< REGRESAR AL ARTICULO
La Jornada
Imprimir
11 de Septiembre: 7 años después
>11 de Septiembre de 2001: Las Cifras
>El 11 de septiembre de 1973
>Tras el 11 de septiembre del 2001
POR Isaac Bigio
ACTUALIZADO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2008

El 11-S-2001 EEUU recibió el peor ataque hecho en su historia en su suelo continental. La respuesta bélica que dio tuvo un gran respaldo diplomático y demostró que la mega-potencia estaba en su apogeo. Bush, quien debutaba en el poder tras haber perdido en las elecciones, se convirtió en uno de los presidentes más populares que haya tenido su nación.

Siete años después gran parte de ese capital político se ha esfumado. Bin Laden y Mulá Omar siguen operando libres mientras que Bush se ha tornado en uno de los mandatarios más impopulares que haya tenido EEUU y su país sufre cuestionamientos.

Por primera vez en la historia 16 de las 20 repúblicas latinoamericanas tienen presidentes que se reivindican de una u otra forma de izquierda. Rusia acaba de hacer su mayor desafío en la postguerra fría al haber invadido Georgia y reconocido la separación de dos regiones de ésta. China viene mostrando que se prepara para competir de igual a igual con EEUU.

Hoy EEUU está en recesión y a ocho semanas de sus elecciones. Washington urge derrotar a Al Qaeda si quiere recuperar su prestigio mundial. McCain quiere hacer ello haciendo una mayor ofensiva que la que hizo Bush en Iraq y planteando quedarse allí hasta un siglo. Obama representa el polo opuesto pues él siempre cuestionó atacar a Iraq porque él lo que quiere es salirse de allí para concentrarse en cazar a Osama.

Paradójicamente, por primera vez un líder del ‘Tercer Mundo’ puede convertirse en el gran elector de EEUU. Un nuevo atentado de Osama, por ejemplo, inclinaría la balanza a favor de McCain, quien mostró como toda amenaza a la ‘seguridad nacional americana’, como la guerra ruso-georgiana, siempre le hace subir puntos.

 
A 7 años del 11-S:

1) No se ha producido ningún nuevo atentado en EEUU, pero sí en Madrid, Londres, Marruecos, Turquía, India, Bali, etc.

2) Afganistán e Iraq fueron invadidos. EEUU logró remover allí gobiernos hostiles para generar una creciente resistencia armada.

3) Saddam no sólo era enemigo de Bush, sino un dique contra los fundamentalistas sunitas (Al Qaeda) y chiitas (Irán), quienes se han potenciado con su caída.

4) La guerra antiterrorista ha costado más de cien mil vidas y ha producido más de 5 millones de desplazados.

5) EEUU ha invertido en ésta una cifra mayor de lo que costó Vietnam o que se requiere para sanear todas las deudas externas de las naciones pobres.

6) Al ocupar Iraq, EEUU se distrajo de capturar a Bin Laden y a los jefes talibanes, quienes se han agigantado, mientras generó gran oposición dentro del Islam y del mundo.

7) Al Qaeda pasó de ser una secta marginal a ser un movimiento global con militantes nativos dentro de los estados aliados de Bush.

8) Irán se valió de EEUU para eliminar a dos vecinos enemigos para luego tener aliados suyos co-gobernando en Iraq y Afganistán, mientras avanza en Siria, Líbano y Palestina.

9) La guerra iraquí hizo que EEUU descuide su patio trasero, donde la izquierda ha avanzado. Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Chile y Venezuela tienen gobiernos que se autoproclaman socialistas. Chávez ha acentuado su prédica antiEEUU.

10) EEUU ha perdido el inicial apoyo mundial que tuvo frente a los atentados. Rusia, China, la UE y Sudamérica se le distancian.

11) Todos los gobernantes que secundaron a EEUU en la invasión a Afganistán ya han caído y Bush está pasando los últimos meses de su mandato habiéndose convertido en uno de los presidentes más impopulares de la historia de su nación.

11 de Septiembre de 2001: Las Cifras

El 11 de Septiembre, 19 aero-piratas islamistas (15 de ellos sauditas) secuestraron 4 aviones que contenían 266 pasajeros. Todos ellos murieron al igual que 2823 en las Torres Gemelas y 125 en el Pentágono. Hay  más civiles muertos por las bombas anglo-americanas en Afganistán que por todos los atentados que haya hecho Al Qaeda en Occidente. Se estima que un 25% de las bombas que cayeron sobre Afganistán no dieron en el blanco planeado y que otro 10% puede haberse transformado en minas.

