El gobierno boliviano afirma que el caso de la expareja de Evo Morales, es una trama de la oposición para hacer quedar mal públicamente al gobernante.
Foto Los fiscales que realizan las investigaciones de los supuestos delitos realizados por la empresaria Gabriela Zapata, expareja del gobernante boliviano, Evo Morales, ejecutaron el allanamiento ayer 2 de marzo de la lujosa casa donde habita la mujer en La Paz para realizar la búsqueda y confiscación de documentos.
Una de las tías de Zapata, Pilar Guzmán, manifestó que los fiscales allanaron la casa, donde se encontraba una niña y una empleada.
“Nos dijeron que es algo relacionado con el proceso, pero nos tomaron por sorpresa porque ingresaron bruscamente”, afirmó la familiar de Zapata a la edición digital del diario El Deber.
Guzmán señaló que esa menor, que es hija de Zapata, está “en zozobra porque la asustaron” y nadie le dijo a la familia de que el personal de la fiscalía ingresaría para buscar documentos.
Zapata, que hasta la semana pasada trabajaba para la empresa china Camce, se encuentra presa desde el 28 de febrero con acusaciones de legitimación de ganancias ilícitas, enriquecimiento de particulares con afectación al Estado y uso indebido de influencias en grado de complicidad.
De acuerdo a la fiscalía, la expareja de Morales usó las oficinas de la Unidad de Gestión Social del Ministerio de la Presidencia para sostener encuentros con inversores y realizar tratos con empresarios.
Por la denuncia, están detenidas la ahora exjefa de esa Unidad, Cristina Choque, y el funcionario Jimmy Morales, un condcutor del Ministerio de la Presidencia que supuestamente manejó un vehículo oficial en el que se movilizó Zapata.
La oposición ha exigido que por la relación entre Zapata y el presidente Morales se tendrá que investigar un supuesto tráfico de influencias hacia la empresa china Camce, que hizo diversas firmas de contratos con el Gobierno por el monto de 566 millones de dólares.
El Gobierno aceptó la investigación de los contratos de Camce por la Contraloría y una comisión del Parlamento.
Gabriela Zapata y Evo Morales estuvieron como pareja hace casi una década y de su relación nació en 2007 un niño del que a comienzos se dijo que había muerto, aunque después los familiares de la madre han afirmado que el menor se encuentra vivo.
El mandatario, que asegura que Zapata le dijo que el niño murió poco después de nacer a causa de una enfermedad, ha pedido que le entreguen al menor si este sigue con vida.
Para el Gobierno existe una “articulación política” para desprestigiar al presidente con este caso, aduciendo que los hermanos de su expareja tienen comunicación con líderes de la oposición boliviana.
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