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ACTUALIZADO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2008
 
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Stroessner y Somoza, fantasmas que perduran

Stroessner y sus amigos comunes con Daniel Ortega
POR LUÍS AGÜERO WAGNER Texto más grande Texto más pequeño Texto más grande

Con la diplomacia del Big Stick de Roosevelt, la diplomacia del dólar de Taft o la máscara del idealismo de Wilson, Nicaragua siempre hizo el papel de víctima favorita del imperio norteamericano.

Las relaciones entre Nicaragua y los Estados Unidos se deterioraron particularmente cuando el presidente Zelaya rechazó, en 1909, el préstamo de 15 millones de dólares que le había sido propuesto y, desde luego, las condiciones anexas. Apenas se enteraron de su negativa en Washington, y un golpe de estado estalló. 

La insurrección, inspirada por Adolfo Díaz, excontable de una casa comercial de Pittsburg, fue apoyada por la marina de guerra norteamericana y, por supuesto, el nuevo gobierno debió aceptar el préstamo norteamericano y sus condiciones. Cuando estalló a su vez un alzamiento contra Díaz en 1912, un millar de marines acudieron para reprimirlo, para quedarse ocupando Nicaragua hasta 1925. 

Durante el tiempo que duró la ocupación Estados Unidos se aseguró el derecho exclusivo de perforar un canal a través del istmo, el arrendamiento de las islas del Maíz y el establecimiento de una base naval en el Golfo de Fonseca. 

Sería el inicio de una resistencia que conmovió al mundo. El adalid de la dignidad nicaragüense y latinoamericana, Augusto César Sandino, acabaría asesinado a traición por los colaboracionistas liderados por Anastasio Somoza García. En premio por sus méritos, el asesino obtuvo la venia del imperio para desangrar Nicaragua. 

Leyendas Urbanas

Una difundida leyenda cuenta que al verse perdido ante las fuerzas sandinistas, Anastasio Somoza Debayle corrió al panteón del cementerio donde reposaban los restos de su padre, el también dictador nicaragüense Anastasio Somoza García, y su hermano Luís, para llevarse en su huída sus restos para evitar una profanación. 

La leyenda dejó establecido que en la madrugada del 17 de julio, con la consumación de la victoria sandinista en ciernes, los Somoza buscaron del cementerio los féretros de los ex dictadores en una limusina antes de salir del país. 

La versión nunca fue desmentida por la familia Somoza, dado que prefirieron callar temiendo la reacción que se podría dar durante el gobierno sandinista. 

Un alto ex oficial de Inteligencia del Ejército de Nicaragua fue el primero en sembrar dudas sobre el supuesto operativo de rescate de féretros diciendo que nunca pudo ser posible, porque Anastasio Somoza Debayle salió en helicóptero de su bunker al aeropuerto, ya que la mayoría de las calles estaban prácticamente tomadas. 

Las dudas sobre la leyenda aumentaron cuando algunos testigos confirmaron que pocos días después del 19 de julio, el féretro de Somoza García se encontraba a unos 50 metros de la cripta de oficiales de la Guardia Nacional, lo que indicaba que la versión de los féretros en la limusina no podía ser verdad. 

De esa misma manera un conocido periodista nicaragüense refirió que poco después del triunfo sandinista llegó hasta el Cementerio Occidental en compañía del reconocido fotógrafo Cruz Flores, y tomaron fotos de los restos dispersos de Somoza García fuera de la cripta y en medio de la basura del lugar.  

La verdad fue aflorando a través de un programa de la Alcaldía de Managua llamado “Rescate de la memoria histórica de Managua”, y de un programa semanal histórico del programa Buenos Días de Canal 12, que abrieron un debate y una investigación al respecto.

Previamente, en el Cementerio General Occidental fue hallada la tumba del general Tomás Martínez, el hombre que enfrentó a William Walter, el célebre aventurero norteamericano que se hizo proclamar presidente de Nicaragua. 

