Ambientalista venezolano propone la creación del “Corredor Biológico Cuenca del Río Esequibo”
El río Esequibo es uno de los ríos costeros más largos y caudalosos de América del Sur que desemboca en el océano Atlántico
Por Gustavo Carrasque 


Gustavo Carrasquel, ambientalista venezolano explica que “los Corredores Biológicos son nuevas formas internacionales de protección de la biodiversidad en el mundo”.

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Gustavo Carrasquel, ambientalista venezolano, autor del libro “Bioregiones de América”, y consultor del GEO6-PNUMA, solicita a la cancillería venezolana, tomar en cuenta la propuesta para la creación de un Corredor Biológico binacional (Guyana y Venezuela) en la Cuenca del Río Esequibo, para frenar cualquier posibilidad extractiva de alguna trasnacional en ese territorio en reclamación y así, se sale también del actual juego político territorial.

Carrasquel explica que “los Corredores Biológicos son nuevas formas internacionales de protección de la biodiversidad en el mundo”.

 

“Desde la Fundación Azul Ambientalistas hemos estudiado la necesidad de proteger la biodiversidad del la Cuenca del Río Esequibo. El mismo tendría un área de aproximadamente 120.000 Km2, con más de 20 ríos afluentes, y su desembocadura representa el segundo estuario más grande del continente americano”.

 

El río Esequibo es uno de los ríos costeros más largos y caudalosos de América del Sur que desemboca en el océano Atlántico y discurre por la frontera izquierda de Guyana, aunque algunos de sus afluentes llegan del noreste de República Bolivariana de Venezuela.

 

También esta una de las caídas de agua mas caudalosas del planeta, las Cataratas de Kaietem que tiene una altura de 226 metros. Su masa forestal representa 8 millones de hectáreas, reuniendo mas de 1.000 especies diferentes de flora. Esta dentro del Escudo Guayanes, lo cual le da una característica sin igual como región biodiversa.

 

El territorio del Esequibo de 159.500 Km2, rico en recursos minerales y una estratégica zona marítima abundante en recursos energéticos, es el causante de la disputa entre Venezuela y Guyana, por una delimitación limítrofe que data de aproximadamente 200 años.

 

Algunos autores dividen la geografía del Esequibo en 4 regiones, según su conformación físico natural: Zona costera (desde Punta Playa hasta la desembocadura del río Esequibo), Zona Intermedia (territorio comprendido entre 30 y 120 m.s.n.m., Pacaraima (cordillera que ocupa gran parte del territorio Esequibo, fundamentalmente cubierto de bosques) y la Zona de Sabanas y Montañas del Sur (conformada por las sabanas de Rupununi).

 

Según la división administrativa de Guyana, la Guayana Esequiba abarcaría la totalidad de las regiones de Barima-Waini, Cuyuni-Mazaruni, Pomeroon-Supenaam, Potaro-Siparuni, Alto Takutu-Alto Esequibo y la parte occidental de la región de Islas Esequibo-Demerara Occidental. Con una Población estimada (2010) de 153.000 habitantes.

 

Aunque en Venezuela no hay estudios científicos para cuantificar con precisión los índices de biodiversidad, la misma cuenca del Río Esequibo es una región con alta tasa de endemismo en piscifauna a escala mundial, a tal grado de denominarla el paraíso mundial de los peces, según revistas especializadas.

 

Desde el 2007 la CITES [Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro] ha realizado estudios en la Cuenca del Río Esequibo y ha recomendado considerar la región como un área de conservación.

 

Los bosques y humedales en la Cuenca del Río Esequibo son el hogar de una gran variedad de plantas y animales, incluyendo el caimán negro ya en peligro de extinción, y de la nutria gigante de río.

 

Además de las 400 especies de peces, como las pirañas carnívoras, que habitan en el río Esequibo, se cree que hay más de 800 especies de aves, como el águila arpía también en peligro de extinción.

 

Estas y otras especies únicas podrían verse amenazadas en el futuro por la pérdida de hábitat. La protección de la selva tropical del Esequibo y la Conservación de la Cuenca del Río Esequibo, como reserva hidrica y patrimonial de la humanidad, debe ser tomada en cuenta para un acuerdo binacional, que de seguro cuenta con el respaldo mundial.

 

Según un informe de la CITES, “La biodiversidad de la Cuenca del Río Esequibo es muy alta, con muchas especies únicas, así como especies nuevas para la ciencia. Es imperativo que actuemos rápidamente en la conservación de estas áreas prístinas que están desapareciendo rápidamente por todo el planeta, por lo que es fundamental aprender sobre ellas antes de que se alteren”.

 

“Revertir la tendencia posesiva extractivista minera es lo recomendable para la toma de desiciones ante una nueva realidad que exige la consciencia ambiental, ecologica y conservacionista para la preservación de la biodiversidad y los recursos hídricos del planeta” concluye Gustavo Carrasquel.





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