Las razones de la guerra contra Siria
La destrucción de Siria fue planeada en 2003, una vez que la OTAN desmantelara a Irak, Irán y Libia
Por Gustavo Adolfo Vargas*
La secretaria de Estado (de los Estados Unidos), Condoleezza Rice (2005-2009), proponía que: engendrar “el Nuevo Oriente Próximo” iría acompañado de grandes “dolores de parto”.

El modelo demanda desintegrar los grandes Estados instaurando miniprotectorados, garantizando el perenne dominio del imperio (Estados Unidos) sobre la estratégica región con mayor reserva de hidrocarburo del mundo, disputado por China, Rusia y Europa.

Desde 1991 han desmembrado a Irak (pues su Kurdistán, cuasi independiente); Yugoslavia, es el último país socialista de Europa; Sudán, el país más grande del África “musulmán”; y Libia, defensora de Palestina, dueña de inmensos campos de petróleo y depósitos de agua dulce, está dividida entre los yihadistas socios de la OTAN.

La destrucción de Siria fue planeada en 2003, una vez que la OTAN desmantelara a Irak, Irán y Libia. La razón no era acabar con otro de los “regímenes patrocinadores del terrorismo”, Pakistán o Arabia Saudita, estos no figuraban en la lista de Baby Bush, cuyos objetivos eran otros: eliminar a los rivales de Israel.

Cuando Estados Unidos y sus aliados acabaron con Sadam Husein (Irak) y Muamar Gadafi (Libia), entregaron armas a enemigos de Bashar Hafez al-Asad (Siria), creando el Estado Islámico, el apoyo de Arabia Saudita.

Pero la destrucción empezó con las tropas de Estados Unidos invadiendo Irak, que con bombas y cohetes destruyeron por doquier ciudades antiguas, dañando reliquias arqueológicas irremplazables. En Bagdad, las fuerzas de intervención militar saquearon varios museos e incendiaron la Biblioteca Nacional (perdiéndose miles de antiguos manuscritos, libros y periódicos desde el Imperio Otomano hasta la actualidad), todos son crímenes históricos cuyo responsable es la administración Baby Bush.

Más de 2,000 soldados acamparon en unas ruinas de la antigua Babilonia, ubicadas junto al palacio de Husein. Pasaron sus tanques sobre sus vestigios, destruyendo antiguos pavimentos y construcciones, aplanado para que sus helicópteros militares pudiesen aterrizar. La barbárica invasión de Bush a Irak en 2003 originó millones de muertos y multitudes de refugiados arribaron a Europa.

Los Estados Unidos y la OTAN acabaron con Gadafi, y por ende con Libia, quien quedó en el caos total y realmente no constituía una amenaza; en su defecto estos crearon al criminal y sanguinario: Estado Islámico (ISIS), el peor enemigo que afronta la humanidad.

El Estado Islámico, que ha provocado millones de muertos y refugiados, tiene su origen en las invasiones y guerras ejecutadas, patrocinadas por Estados Unidos, contrastando profusamente con la complejidad de la crisis en Europa y el peso soportado por países vecinos, como Líbano, Jordania y Turquía, que acogen a estos millones de refugiados.

Arabia Saudita (uno de los países causantes de la crisis migratoria) no ha recibido ni un solo refugiado sirio; aunque comparten con estos lengua, cultura y religión, limitándose a desenfundar la chequera para atender a Naciones Unidas.

Los seis países socios del Consejo de Cooperación del Golfo, algunos de los cuales se hallan entre los más ricos del mundo, han invertido en ayudar a las guerrillas sirias que combaten contra Bashar Al Asad, incluyendo al Estado Islámico, y sobre todo en la guerra de Yemen, que produce más refugiados en dirección a África.

En sus respectivos discursos durante la apertura de la septuagésima Asamblea General de Naciones Unidas, Obama y Putin dejaron claras las diferencias que tienen en torno al manejo del caso sirio, y sobre todo el papel que puede jugar su actual presidente; sin embargo, parecieron indicar que están dispuestos a llegar a un compromiso que les permitiría hacer causa común en contra del autodenominado Estado Islámico.

Estados Unidos desde el inicio ha contado con el apoyo de Arabia Saudita, que comparte con la Casa Blanca el objetivo de derrocar a Bashar Al Asad. Dada la rivalidad regional entre iraníes y sauditas, muchos consideran que más que allanar el camino hacia una mayor coordinación, ello se traducirá en la existencia de dos coaliciones rivales.

*Diplomático, jurista y politólogo.




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