Los investigadores recogieron el testimonio de periodistas que el día de la victoria sandinista llegaron al cementerio y tomaron fotos de los restos dispersos de Somoza García fuera de la cripta y en medio de la basura del lugar. Con estas presunciones, el periodista Roberto Sánchez, investigador histórico, logró establecer contacto con Álvaro Somoza Urcuyo, hijo de Luis Somoza, quien se encargó de realizar las pruebas de ADN en un laboratorio de Estados Unidos, que confirmaron la autenticidad de los restos que encargados del cementerio presentaron como los del ex dictador. 

Los sepultureros del camposanto testimoniaron que con mucha discreción, habían recibido por algún tiempo una paga de la familia Somoza Urcuyo para guardar los restos dispersos en un sitio oculto y mantener la limpieza en el panteón familiar. Aunque la verdad es que siempre estuvieron allí, como otras tantas veces, las mentiras de la leyenda fueron más creíbles para la gente que la verdad de los hechos. 

Menos suerte tuvo la búsqueda de los restos del guerrillero argentino Alfredo Hugo Irurzun, integrante del destacamento del ERP encabezado por Enrique Gorriarán Merlo que en el año 1980 ajustició a Somoza Debayle de un disparo de Bazooka en las calles de Asunción. Buscados por la justicia en un cementerio de la capital paraguaya, a fin de ser entregados a sus familiares en octubre de 2008, los restos no aparecieron. Irurzun fue torturado hasta la muerte en las dependencias de la policía política de Stroessner. Los torturadores hoy están libres y son Obdulio Aguello, Higinio romero, Obdulio Fernández, Luis Mariano Fernández, Alicio Vega, Juan Angel Belotto, Felipe Neri Duarte, Juan Ramón Zárate y Alberto Cantero. 

"La justicia no tiene voluntad porque hemos presentado pruebas en contra de estos torturadores pero sigue vigente la impunidad en Paraguay", dice el responsable del hallazgo de los archivos del Terror, Martín Almada, refiriéndose al hecho. Si no se investigan a los torturadores y asesinos de inocentes, no se investigará a quienes mataron a un guerrillero, obviamente.

Una perla gallega de humor negro era el chiste que circulaba sobre el almirante Luís Carrero Blanco, cuyo automóvil voló por una explosión de ETA en la esquina de Coello y Maldonado, en Madrid, el 20 de septiembre de 1973, cuando volvía de escuchar misa en la iglesia de San Francisco Borja. Los etarras habían comprado un semisótano en el número 104 de la calle Claudio Coello y a partir de allí hicieron un túnel hasta el centro de la calzada donde pusieron cerca de 100 kilogramos de goma-2, que hicieron explosionar al paso del coche de Carrero Blanco, que voló hasta la altura de la cornisa del sexto piso de un edificio jesuita. Como Carrero era un devoto adepto del Opus Dei, una humorada macabra que circuló entonces afirmaba que era el primero de tal culto en ascender a los cielos en cuerpo y alma. 

Otro que sufrió suerte parecida, aunque más que ascender fue descendido a los infiernos, fue Anastasio Somoza Debayle. El 17 de setiembre de 1980, a las diez de la mañana, un destacamento dirigido por el guerrillero argentino Enrique Gorriarán Merlo abrió fuego con metralletas y bazookas contra el vehículo Mercedes Benz en que viajaban el general Somoza Debayle, su asesor económico, el ítalo norteamericano Joe Baittiner y el chofer, César Gallardo, y que circulaba por la avenida paraguaya llamada Generalísimo Franco, caudillo de España por la gracia de Dios. 

El doctor Joel Filártiga llamó un acto de justicia a la ejecución, y utilizó los hierros retorcidos del automóvil, para erigir una escultura en los jardines de su residencia. Cuenta el artista plástico que los restos del Mercedes Benz habían recibido cristiana sepultura en una quinta del general Brítez Borges, luego ocupada por desheredados al derrumbarse el régimen militar de Stroessner. Los carenciados descubrieron los despojos y lo canjearon con Filártiga a cambio de medicamentos, pero lo más difícil fue introducirlos a su destino final. “Tuve que pelearme con mi esposa para meter los hierros en mi patio y realizar la escultura”, asegura Filártiga, quien también relata que permanecieron por tres días en la calle.

