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actualizado 26 de agosto 2011
El futuro de Medio Oriente tras la caída de Gaddafi
El derrumbe definitivo de Gaddafi puede producirse en las próximas horas, días o meses
Por Maximiliano Sbarbi Osuna
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El acoso occidental a Siria permitiría vislumbrar que el gobierno de Al Assad será el próximo en caer. Pero los intereses de Rusia, China e Irán podrían preservar al gobierno sirio del derrocamiento. Israel teme que se instale allí un gobierno musulmán extremista. En tanto, la reanudación de los ataques de palestinos a Israel y los bombardeos a Gaza acallaron las protestas populares israelíes, pero tensaron las relaciones de Tel Aviv con Egipto. ¿Cuál será el papel de Irán en el nuevo mapa de Medio Oriente?

El derrumbe definitivo de Gaddafi puede producirse en las próximas horas, días o meses. Debido a la guerra psicológica mediática y a la desinformación que ronda en torno a Libia no se puede adelantar cuál va a ser el futuro del coronel. Se dice que tiene capacidad militar para resistir en Trípoli debido al alto porcentaje de fieles que concentra en esa ciudad.

Pero luego del derrocamiento de Gaddafi, el complejo tablero de las revueltas árabes vuelve a cambiar. No sólo por la dinámica social que se desprende de este inédito movimiento panárabe, sino por la manipulación de las protestas por parte de las potencias y de los intereses de los grandes actores regionales, que se ven directamente implicados en esta contienda geoestratégica: Irán, Israel y Arabia Saudita.

¿QUÉ SUCEDERÁ CON SIRIA?

El mundo mira a Siria con atención, dada la similitud de la situación con Libia. Un dictador aferrado al poder recurre a la represión para aplastar a las revueltas.

Sin embargo, Siria no es un país petrolero. Su importancia para Occidente y para los actores que han desviado la intención libertaria original de la Primavera Árabe es puramente geoestratégica.

A pesar de ser un gobernante laico, Bashar al Assad pertenece a la minoría chiita que gobierna Siria. Su apoyo económico proviene de Irán y el militar de Rusia. Además, Damasco influye directamente sobre la política libanesa, al apoyar a la milicia Hezbollah, y palestina, al apuntalar a Hamas en Gaza.

Los múltiples intentos de establecer un bloqueo aéreo similar al de Libia por parte del Consejo de Seguridad de la ONU han fracasado, ya que la férrea oposición de Rusia y China impiden que se bombardee a Siria. Por otro lado, Israel teme que sectores islamistas se instalen en su frontera y que empeore el panorama en Medio Oriente.

Además, los discursos del presidente Barack Obama y su secretaria de Estado Hillary Clinton se encaminaron a pedir que Al Assad se haga a un lado y no que se aparte del poder, lo que se puede entrever que solicitan unas reformas políticas y económicas tenues, para evitar que sectores extremistas tomen el gobierno.

De esta manera, Occidente junto con Israel buscan debilitar al máximo a Al Assad, pero prefieren mantener un partido laico conocido antes de arriesgarse a que se produzca una revolución similar a la de Irán.

¿QUÉ SUCEDERÁ CON ISRAEL?

El debilitamiento de Al Assad produjo que el Hamas palestino se acercara al nuevo gobierno de Egipto post Mubarak. Así, bajo su mediación se logró un acuerdo con los palestinos de Cisjordania, encabezados por Mahmud Abbas.

Según analistas israelíes, el nuevo gobierno de Egipto desmilitarizó la península del Sinaí, á través de la cual ingresaron activistas palestinos y egipcios que asesinaron a ocho israelíes cerca de la ciudad turística de Eilat.

Pero el papel del nuevo gobierno egipcio no está claro. Por un lado, mantiene una postura de no enfrentamiento con Israel, al igual que Mubarak, y por otro estaría permitiendo que los Hermanos Musulmanes, aliados de Hamas, escalen políticamente y que logren introducir militantes a través de la frontera.

Además, la reactivación del conflicto con Hamas permitió desviar la atención de las protestas civiles contra los altos precios en Israel.

¿QUÉ SUCEDERÁ CON EL RESTO DE LAS REVUELTAS ÁRABES?

En Yemen, Occidente podría utilizar la misma táctica que en Egipto, dejar caer al dictador Saleh, pero manteniendo el status quo. Pero este escenario es improbable por dos razones.

La primera es que desde hace casi tres meses Saleh se encuentra en Arabia Saudita recuperándose de las heridas producidas por un atentado. Pese a eso, el poder sigue intacto y continúa la represión de los disidentes.

Por otro lado, Yemen albergaría varias células de Al Qaeda, que son constantemente acosadas por las fuerzas gubernamentales con el apoyo de Europa y Estados Unidos.

En Bahrein, luego de la violenta masacre perpetrada por la monarquía sunita, la mayoría chiita anunció que va a boicotear las elecciones parlamentarias de este año. Además, los intereses occidentales se encuentran resguardados por las tropas saudíes presentes en la isla.

En Túnez y Egipto, las revoluciones fueron manipuladas y secuestradas. Se produjeron algunos cambios superficiales, pero no de fondo. Los intereses de Francia y Estados Unidos siguen estando resguardados. Queda la incertidumbre sobre el papel que adoptarán los Hermanos Musulmanes dentro del nuevo gobierno militar egipcio.

En Marruecos, Arabia Saudita, Jordania y Omán los cambios políticos y la creación de miles de empleos con dinero de los petrodólares y de las subvenciones de las potencias y de los patrocinadores antirrevolucionarios –Qatar y Emiratos Árabes Unidos- lograron desmovilizar a los que pedían cambios políticos y sociales.

¿QUÉ SUCEDERÁ CON IRÁN?

Irán logro desmantelar las protestas populares que exigían una mayor libertad. El enfrentamiento directo con Occidente no se va a llevar a cabo porque eso desestabilizaría a Afganistán y a Irak, países de los cuales la OTAN quiere huir, habiendo establecido los contratos económicos que fueron a buscar.

No es menor el dato de que tanto el Irak de Saddam Hussein, como la Libia de Gaddafi desmantelaron sus programas de armas de destrucción masiva y luego fueron atacados por sus propios aliados occidentales. Irán mantiene su programa nuclear, por ahora civil, pero eso puede ser un escudo que lo proteja de posibles ataques.

El choque bélico de Irán, principalmente con Arabia Saudita, se está realizando en territorio sirio. Aunque Rusia y China se opongan a una acción directa de la OTAN, el futuro del mapa de Medio Oriente depende de cómo finalice la guerra civil en Siria.

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