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actualizado 7 de diciembre 2012
Oído al pueblo
“No te preocupes, vive, todo llega a su fin”
Por Nelson Maica C.
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Oído en tierra. Se percibe un sonido. Se identifica el sonido con alguno conocido. Servía de orientación, ha. Hoy, es conveniente retomar la práctica. Oído al pueblo. Se perciben sonidos. Pero se le atribuyen diversos, múltiples, aplicaciones e identidades. Para pocos, son nítidos.

Y, además, hay manipuladores, a granel, de los sonidos y rumores del pueblo, hasta el punto, que se les ocurre afirmar, que son el pueblo. Tamaña insensatez y locura experimentada, tal vez, en otras latitudes y tiempo.

Pero también hay quienes se atribuyen el poder y la facultad de dirigir e inculcarle, para su beneficio, rumores al pueblo. Otro tipo de demencia y daño. Se olvidaron de que la gente es gente, el pueblo es pueblo, acciones y sonidos le son desconocidos, familiares, característicos, les pertenecen y, también, hay sordos y mudos y sordo mudos. Las poblaciones, las sociedades, los pueblos, se organizan, actúan, no son inmóviles; se expresan de alguna forma y manera. Y, para ciertos tratadistas, carecen de memoria.

Algunos pretendemos observar y registrar esos comportamientos y trasmitirlos, dejar constancia; aportar, de ser posible, algún adelanto, algo útil en atención al futuro y/o alguna observación para no repetir un error, un sufrimiento, un retroceso.

En estos últimos 13 años, lamentablemente, tenemos que registrar un retroceso tan marcado que habrá que hacer un gran esfuerzo, primero, para explicarlo, entenderlo, y, luego, para superarlo (no vislumbro quienes y cuando puedan hacerlo, dada la reciente experiencia electoral) en breve, si es que este pueblo, del que formo parte, quiere y se decide y se dedica a superarlo. De lo contrario tendremos que vivir con eso que me dijo una amiga en una oportunidad, el complejo del salmón, seguir viviendo y nadando contra la corriente. Unos, en vías de desarrollo y, otros, en vía de retroceso; los mas, sentados, observando y esperando un no sé qué.

Unos buscando libertad y otros queriendo ser esclavos. Otros, abandonando a su suerte este pueblo; pero sin realizar hasta el último esfuerzo por él. ¿Cómo nos explicamos que la trivialidad, frivolidad, puerilidad, tontería, bagatela, bobada, arbitrariedad, ligereza, corruptela, etc., ocupe, por ahora, el lugar de la importancia, de la trascendencia?

¿Cómo nos explicamos que la supuesta dirigencia que busca restablecer la libertad, la democracia, esta, en su discurso, en sus acciones, presentándose igual que aquellos que tienen 13 años practicando la destrucción, la implantación del comunismo, la esclavitud, la represión, el terror y el crimen? ¿Cómo nos explicamos la no trasparencia en todo y en todos? ¿Cómo nos explicamos la falta de acciones contundentes de la resistencia y oposición?

¿Acaso en tan poco tiempo, 13 años, y ya parece que renunciamos todos a la aspiración por un cambio social y político hacia el progreso, la libertad, la felicidad de cada cual? ¿Renunciamos, acaso, a liberarnos del comunismo, de la esclavitud, del totalitarismo, del pensamiento único, del uniforme obligado, del caudillo, del látigo, de la libreta de racionamiento, etc.?

¿Acaso es inútil cambiar ahora? ¿Nos conformamos ya con que todo siga igual? ¿Es demasiado riesgo cambiar ahora? ¿Por qué sentimos la carestía de líderes civiles que interpreten correctamente el rumor, el ruido, que está emitiendo el pueblo, el ciudadano, de la conveniencia y oportunidad de cambiar este régimen represor, terrorista y criminal?

¿No son suficientes la represión, el terror y el crimen, ya conocidos? ¿La entrega de la soberanía? ¿La manipulación electoral? ¿Los presos políticos? ¿Los abusos judiciales? ¿Los crímenes impunes? ¿La corrupción? ¿El incremento de pobres? ¿El despilfarro? ¿Las violaciones a la constitución y leyes? ¿La intolerancia? ¿La desfachatez? ¿La falta de ética y moral? ¿Etc.? ¿Se apodero el conformismo de la población cuando se oye a algunos decir que siempre habrá una minoría que gobierne a la mayoría? ¿Pero, cual minoría? ¿Una minoría impuesta y manejada desde la isla caribeña con triquiñuelas electorales?

Alguien de a pie me comento: “no te preocupes, vive, todo llega a su fin”. ¿Pero no te das cuenta que ya estamos en comunismo? Y contesto: “eso no te lo creo, este pueblo, y me incluyo, no es comunista ni aceptara el comunismo, venga de donde venga y tráigalo quien lo traiga”. Su palabra vaya a´lante.

¿Hay que esperar que la situación del país sea tan mala, tan caótica, para que se dé la ocasión, la oportunidad, la posibilidad, de un cambio de régimen? ¿Es una ley, un axioma? ¿Una comodidad? ¿Un ventajismo? ¿Una trampa? ¿Eso esperan los politiqueros de siempre para salir como salvadores de la patria?
¿Cómo y cuándo reconoce, identifica, un pueblo que es oportuno, que debe cambiar un gobierno? ¿Todo cambio es positivo?

Experiencias. Las democracias de Europa del norte casi erradicaron la pobreza. En los países desarrollados después que le otorgaron el derecho a voto a las mujeres y a la inmensa mayoría de la población, surgió gran estabilidad en casi todos los aspectos.

La democracia más grande y pobre del mundo está en la India. Hay otros modelos de desarrollos dentro del capitalismo, más justos y socialmente equilibrados. Alemania es una economía social de mercado vigorosa. Hecho: la votación anterior, 07OC, mayoritariamente roja (cierta o falsa) emitió un sonido; pero el ruido del pueblo que se está oyendo hoy no concuerda con ese sonido electoral. Es otro.

¿Cómo lo percibe la dirigencia de la resistencia y de la oposición? ¿Actuaran en consecuencia y en consonancia? ¿Tendrá el pueblo, la ciudadanía, que tomar acciones por su cuenta y convocarse mediante las denominadas redes sociales, tal como está ocurriendo en otras latitudes?

Ojala actúen como lo está haciendo hoy una humilde y solitaria apureña encadenada a las puertas de la gobernación de ese Estado, según los medios de comunicación, para que el gobierno revolucionario y humanista del comunismo le pague sus prestaciones sociales que le adeuda desde el 2009. Y como han actuado otros humildes y solitarios venezolanos en reclamo de sus derechos y que, en algunos casos, han dado su vida por ello y en otros están injustamente en prisión o exilio.

Ellos nos recuerdan todos los días los valores que si tiene y lleva consigo el pueblo, la gente, los ciudadanos, y los sonidos que le son propios, auténticos.

Pero es bueno recordar también, tal como dejaron para la posteridad antiguos filósofos, aquello de que si el hombre pudiera delinquir, violar y matar sin ser descubierto, lo haría. Oído al pueblo.

“Cuando la gente le teme al gobierno, hay tiranía; cuando el gobierno le teme a la gente, hay libertad”, Thomas Jefferson.

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