El automóvil estava literalmente impregnado con los restos del ex dictador, por lo que buena parte de lo que fue Somoza había sido enterrado con él. 

Stroessner y sus amigos comunes con Daniel Ortega 

Lo que no se hubiera imaginado jamás el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, es que tenía tantos amigos comunes con el ex dictador de Paraguay Alfredo Stroessner.

Los caminos de la vida no siempre son los que uno esperaba, dice una popular canción.

Y probablemente es la canción que hoy revolotea la tarima presidencial de la Plaza de la Fe, en el viejo centro de Managua, donde junto al mandatario nicaragüense Daniel Ortega y su colega venezolano Hugo Chávez estarán varios protegidos de la prensa de la CIA. Subvencionada por la NED y dirigida por jerarcas de la SIP, que domina los medios paraguayos, propiedad en su totalidad de empresarios enriquecidos ilícitamente al amparo de la dictadura anticomunista de Alfredo Stroessner. 

Al dictador de cuatro estrellas Anastasio Somoza se le notó la hilacha de la cobardía a mediados de 1979, cuando acosado por las fuerzas sandinistas abordó una aeronave que lo depositó en su hermosa mansión de Miami. 

Las cinco estrellas eran una verdadera exageración para este Napoleón de hojalata, que sólo demostraba pericia para dirigir torturas, secuestros, muertes y destierros contra su propio pueblo.

En Miami permaneció hasta el 20 de junio, día en que partió a bordo de un principesco yate, munido de abundantes provisiones en alimentos extravagantes y bebidas, con destino a las islas Bahamas, Fort Lauderdale. 

Más tarde, con guardaespaldas y colaboradores, Somoza inició un crucero por el Caribe e ingresó secretamente a Guatemala.

Precisamente en el territorio de ese país centroamericano se encuentra el aeropuerto La Aurora, donde el coronel Raúl Calvet (luego ascendido a General y nombrado director de Líneas Aéreas Paraguayas) arribó a las 13 horas local, para recoger con destino a Paraguay al general Somoza Debayle y comitiva. 

El avión era propiedad del estado paraguayo y corrió con las diligencias del contrato para el vuelo charter el cónsul general de Guatemala en Paraguay, Remigio Bazán Farías, conocido hombre que hizo rápida fortuna por intermedio de sus vinculaciones a numerosas empresas fantasmas y su amistad con los generales Alfredo Stroessner y Andrés Rodríguez.

Poco antes del epílogo de la dictadura somocista, el 8 de marzo de 1979 la Liga Mundial Anticomunista abrió en asunción su XII Congreso, realizado en el local del Instituto Nacional de Tecnología y Normalización.  

El objetivo era pronunciarse contra la política de Derechos Humanos del presidente Jimmy Carter, que los paladines de la libertad calificaban como "Carter-comunismo".

El Congreso había logrado reunirse merced a la generosa colaboración de importantes empresarios paraguayos, cuyos aportes oscilaban entre 500 mil y un millón y medio de guaraníes de entonces. 

El recaudador, Antonio Campos Alum, no sólo era director espiritual de la Fraternidad Ecléctica Espiritual Universal, también de las muy terrenales actividades del centro de detención y tortura conocido como "La Técnica" (hoy convertida en museo de la represión).
Entre los más fuertes aportantes se contaban a baluartes de la libre empresa como Cornelius Walde, Nicolás Bo, Rolando Niella, Carrizosa y el gran "luchador" contra Stroessner Aldo Zucolillo (Archivos del Terror, carpeta DNAT, marzo de 1979). 

