Guerras, hambre, pobreza, discriminación, desigualdades de géneros, el narcotráfico, la trata de personas, la contaminación ambiental; son algunos de los síntomas de un mundo caduco y persistente. Vivimos en tiempos violentos y es global.
Mientras escribo esta opinión recuerdo apenadamente el asesinato de las turistas Marina Menegazzo y María José Coni (Montañita, Ecuador), y de la ecologista indígena Berta Cáceres (La Esperanza, Honduras), pero también me llegan a la memoria las mujeres palestinas sometidas bajo el terror bélico del ejercito israelí, y las mujeres argelinas, del Congo, del Sáhara, de Afganistán; y de aquellas que sufren sin que la sociedad se entere. Vivimos en tiempos violentos y es global. Todas son víctimas de la violencia que promueve el sistema capitalista y patriarcal. Necesitamos urgentemente un cambio civilizatorio donde la paz, la compasión, la no-violencia, la comprensión, la justicia y la intervención real de la mujer en la economía, en la ciencia, la ideología, la cultura y la estructura social; etc. no sea limitada.
Las mujeres en estos tiempos violentos, las que critican a la “cultura de desigualdades y opresión” ya sobre toda la humanidad, son “las herederas de la pasión y valentía de las gestoras del Día Internacional de la Mujer, son todas las mujeres que desde distintas esferas públicas: movimientos feministas, organizaciones sociales y derechos humanos, parlamentos, partidos políticos, medios de comunicación y en ámbitos de la cultura, el arte y la academia defienden los derechos de sus congéneres (Ana María Portugal)* y apuntan hacia un "proceso global de resistencia al capitalismo, que es patriarcal”(Tica Moreno)** .
El Día Internacional de la Mujer no debe ser una fecha maquillada con el culto al mujerismo y a la publicidad de consumo (tarjetas, flores,etc.) sino un momento más como deben ser cada día, de que la sociedad patriarcal, de que cada varón, reconozca el coraje de la mujer que empieza a echar la semilla a nivel hogar, comunidad e internacional, “en la creación de una sociedad sin explotación ni opresión de ningún tipo, una sociedad que no esté basada en la lógica del beneficio, de la competitividad y de la violencia que las sustenta” ***
La semilla de un mundo mejor, también con rostro de mujer.
La Mujer en tiempos violentos
Discúlpame
de varón a varón
en estos tiempos difíciles
en estos tiempos revueltos
en estos tiempos de capitalismo patriarcal:
La mujer el arca de Noé
la esperanza de no abandonar los sueños
la semilla de un mundo mejor
Lo ves? Lo notas?
Ven, acompáñeme. Vamos a tener el coraje de aceptar
Que somos un mundo caduco y persistente
con sabor y color de humo
De Hiroshima
De Auschwitz-Birkenau
De Gaza y etc. etc.
Sí, con sabor y color de humo de muerte.
Discúlpame
de varón a varón
Tu y yo
cargando sobre nuestros hombros
días y días de egoísmo,
de soledad
de violencia
de opresión
Y la mujer golpeándonos la puerta del corazón
en tiempos violentos,
mostrándonos un hogar
un barrio y el mundo
con un rostro también de mujer
un rostro de paz y amor.
NOTA DEL EDITOR: El diario La Jornada insta a los lectores a dejar sus comentarios al respecto del tema que se aborda en esta página, siempre guardando un margen de respeto a los demás. También promovemos reportar las notas que no sigan las normas de conducta establecidas. Donde está el comentario, clic en Flag si siente que se le irrespetó y nuestro equipo hará todo lo necesario para corregirlo.