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ACTUALIZADo 27 de mayo de 2009
Bicentenarios, Dos Guatemalas, Lora y Benedetti y Sri Lanka
En 1808 Napoleón invadió España y colocó a su hermano José como su nuevo rey
por Isaac Bigio
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Desde el 25 de Mayo del 2009 al del 2010 se abre un periodo muy importante para toda Hispano América. En la primera fecha se celebra lo que a nivel de toda la región es el bicentenario del primer grito de independencia y en la segunda el bicentenario de la independencia del primer país.

En 1808 Napoleón invadió España y colocó a su hermano José como su nuevo rey. La resistencia a los franceses se concentró en la junta de Sevilla, la misma que pronto quedaría sofocada. Cuando esas noticias llegaron en barco hasta las Américas produjeron varias conmociones. En algunas ciudades importantes se constituyeron juntas locales que afirmaban que ellas tenían el mismo peso que las juntas de Andalucía en jurar lealtad al depuesto rey hispano Fernando VII, por lo cual les desconocían de toda autoridad.

Eso fue lo que resolvieron en 1809 los cabildos abiertos de Chuquisaca (capital del Alto Perú, hoy Sucre, capital de Bolivia) el 25 de Mayo, La Paz el 16 de julio y Quito el 10 de Agosto. Estos movimientos no tuvieron una ideología república o independentistas pero mostraron el choque entre los criollos americanos y los peninsulares.

Estos tres levantamientos fueron sofocados por las tropas del virrey Abascal quien hizo de Lima el centro de la lealtad a las autoridades de España.

Sin embargo, el 25 de mayo de 1810 el cabildo de Buenos Aires depuso al virrey Cisneros remplazándolo con una junta presidida por el conservador monárquico Saavedra. Estos movimientos inicialmente expresaban el resentimiento ante la casta europea o pedían libre comercio con los británicos, quienes acababan de haberse convertido en los aliados de la corona hispana contra París.

En la próxima década y media la gesta hispanoamericana iría evolucionando hasta adoptar una prédica republicana que logre expulsar a España de la América continental (Ayacucho, diciembre 1824).

Dos Guatemalas

En 1960-1996 Guatemala vivió una de las peores guerras internas que haya azotado América Latina. Allí murieron 200,000 personas, la mayor parte de ellos civiles mayas. Muchos pensaban que las heridas de dicho conflicto se iban a cicatrizar tras el fin de la bipolaridad y por el hecho que la antigua guerrilla se fue acoplando a la democracia liberal.

La llegada de Álvaro Colom como el primer presidente socialdemócrata del país generó expectativas que en el país se podría tender puentes entre comunidades nativas que sufrieron masacres y el Estado.

Sin embargo, una fuerte crisis ha estallado. El detonante ha sido el asesinato del abogado Rosenberg, el cual, poco antes de morir grabó un video en el cual alertaba que si él era victimado sería por orden del Presidente y de su esposa. La oposición ha presentado 30,000 firmas pidiendo que cese la inmunidad presidencial.

El domingo hubo dos marchas contrapuestas. Una contra el gobierno y en la cual los sectores predominantes eran de tez clara y de clase media o alta. La otra era a favor del mandatario y compuesta por gente humilde y de tez cobriza.

El gobierno ha lanzado el discurso de que existe una confrontación entre dos Guatemalas: la de los pobres y la de los ricos, y que lo que hay es una conspiración golpista de la derecha y los narcos. La polarización puede agravarse. El Grupo de Río no quiere que caiga Colom. Aunque EE.UU. o los países de la región no aceptarían un cuartelazo, la prédica de la lucha de clases podría animar a que se radicalicen las antiguas bases sociales de la izquierda.

Lora y Benedetti

El pasado domingo 17 murieron dos octogenarios izquierdistas sudamericanos: Mario Benedetti (autor uruguayo de unos 70 libros) y Guillermo Lora (el más prolífico y controversial autor boliviano con casi 70 volúmenes publicados de sus obras completas). Ambos nacieron a inicios de los años veinte, fueron perseguidos por dictaduras y se reclamaron socialistas. Sin embargo, expresaron a dos proyectos antagónicos.

Benedetti se identificó con todos los actuales gobiernos izquierdistas latinoamericanos, y quería que las democracias y los mercados fueran evolucionando al elegir gobiernos ‘progresistas’.

Lora, en cambio, concebía que Fidel Castro, Hugo Chávez o Evo Morales son sostenedores del capitalismo y que los trabajadores deben ser oposición a éstos y deben hacer insurrecciones que les lleven al poder.

A Benedetti hay que leerlo para conocer de lo mejor de la literatura latinoamericana, y a Lora para querer poder entender por qué Bolivia es tan convulsiva.

Lora fue el jefe del partido más antiguo de su país (el POR), el cual nunca llegó al poder, pero impulsó varias huelgas que echaron mandatarios y quien reclamó haber hecho que los sindicatos de su nación sean los más moldeados por el trotskismo a nivel mundial.

En la despedida a Benedetti fueron multitudes, mientras que a la de Lora fueron sus no muchos seguidores.

Sri Lanka

Una de las principales guerrillas separatistas del mundo acaba de sufrir una derrota histórica. Tras más de 25 años de insurgencia, los tigres tamiles perdieron el control de su territorio mientras que varios de sus jefes (incluyendo su caudillo Velupillai Prabhakaran) han muerto luego de la ofensiva del Ejército de Sri Lanka.

Como los tamiles tienen una lengua, alfabeto y credo tan diferente al de la mayoría sinhalesa budista, los tigres pedían que en la costa este y norte del país se estableciese el Eelam (una república tamil).

El presidente lanka Mahinda Rajapaksa reclama haber logrado restablecer su control en todo el país y haber conjurado el peligro de que Sri Lanka siga el camino que llevó a la división militar de otras islas medianas (como Chipre, Irlanda o Timor).

En el conflicto han muerto más de 70,000 personas y el gobierno srilankés ha sido acusado de crímenes de guerra. Los tigres han sido aplastados aunque es posible que se replieguen en guerrillas, mientras que aún existen unos 70 millones de tamiles en la India y el mundo (algunos con mucha influencia en capitales como Londres, donde desde hace semanas dominan la plaza del Parlamento) en donde pueden conseguir distintas formas de apoyo. Para evitar que luego estalle la violencia étnica, varias potencias aconsejan a Sri Lanka otorgar formas de autonomía a las zonas tamiles.

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