La amistad con Campos Alum no desentonaba, ciertamente, con empresarios de medios de comunicación como Aldo Zucolillo, que contaba entre sus cercanos parientes al consuegro de Stroessner (Tuco), a un hermano que servía como delator a servicio de Pastor Coronel (Julio Cèsar), y a un cuñado involucrado en el atentado terrorista con bomba que costó la vida a Orlando Letelier en la misma capital de Estados Unidos. 

En la carpeta confidencial de Campos Alum se hallaron inclusive tiernas cartas por navidad que dirigía al jefe de La Técnica el director del FBI Clarence Kelly.

El FBI estaba perfectamente informado del cariz, naturaleza y detalles de los procedimientos de la policía de Stroessner tal como lo documentan los pulcros informes del agente especial Robert Scherrer, operativo del buró en Buenos Aires.

En innumerables cartas uno de los principales generales paraguayos del Plan Cóndor, Benito Guanes cita a la CIA como fuente de sus informes, y quedaron escritos del gran benefactor de la democracia paraguaya Timothy Towell dirigidos a la policía de Stroessner , y adjuntando manuales para interrogatorios. 

En realidad, el mencionado diplomático, luego devenido en empleado de Andrés Rodríguez, contaba con extensa experiencia en eliminación de amenazas a la seguridad estadounidense.

Desde que en 1967 acompañó a John Maisto en Cochabamba, participando del asesinato extra-judicial del Che Guevara, para luego ampliar rubros incursionando en las entregas vigiladas como la que le puso en la estacada con el caso "Parque Cuè"

Hace poco estuvo en Asunción dando recomendaciones al Obispo, a quien sabe protegido de su gran amigo Aldo Zucolillo, quien también compartió ideas políticas y negocios con Anastasio Somoza.  

El 23 de marzo de 1980, Juan Manuel Frutos, presidente del Instituto de Bienestar Rural, referente de la Liga Mundial Anticomunista financiada por la secta Moon (hoy asociada a Zucolillo) informó a la prensa que el ex dictador de Nicaragua adquirió 8 mil hectáreas en el Chaco por la módica suma de 80 mil dólares. 

Según fuentes extraoficiales, Somoza ya era propietario por entonces de otras 25 mil hectáreas adquiridas con anterioridad en condiciones por demás ventajosas, a las que jamás habrían accedido campesinos paraguayos para dedicarse a las tareas agrícolas.
Finalmente, se mencionó que Somoza había adquirido una gran hacienda en Brasil, en 20 millones de dólares. 

El 16 de septiembre un semanario alemán de Munich publicó una entrevista en la que Somoza declaraba que escupía encima de la ayuda del traidor Carter. 

Era el último día de vida del sanguinario traficante de plasma.

El 17 de septiembre de 1980, a las diez de la mañana, un destacamento dirigido por el guerrillero argentino Enrique Gorriarán Merlo abrió fuego con metralletas y bazookas contra el vehículo Mercedes Benz en que viajaban el general Somoza Debayle, su asesor económico, el ítalo norteamericano Joe Baittiner y el chofer, César Gallardo, y que circulaba por la avenida paraguaya llamada Generalísimo Franco, caudillo de España por la gracia de Dios. 

Ciertamente, a los deudos del ex dictador de Nicaragua en la prensa local les quedó como consuelo que su gran amigo pasó muy bien sus últimos días.

Un ambiente como el paraguayo, capital del anticomunismo y sede de los congresos de la Liga Mundial de esa disciplina deportiva que se realizaban con el aporte de estos propietarios de medios de comunicación que siguen manejando la prensa paraguaya hasta el día de hoy, y que precisamente trabaron fructífera amistad con Somoza.

Uno de ellos, Aldo Zucolillo, recientemente apoyó con pasión la candidatura del Obispo Fernando Lugo, e intenta hasta hoy hacer pasar "izquierda" a referentes de USAID, la National Endowment for Democracy y favorecidos de la IAF controlada por George W. Bush.