Las Torres Gemelas llegaron a ser el edificio más alto del mundo y el símbolo de la pujanza económica de la ciudad sede de las Naciones Unidas y la bolsa de Wall Street. Esta era como una ciudad donde cada día trabajaban 50.000 personas y le visitaban un promedio de 140.000. Las pérdidas en propiedades y seguros producidas en dicho ataque superan los 21 mil millones de dólares. Las pérdidas para las compañías de seguro pueden ascender a los 50 mil millones de dólares. Después del macro atentado se calcula que se perdieron 100.000 empleos en el área baja de Manhattan, 237.000 en los primeros 5 siguientes meses en la industria de viajes norteamericana, y que para fines del 2002 se habrá llegado a los 1.8 millones de empleos perdidos en los EEUU.

26 días después del 11 de septiembre Afganistán fue atacado por la mayor coalición bélica de la historia. Más de mil millones de dólares mensuales en gastos militares y de 22.000 bombas fueron desplegadas por los EEUU en los primeros 6 meses del conflicto afgano.

Las exportaciones afganas ascendían a los 70-80 millones anuales. EEUU, en cambio exportó en el año 2000 $776 mil millones. EL ingreso promedio anual de un afgano era de 80$ mensuales, mientras que el de un estadounidense era de 36.200 mensuales.

Antes de los bombardeos en Afganistán había 24,6 kilómetros de ferrocarriles y 2.793 kilómetros de caminos pavimentados. En EEUU hay 225.750 kilómetros de vías férreas y 5.733.028 kilómetros de caminos asfaltados. Antes del 11 de septiembre había en Afganistán 1 proveedor de internet, 29.000 teléfonos, 100.000 aparatos de TV y 167.000 radios.

La guerra contra Afganistán se dio para dar con los líderes acusados de organizar la matanza del 11 de septiembre. Sin embargo, Bin Laden y Mulá Omar siguen libres. Se piensa que 25.000 combatientes islamistas de unos 70 países fueron entrenados en Afganistán por Al Qaeda. El núcleo central lo constituían unos 3 a diez mil combatientes. El grueso de ellos ha logrado eludir la captura o ha salido de Afganistán. La mayor parte de la población afgana sobrevive en la miseria y en medio de un país destruido por 25 años de guerra y por haber sido bombardeado por las grandes potencias.

LOS DOS 11 DE SEPTIEMBRE. En esta fecha se ha cambiado el curso de la historia internacional en las últimas 3 décadas. Hace un año un grupo de aero-piratas se estrellaron contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Posiblemente los fundamentalistas islámicos que perpetraron esa matanza no se percataron que exactamente 28 años antes la principal sede de otro país americano había sido atacada desde el aire. En 1973 fue destruido el palacio de gobierno de Santiago. Dicha acción no fue hecha por pilotos extranjeros sino por unas FFAA que habían estado apuntaladas por la CIA, la agencia de inteligencia de la misma superpotencia que sufriría el macro-atentado del 2001. El 11 de septiembre de 1973, así como el del 2001, se alteró el orden mundial.

El 11 de septiembre de 1973

En este día se puso punto final al primer experimento de gobierno constitucional de partidos pro-soviéticos en Occidente. Pese a que la Unidad Popular chilena manifestaba someterse al sistema de las democracias capitalistas representativas patrocinadas por Washington, la administración estadounidense le consideró intolerable.

Antes del golpe de Augusto Pinochet la izquierda había crecido electoralmente y había un clima de tensión social. El canciller norteamericano Henry Kissinger sostenía que no se podía aceptar que un pueblo por ignorancia se tornase comunista.

El cuartelazo santiagueño sirvió para demostrar que el principal poder occidental no podría tolerar gobiernos contestatarios aunque fuesen elegidos bajo sufragio universal. Además alentó la consolidación o extensión de las dictaduras anti-comunistas en todo el Cono Sur.

El nuevo régimen instaurado el 11 de septiembre de 1973 sería el mismo que iniciaría el actual modelo económico que acabaría por implantarse como moda durante la globalización. La receta pinochetista consistía en renunciar al viejo sistema de economía keynesiana, que protegía la industria y el mercado internos, que promovía el desarrollo buscando sustituir las importancias y elevando el consumo mediante el incremento del nivel de ingresos de la población. Para la escuela de Chicago se imponía dar paso a una economía abierta a las importaciones y al libre flujo de capital extranjero. Pese a que ello implicaría una inicial destrucción de muchas industrias que producían para el mercado interno, el aumento del desempleo y la reducción de salarios reales y condiciones laborales, a la larga - se sostenía- se permitiría una nueva acumulación de capital. Orientándose hacia la exportación y estabilizando la moneda, Chile empezó a mostrar una pujanza económica que quiso ser imitada por otras naciones del hemisferio sur.

Para los críticos del neo-liberalismo se trataba de hambrear al pueblo para exportar. Para el monetarismo en boga ésta era la única posibilidad de poder competir en el mercado internacional y desarrollar a los países en ese camino.

El pinochetazo fue uno de los momentos de mayor conflicto entre las dos superpotencias cuando ambas parecían haber llegado a la década de los setentas a un nivel de empate.

