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OPINION
La Jornada
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La caída de las bolsas y el inicio de una recesión mundial

Aún Europa no quiere bajar mucho sus intereses ni devaluar al alto euro pues temen que ello impulsaría la inflación
POR isaac Bigio
ACTUALIZADO: 28 DE ENERO DE 2008

El lunes 21 bajaron las bolsas de Japón  -3.9%, Inglaterra  -5.5%,  Francia  -6.8%,  Alemania  -7.2% y Hong Kong -6.4%. Al día siguiente esta última cayó otro -8.7% (produciendo pérdidas de $US 320,000,000 y su peor desplome desde la crisis asiática de 1988-89) y la de Shanghai -7%. Australia tuvo la peor caída de su bolsa en su historia en un lapso de 24 horas. La bolsa de Mumbai (India) se desplomó en 48 horas en -12%.

El pánico fue detenido tras que el Banco Federal de EEUU cortó los intereses en -0.75% (su mayor reducción en 25 años) y Bush anunció un paquete de $US 150,000,000 que se inyectarían incentivando el consumo y reduciendo impuestos.

Sin embargo, nuevos altibajos y crisis se avecinan mientras que los mercados se muestran alterados. En lo que va de Enero se han perdido el mundo unos US$ 5,000,000,000 como resultado de la depreciación de los valores de las acciones. En algunos mercados la caída ha implicado una pérdida de -20%.

Todo indica que este ha de ser al año en que el mundo se acerca o entra a una recesión. En un mercado cada vez más globalizado los efectos de la crisis de la mayor economía del mundo (la de EEUU) deben afectar.

Aún Europa no quiere bajar mucho sus intereses ni devaluar al alto euro pues temen que ello impulsaría la inflación (que ellos tratan de mantener en un dígito bajo) y haría que baje al ahorro. Reino Unido apenas contempla bajar sus tasas de %5.5 en un cuarto de punto pues quiere seguir mostrando a grandes ahorristas que, mejor que ahorrar en depreciados dólares que ofrecen pocas tasas de rentabilidad, la libra es una moneda más alta, sólida y que genera mejores intereses. 

Sin embargo, la economía británica está tan entrelazada a la norteamericana que ésta está dando los primeros síntomas de un bajón, el mismo que puede contagiar a Europa y a la Commonwealth.

En los dos lados del Atlántico norte se ve que se reducen los precios de las propiedades, se achica el crédito y el alza del petróleo afecta a todos los productos.

En Gran Bretaña, si bien la inflación es de un 2.5% y la tasa de desempleo es de un 5.5%, la suma de las deudas personales de sus habitantes está pronto por llegar a los 3 trillones de dólares (más de US$ 110,000 por cada familia). Esto último es una bomba de tiempo que generará más bancarrotas y que puede desacelerar los apetitos del consumidor y por ende las ventas. 

Si bien para Alan Greespan, anterior jefe del Banco de la reserva Federal de EEUU, su país no tienen una recesión (la misma que, según él, se produce en saltos y no gradualmente), la mayoría de los principales observadores financieros creen la mega-potencia está entrando en ésta. La recesión norteamericana podrá arrastrar al resto del mundo. Si ésta es pequeña sus efectos no serán tan catastróficos, pero Hillary Clinton alerta que ésta ha de ser “larga y profunda”, lo cual conllevaría a fuertes cambios en la economía y política mundiales y a desencadenar nuevos conflictos y guerras.

Giros en la economía

En EEUU lo usual es que cada vez que hay una caída en la economía también cae el partido de gobierno. En 1932 Roosevelt inauguró 32 años de dominio demócrata tras el desplome de Wall Street. En 1980 Reagan inició la gran transformación republicana. Bill Clinton primero llegó a la Casa Blanca cuestionando a Bush padre por la crisis (“es la economía estúpido” era la frase que se acunó para mostrar el talón de Aquiles de los republicanos) y hoy su esposa quiere repetir el plato apareciendo como la más calificada en dar un giro económico ante el partido gubernamental.  

Los demócratas creen que ésta se debe a que los republicanos han desregularizado mucho la economía y ellos proponen medidas proteccionistas o que incentiven el gasto público. Parte de su programa consiste en invertir más en salud y elevar los ingresos de los sectores más desfavorecidos para incentivar el consumo. Si ellos ganan la Casa Blanca eso podría afectar futuros TLCs y a quienes plantean en el mundo liberalizar aún más a los mercados.

El inicio de la recesión también podría significar el fin del “nuevo laborismo”. En 1997 Blair mostró a la socialdemocracia una “tercera vía” entre el estatismo y el “neo-liberalismo” y su tesorero Gordon Brown se ufanaba de haber garantizado una década de estabilidad y crecimiento en la economía británica que no tenía paralelo en la historia de esa isla. Sin embargo, hoy la inicial popularidad con la que en Junio Brown llegó al premierato se ha evaporado y su gobierno anda de tumbo en tumbo, abriendo las posibilidades para que los conservadores retornen al poder con una agenda de parcial distanciamiento hacia la Unión Europea.

Aún países que tienen una política y economía tan diferente a la de EEUU se ven afectados. China, que es una de las locomotoras de la industria mundial con tasas de crecimiento anuales de dos dígitos, puede ir desacelerando su ritmo. Esta, si bien tiene rasgos de una economía estatizada y planificada y el monopolio estatal de un partido comunista, depende mucho de inversionistas y compradores norteamericanos. No obstante, los optimistas conciben que la crisis de EEUU podría beneficiar a Beijing al debilitar a un rival y al enfriar el sobrecalentamiento de su economía (la misma que el 2007 tuvo su mayor salto en trece años).

Las medidas tomadas por la reserva federal de EEUU pueden haber llegado tarde, con debilidad o para maquillar una crisis que puede estarse incubándose para reventar con más fuerza. El nivel de gasto y deuda personales en Norte América sigue siendo uno de los más altos de su historia.

Por el momento, la crisis parece contenida. Sin embargo, el premier británico alerta que pueden venirse cosas peores. Mientras que ello podría conducir a que crezcan quienes plantean mayores regularizaciones, proteccionismo e intervencionismo estatal, London y Washington postulan mayor transparencia y serenidad.

La inestabilidad de los mercados afectará a varias sociedades pudiendo generar un importante giro en la conducción de la mega-potencia así como nuevos conflictos sociales y guerras en el mundo.

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