Stroessner y Somoza, fantasmas que perduran 

La pretendida fiesta de la izquierda latinoamericana con la asunción de Fernando Lugo quedó arruinada por un grupo de mujeres vinculadas a grupos financiados por la embajada norteamericana de Asunción se manifestó en repudio a la visita del presidente de Nicaragua Daniel Ortega, quien en 1979 acabó con la ominosa dinastía de los Somoza en ese país centroamericano.

Gloria Rubin, ministra de la Mujer conocida por sus vinculaciones con el NED y la CIA, orquestó junto con un grupo de mujeres un repudio a la venida de Daniel Ortega, presidente de la República de Nicaragua, para los actos de asunción de Fernando Lugo. La campaña fue respaldada por el vocero oficioso del obispo Fernando Lugo, el diario ABC color, uno de cuyos propietarios se encuentra vinculado al asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington, enmarcado en el Plan Cóndor, en la década de 1970.
 
El dueño del diario, Aldo Zucolillo, fue además financista de las actividades en Paraguay de la Liga Mundial Anticomunista y socio comercial del dictador Anastasio Somoza, durante su exilio paraguayo que acabó el 17 de septiembre de 1980, cuando "Tachito" fue ajusticiado de un certero disparo de Bazooka por el guerrillero argentino Enrique Gorriarán Merlo.

Manifiestan su confianza en que "la Corte Interamericana de Derechos Humanos se expida en tiempo prudencial ante este gravísimo caso de denegación de justicia contra la República de Nicaragua". 

Entre las firmantes del presente comunicado están la futura ministra de la Mujer, designada por Fernando Lugo, Gloria Rubin, además de Clara Rosa Gagliardone, de la Fundación Kuña Aty; María Gloria Bobadilla, de la Asociación de Abogadas del Paraguay; Graciela Corvalán, del Grupo de Estudios de la Mujer Paraguaya (Gempa); María Victoria Heikel, del Centro de Documentación y Estudio, entre otras. 

La crónica puede leerse en el diario ABC, vinculado a la Secta Moon, visitando el sitio:

http://www.abc.com.py/articulos.php?fec=2008-08-14&pid=441386

Otra crónica publicada el mismo día y en el mismo diario informa:

"Osvaldo Domínguez Dibb volvió a tomar ayer la presidencia de la ANR. Consiguió que el juez electoral Darío Poletti lo reinstale en la Junta de Gobierno, mientras los nicanoristas denuncian que el empresario y sus seguidores atropellaron la sede partidaria. Los osvaldistas se quedaron en la Junta y dicen que no la abandonarán". 

La toma de posesión del empresario Domínguez Dibb de la presidencia del partido Colorado es una velada reivindicación del dictador Alfredo Stroessner, ya que es la facción del fallecido dictador la que se encuentra aglutinada en torno a él, y el objetivo evidente es preparar el camino para que el nieto del Dictador y sobrino de Osvaldo, el senador Gustavo Alfredo Stroessner Domínguez, sea el candidato colorado a la presidencia de la república en el año 2013. 

La actitud adoptada por Domínguez es aprobada por el presidente  Fernando Lugo, según informó el mismo empresario a la prensa. 

"La presencia de Domínguez Dibb generó momentos de tensión en la Junta, sobre todo cuando los abogados nicanoristas aparecieron con una notificación firmada por Juan M. Morales, titular del TSJE, que informaba de la vigencia de la resolución del tribunal electoral de la capital. Los seguidores de Domínguez Dibb no le permitieron entrar a la Junta" dice también la crónica de ABC color, que puede leerse in extenso en:

http://www.abc.com.py/articulos.php?pid=441394&fec=2008-08-14

Bastan estos dos ejemplos para dimensionar, en su justa medida, cuál es la calidad del "cambio" producido en Paraguay, tan publicitado por la prensa mediática adicta al imperio, vinculada a la SIP y a la Secta Moon, y lo poco que han cambiado las cosas desde tiempos de Stroessner y Somoza. A 28 años del 17 de Setiembre de 1980, día del ajusticiamiento de Anastasio Somoza Debayle en Asunción, los fantasmas todavía perduran. LAW

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