angola, un país cuya lengua es tan diferente a la de su entorno de habla inglesa o francesa. El Partido de los Trabajadores gobierna en Brasil y en Angola. Ambas formaciones usan la estrella como símbolo, nacieron como marxistas y han evolucionados hacia convertirse en formaciones de tipo socialdemócrata que aceptan el mercado, las grandes inversiones extranjeras y la democracia multipartidista.

Hoy una gran parte de la población de Portugal, así como de la diáspora portuguesa del mundo proviene de Angola, nación que ya sobrepasa en habitantes al de la misma Portugal. Angola, al igual que las antiguas dependencias portugueses y españolas en el Asia o África, llegaron a ser parte de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) creada en 1949. Los países ibero-africanos, tras su independencia, inicialmente se desmarcaron de sus anteriores metrópolis. Sin embargo, Guinea Ecuatorial, quien se independizó de Madrid en 1968, es hoy miembro pleno de la OEI y participa en las cumbres de la CIN (Comunidad Iberoamericana de Naciones). Angola, Mozambique, Cabo Verde, Guinea Bissau y Timor Este conforman junto al Brasil y Portugal, miembros de la OEI y de la CIN, la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) creada en 1996. La tendencia es hacia que toda la CPLP, así como hoy pasa con Filipinas y Guinea Ecuatorial, se vayan integrando a la Comunidad Iberoamericana.

La suerte de Angola e Iberoamérica está entrelazada. La América ibera tuvo desde sus inicios una masiva inmigración angolana, superior a la de cualquier pueblo europeo al este de los Pirineos. Los angolanos, al igual que otros esclavos, influyeron poderosamente en la cocina, la música, los bailes y la cultura americanas. Las riquezas de Angola ayudaron a consolidar al imperio de los Braganza evitado que estos corriesen la misma suerte de la realeza de Madrid ante las revoluciones republicanas hispanoamericanas. Los sucesos de Angola ayudaron a producir la caída de la monarquía y luego del fascismo en Lisboa. La guerra angolana dio una gran catapulta a Castro, quien se valió de ella para afianzarse en el poder e ir generando una nueva diplomacia que haría que América Latina crease un bloque con Iberia en 1991 (la actual Comunidad Iberoamericana de Naciones) y luego una serie de organismos que tendiesen a mostrar más autonomía regional ante EEUU (como la comunidad de estados latinoamericanos y caribeños y las cumbres entre éstos y la Unión Europea). Angola es hoy un socio comercial y cultural muy importante para Brasil en el África y para su estrategia de convertirse en una de las 5 grandes potencias para mediados de este siglo.

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