A fines de esa década la nueva administración de Carter fue dando un viraje hacia patrocinar los derechos humanos como vía para minar al bloque soviético y para dar base social a los nuevos gobiernos que aplicasen reajustes económicos en Latino América.

El modelo militar impuesto en Chile el 11 de septiembre de 1973 fue siendo dejado de lado para patrocinarse el sistema neo-liberal que éste había empezado a alentar. La mayor victoria de dicho evento fue que a larga los propios países del Pacto de Varsovia acabarían por renunciar al sistema de economías planificadas y de régimen de partidos únicos comunistas, para abrazar el mercado capitalista. El monetarismo pinochetista se convertiría en una panacea para varios círculos en Moscú.

En el 11 de septiembre del 2001 le tocó a los EEUU el recibir un ataque desde el aire. Los símbolos de su poderío militar y económico fueron atacados. La CIA esta vez no fue acusada de organizar el golpe, sino de no haberse dado cuenta de ella o, en el peor de los casos, haberlo dejado pasar para justificar una carrera militarista.

En ambas fechas de 1973 y 2001 las administraciones norteamericanas estaban en manos de republicanos duros. Bush hijo y Kissinger son quienes hoy encabezan la tendencia halcón dentro del partido gobernante planteando una inmediata guerra contra Irak, aunque muchos líderes republicanos se muestran dudosos sobre si es conveniente lanzarse a una intervención bélica sin suficiente apoyo internacional o justificativos.

Tras el 11 de septiembre del 2001

En este día los EEUU lanzaron un proyecto de incremento militar fuerte. El presupuesto armamentístico de la única súper-potencia subió hasta significar más que la suma de los demás siete siguientes poderes. Se vertebró la mayor coalición de países nunca antes vista para poder atacar Afganistán.

Uno de los países más pobres del planeta empezó a recibir cada mes un promedio de mil millones de dólares en bombardeos. Esta cifra equivalía al promedio de las exportaciones afganas en más de doce años.

La incursión en Afganistán condujo a la caída del gobierno y a que éste fuese remplazado por una coalición de caudillos militares, muchos de ellos con peores historiales de matanzas contra indefensos y crímenes de guerra que los propios talibanes.

Ni Bin Laden ni Mullah Omar han sido capturados. Pinochet fue apresado y luego liberado. Los responsables de las dos matanzas de los 11 de septiembre han recibido distinto juzgamiento por parte de Occidente. Ambos han sido colaboradores de la CIA pero uno siempre se mantuvo amigo de los EEUU pero el otro le agredió. Al general chilena se le permitió regresar a su país bajo presión de los conservadores. Al fundamentalista saudita se le persigue al extremo de haberse producido unas 3,000 muertes civiles con los bombardeos occidentales en Afganistán.

Pese a que no se ha dado con el objetivo de capturar a los organizadores del macro-atentado contra Manhattan y Washington, la lección que ha dado Busch es que su país es el policía global y que tiene la capacidad de poner orden donde allí lo considere necesario.

La nueva doctrina que se ha impuesto es la de tratar con dureza a todos aquellos a quienes se sindican como terroristas. A poco de esos sucesos se produjeron nuevos cambios. Sharon se lanzó a arrasar a la Autoridad Nacional Palestina. El gobierno fundamentalista hindú incrementó su accionar contra los separatistas de Cachemira y se ha planteado la posibilidad que se pudiese desatar la primera guerra nuclear, la cual sería entre la India y Pakistán. En Colombia subió a la presidencia Alvaro Uribe pregonando una ofensiva generalizada contra la guerrilla. En el país vasco se decretó la ilegalización del Batasuna, un partido que aglutina a más de un décimo del electorado pero que es acusado de ser el brazo legal del ETA.

Muchos críticos de la nueva línea dura sostienen que las cruzadas anti-terroristas no buscan dar solución al real problema que ocasiona la violencia social. El crecimiento de las desigualdades entre naciones y clases, el incremento de la pobreza y el deterioro del medio ambiente son cuestiones que a los EEUU se les acusa de menospreciar, y son éstas las que ocasionarían diversos movimientos sociales o el accionar de grupos violentistas. Para los partidarios de la línea anti-terrorista se necesita poner orden a nivel global para poder garantizar las inversiones y la economía.

Los dos XI-IX fortalecieron inicialmente a la derecha republicana y a su agenda de mayor dureza militar contra sus enemigos, mayor intervencionismo norteamericano y mayores concesiones para las multinacionales estadounidenses. En el primer caso la línea halcón de Nixon-Kissinger conllevó a un eventual debilitamiento de Washington y a levantamientos anti-norteamericanos exitosos en Indochina, Nicaragua e Irán. En el segundo caso está llevando a Busch a una política de intervención bélica en Irak que podría aislar a los EEUU en relación a diversos aliados europeos y musulmanes, y que podría terminar produciendo nuevas reacciones contra dicha potencia.

www.lajornadanet.com
© 2008 La Jornada. La Jornada es una marca registrada. Copyright. All Rights Reserved.