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actualizado 19 de julio. 2012
El Cardenal Miguel Obando y Bravo narra los últimos momentos de la Guardia Nacional
De Somoza
Por Raúl Arévalo Alemán
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» “Agonía en el Bunker” describe el comportamiento del temible ejército de Somoza a pocas horas de la derrota militar y política por la revolución sandinista.

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El Cardenal Miguel Obando y Bravo describe exactamente los últimos momentos de lo que fue la institución más temida del gobierno de Somoza , la guardia nacional, GN, el propio día de la revolución el 19 de julio de 1979 , horas antes que entraran las fuerzas guerrilleras del FSLN a Managua , para tomarse la fortaleza militar de la loma de Tiscapa , donde estaban acantonados los oficiales y soldados del cuerpo castrense.

Cinco mil ejemplares solamente

En forma de síntesis sobre esos momentos históricos, el libro del Cardenal Miguel Obando y Bravo “Agonía en el Bunker”, en segunda edición del mes de marzo del año 1990 ,y, con solamente cinco mil ejemplares , establece los detalles sobre el derrumbe de la Guardia somocista.

Reacción tardía de los somocistas

Después de la partida del dictador Anastasio Somoza Debayle , el 17 de julio del año 1979, el somocismo que controlaba el congreso nacional mayoritariamente a través del Partido Liberal Constitucionalista, PLN, logra reaccionar cuando ya la ofensiva militar y presión política internacional tienen aislado a Somoza durante un proceso violento y político de casi dos años desde el año 1978 , después del asesinato del periodista Pedro J. Chamorro, factor detonante para acelerar la caída de la dictadura de Somoza.

Ofensiva militar de la guardia en 1978 y 79 era el anuncio de su derrumbe

La guerrilla del FSLN venía denunciando dos años antes, que se planeaba un golpe de estado que buscaba recomponer el poder para establecer en el país un “somocismo sin Somoza”. La ofensiva guerrillera de Septiembre de 1978 en varias ciudades del país y la respuesta violenta a través de bombardeos aéreos y ataque de la infantería de la guardia somocista desplegada en Estelí, Matagalpa, León, Chinandega, Managua , Granada y en el frente sur con la guerra de posiciones del FSLN y la GN, desde el sector de Rivas y las colinas del naranjo y otros lugares, apoyándose la guerrilla desde territorio de Costa Rica, indicaban la muerte violenta y anunciada de las estructuras de 45 años de la dictadura de Somoza. La solución política había fracasado y el diálogo entre las partes nunca se concretó. La situación indicaba lo irreconciliable de las partes , sandinistas y guardia nacional, GN, fundada en el año 1928, por la marinería norteamericana para combatir a Sandino , conocido como el General de Hombres Libres.

Caos total y GN quería negociar

El Cardenal Miguel Obando y Bravo narra al llegar al Aeropuerto internacional “Las Mercedes” en ese tiempo, que después de la salida del sustituto de Somoza, el temporal presidente Francisco Urcuyo Maliaños, había un caos total y la Guardia no sabía qué hacer.

En el Club de la Fuerza Aérea nicaragüense un grupo de oficiales de la misma graduación expresaron a su eminencia : “Allí uno de los oficiales titubeando nos comentó : Señores, Nosotros somos oficiales que hemos cumplido solamente con la Constitución de nuestro país. No creemos, pues, que por el hecho de haber portado este uniforme merezcamos la cárcel y mucho menos la muerte, es por eso que les suplicamos, que intercedan para evitar más derramamiento de sangre”, dijeron los temibles oficiales de la Guardia Nacional.

La GN estaba solicitando a través de su nuevo jefe del Estado Mayor de la Guardia Nacional, General Federico Mejía González, por medio de un documento de 6 puntos, entregado al Cardenal Obando por el Ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Harry Bodán, la rendición pero “querían ser incluidos en las nuevas estructuras del ejército que se formase en Nicaragua. También solicitaban respeto a sus vidas y bienes de los miembros de la Guardia Nacional y los funcionarios públicos que deseasen quedarse en Nicaragua”. La GN decía que “entregaría sus armas a la nueva Junta de Gobierno y a la comisión internacional”.

Narración del Cardenal Miguel Obando sobre los últimos momentos de la GN

En la página 198 de Agonía en el Bunker , el cardenal Obando y Bravo dice así : Eran aproximadamente las 7 de la mañana del 19 y durante el breve recorrido del Hotel Intercontinental al hospital militar , se representaba ante nuestros ojos las escenas de un cuadro dantesco.

Por las calles vacías de todo tipo de tránsito , circulaban alocadamente los últimos vehículos militares, los soldados de la Guardia Nacional que se habían ido agrupando a las puertas del Hospital Militar, iban arrojando sus pertrechos, a una gran hoguera que para este fin habían encendido.

En este desfile no había victoria, ni sonar de clarines, ni orgullo de bravos guerreros, como en la poesía de Rubén Darío.

Sus rostros solo hablaban de miedo y vergüenza, de derrota y exilio, de sus estandartes y vistosos uniformes ya no quedaba más que una voluminosa columna de humo negro, producida por la fogata donde se retorcían calcinados,cascos, uniformes, y correajes, produciendo un desagradable olor, que no hacía sino aumentar la imagen de por sí tétrica de esos momentos.

El que un día jugara a ser rey, había huido con su corte y sus soldados se habían quedado solos, sin saber ni por qué, ni por quién luchar, ya faltaban pocas horas para que se corriese definitivamente el telón de esta obra, que había durado 45 años.

Las mismas personas que días atrás habían jurado matarme, hoy me miraban con ojos de súplica. Es difícil poder describir las sensaciones que recorrían mi cuerpo: por una parte me embargaba la tristeza al contemplar aquellas personas , que aún habiéndome despreciado e injuriado , eran hermanos míos y ahora sufrían, ante el temort de pensar en entregarse a un pueblo, al que muchas veces , ellos mismos habían humillado. A la vez que me sentía esperanzado en el pensar de un futuro más pacífico para nuestra Nicaragua.

El Cardenal Miguel Obando y Bravo dice que los nuevos mandos de la Guardia Nacional creían que él iba a hacerse cargo del poder después de la salida de Somoza y la posterior huida de su sustituto Francisco Urcuyo Maiaños. Recordó que hizo su mediación para evitar que los muchachos armados del FSLN se tomaran el Hospital militar ya que en la euforia “ y animados posiblemente por el embriagante sabor de la victoria , me contestaron que estaban dispuestos a entrar y acabar con todos los guardias que se encontraban dentro, aseverando una y otra vez , que iban a fusilar a todos ; acompañando sus afirmaciones con fuertes y soeces palabras”, dice el relato de su eminencia el Cardenal Miguel Obando y Bravo, en su libro “Agonía en el Bunker”. Entre sus narraciones el prelado dice que cuando los muchachos guerrilleros disparaban contra las instalaciones del Hospital Militar él tuvo que salir y de inmediato cesaron de disparar al reconocerlo. El ahora finado Comandante Tomás Borge Martinez se puso al cargo de la situación después que el Cardenal se comunicara y confirmara que la Cruz Roja internacional se había hecho cargo de los miembros de la Guardia Nacional, dice la narrativa del alto jerarca católico.

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