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actualizado 30 de enero 2012
Corea del Norte y la compleja sucesión dinástica
El Ejército Popular norcoreano, es clave en la estructura de poder del país comunista
Por Gustavo Adolfo Vargas
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Nominada informalmente Corea del Norte, en distingo de Corea del Sur, la República Popular Democrática de Corea, es un país de Asia Oriental, ubicada al este de la República Popular China, entre los mares del Japón y amarillo, ocupando la porción septentrional de la península, otrora gobernada por el imperio Coreano, hasta su anexión a Japón tras la Guerra Ruso-Japonesa de 1905.

Después de la Segunda Guerra Mundial (1945), se dividió en dos zonas (una ocupada por los soviéticos y la otra por Estados Unidos). Ambas reclaman la totalidad de la Península lo que originó, la Guerra en 1950. La firma del armisticio en 1953, terminó con la lucha; sin embargo, oficialmente los dos países siguen en guerra, sin firmar un tratado de paz.

Una segunda transmisión del poder dinástico, hará el régimen de Corea del Norte: esta vez de Kim Jong-il, quien gobierna desde 1994, a su hijo menor, Kim Jong-un, investido heredero de los poderes políticos de su padre en octubre de 2010, a los 27 años de edad, ante la caída en desgracia del hijo mayor, Kim Jong-Nam.

Esta sucesión dinástica tiene su origen en que Kim Il-sung, creó una ideología nacional, Juche (combina el comunismo y la autarquía con una gran dosis de valores confucianos), la que sublima el vínculo entre padre e hijo, como paradigma de todas las relaciones humanas, incluida la del gobernante con los gobernados. Así como el deber absoluto de un confuciano es venerar a su padre, así mismo es deber absoluto de un súbdito confuciano el venerar al gobernante.

Al igual que su padre, Kim Jong-il, nombra constantemente a miembros de su clan para cargos de poder. De hecho, Kim Jong-un (tercer hijo de Kim Jong-il y su difunta consorte Ko Young-hee), fue propuesto como su sucesor hace casi un año, más no está claro si ejercerá la autoridad absolutista de su padre.

A más de su juventud e impericia, su tía, Kim Kyong-hui (hermana de Kim Jong-il y esposa de la segunda figura de la jerarquía de Corea del Norte, Chang Song-taek), quizá muéstrese reacia a que el poder escape de sus manos. Sea que Kim Jong-un o Kim Kyong-hui, se proponen seguir un aislamiento o imprimir un cambio económico, al parecer carecen de credenciales revolucionarias y control del poder necesario para ello.

La lucha de Corea del Norte, es contra la falta de alimentos, que pone en enorme peligro el bienestar de la sociedad. El Programa Mundial de Alimentos (PAM), ha hecho llamamientos para paliar tal carencia y Corea del Sur aporta grandes cantidades para revertir la situación de emergencia.

Empero, Kim Jong Un, hereda una relación bilateral más débil que nunca. Toma las riendas de un país monolítico enigmático y potencia nuclear reconocida. Igualmente, deberá despejar la incógnita que abre la muerte de su padre, respecto al desarrollo de las negociaciones internacionales, para anular el programa de armamento que detonó su primera bomba atómica en 2006.

En una visita a Rusia, Kim Jong Il, señaló que su país estaba anuente a discutir la suspensión de los ensayos y producción de armamento nuclear, si se retoman las conversaciones. Las delegaciones de las dos coreas, Estados Unidos, Rusia, Japón y China, signaron un acuerdo en Pekín, con los primeros pasos para la desnuclearización de Corea del Norte. A cambio, la República Popular Democrática de Corea, recibiría ayuda energética de un millón de toneladas de petróleo, más compensaciones económicas.

El Ejército Popular norcoreano (con más de un millón de efectivos), es clave en la estructura de poder del país comunista. En Corea del Sur, se especula que el hecho de pertenecer a la dinastía Kim, no es suficiente para obtener apoyo duradero de la veterana cúpula militar. Kim Jong-un, fue figura cuasi desconocida hasta el año pasado. Kim Jong-il, sucesor de su propio padre, Kim Il-sung, tenía mucha más experiencia en los círculos políticos y militares de la que ahora tiene su hijo menor.

Kim se educó en China y asistió a la Universidad Kim Il Sung, de Pyongyang, pronto se unió al Partido de los Trabajadores de Corea y ascendió gradualmente en el escalafón hasta que, en 1969, fue nombrado miembro del Politburó y Director adjunto del Departamento de Propaganda y Agitación. Cinco años después, nombró sucesor a su hijo, Kim Jong Il, y tras su fallecimiento, automáticamente fue proclamado Presidente Eterno del País.

Los “esfuerzos para la reconciliación” efectuados a través del proyecto turístico, que ambos países mantenían en el norcoreano monte Kumgang, se han paralizado. El otro gran proyecto que comparten, es el del parque industrial de Kaesong, en territorio norcoreano, donde las más de cien factorías surcoreanas funcionaban con normalidad, con sus aproximadamente 48,600 empleados norcoreanos.

Estos son, entre otros, los singulares ribetes de la compleja sucesión que hoy enfrenta a Corea del Norte, ante una embarazosa situación ideológica, socio-política, económica y militar, que acaso amague con la abolición misma de la rancia dinastía Kim.

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