La principal función del estado es generar escenarios de bienestar para la población en general. Una manera de hacerlo es procurando que los ingresos, producto de la dinámica económica, se distribuyan congruentemente entre los municipios, las localidades y la poblaciones de su territorio.
Sin embargo, los beneficios del crecimiento económico difícilmente se direccionan hacia aquellos sectores que históricamente se han visto menos favorecidos, de tal suerte que el estado asume importantes desafíos para llevar, o en su defecto acercar, una proporción congruente de bienes y servicios públicos, con el objetivo de tener un impacto positivo en la población, al mejorar el entorno y por tanto las condiciones de existencia de la ciudadanía.
Uno de los mecanismos con los que cuenta el estado para resolver una problemática como la planteada con anterioridad, es mediante la implementación de una política pública dirigida a atender las cualidades culturales de la población, para convertirlas en un elemento que se sume al desarrollo de la entidad.
En este sentido. Debe entenderse a la política cultural como aquellas acciones promovidas desde el estado con la finalidad de explotar el potencial cultural de una sociedad determinada. Es así, que una propuesta de política cultural debe ir encaminada a hacer de Oaxaca uno de los polos culturales más importantes de México, por medio de la promoción de las tradiciones y costumbres que se albergan en la entidad, mediante el fomento de los polos culturales de las regiones del estado y la atracción de movimientos y corrientes culturales vanguardistas a nivel global, que puedan fortalecer a la entidad como un escenario propicio para el desarrollo de la cultura universal, respetando la permanencia y el desenvolvimiento de la cultura local.
Para poder formular una política cultural es importante tener en cuenta los rubros más importantes que derivan de la cultura. Como primer rubro tenemos la educación, el segundo serían las tradiciones y costumbres, el tercero el arte y el cuarto la adopción de una cultura universal.
El primer rubro de la cultura es quizá el más complejo de todos. Es bien sabido que un alto nivel educativo en el pueblo es muestra de que un gobierno eficaz y eficiente en una de sus funciones más primordiales. La experiencia de varios países como Japón, Corea del Sur, Singapur, Irlanda etc., nos muestra cómo la educación ha sido el factor detonante del desarrollo.
En Oaxaca tenemos dos grandes problemas al respecto: existen pocos recursos, en una gran cantidad de comunidades marginadas (Oaxaca es la tercera entidad con mayor grado de marginación en el país), destinados a la educación y por otro lado tenemos una gran cantidad de recursos que se aglomeran en los principales polos poblacionales y son utilizados de forma inapropiada. El problema de la educación en Oaxaca es más complejo que eso, por lo que es necesario aclarar que una educación de calidad no depende –directamente- de los niveles de ingresos que se destinen al rubro, sino de las cualidades de los profesores y los alumnos.
En el segundo y tercer rubro es donde Oaxaca tiene sus mayores potencialidades. Las tradiciones y costumbres de las diferentes regiones y pueblos de Oaxaca son sumamente ricas. Sin embargo las fechas de los eventos más sobresalientes son desconocidas.
En cuestión del arte, es bien sabido que Oaxaca es un lugar de artistas que han logrado rebasar las fronteras nacionales para perpetuarse en la memoria del mundo culto. Existen varios rubros del arte donde el oaxaqueño ha demostrado tener amplias cualidades.
En la pintura por ejemplo, donde son de relevancia tres puntos de venta importante a nivel nacional: DF, Monterrey y Guadalajara, tenemos que Oaxaca es un de los pocos Estados que alberga a grandes personalidades de la pintura incluso a nivel internacional. Tenemos la fortuna de contar con un valuarte iberoamericano, Francisco Toledo, así como con otros pintores de talla internacional como Sergio Hernández, Alejandro Santiago, Doctor Lacra, Guillermo Olguín, Amador Montes, Demián Flores, entre otros.
En cuanto al cuarto rubro, sabemos que la cultura forma parte de la esencia del hombre, es un elemento que compartimos todos los seres humanos y que podemos ubicar como nuestra forma de expresión, en cuestión de sentimientos, percepciones o tradiciones mismas.
Otro elemento que fortalecería una la política pública en el ramo es la atracción de movimientos y corrientes culturales extranjeras que puedan hacer de Oaxaca un lugar propicio para el desarrollo de la cultura universal, que respete y de continuidad a su riqueza interna.
Podemos hacer de la cultura un detonador de desarrollo que favorezca incluso al sector turismo y por ende a la economía oaxaqueña. No debemos olvidar que la cultura es el medio más propicio para engrandecer a un pueblo en momentos difíciles, no de forma numérica o exponencial, si no cualitativamente. Aunque el crecimiento económico sea inconstante, el desarrollo humano puede ser posible si este deseo se siembra en el individuo; impulsado desde la sociedad y el estado.
*Nota: Oaxaca es uno de los estados más pobres de México, su economía no crece, el nivel educativo está por debajo de la media nacional, no hay actividades industriales, tiene un territorio complejo, sumamente montañoso y una población dispersa. Es rico en recursos naturales, en tradiciones y cultura. 3 de cada 10 oaxaqueños habla alguna lengua indígena, tierra de importantes artistas plásticos, músicos y de los líderes (políticos y sociales) más prominentes de México.
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