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VOLVER >> ACTUALIZADO: 19 DE FEBRERO DE 2007

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A pesar de los bajos ingresos, un país puede garantizar el acceso a la salud y a la educación
Por Nelson Maica C, Politólogo

¿Éxito en las economías del sudeste asiático? ¿Por cual razón? ¿Éxito con relación a que? Con relación a su precariedad hasta hace 60 años atrás. Supuestamente ninguna de esas economías es ni se declaro socialista, comunista a pesar de sus calamidades y de los diferentes grados de intervención de sus respectivos regimenes de gobierno en la economía. Aparentemente adoptaron políticas que brindaron posibilidades, oportunidades, a la mayoría de la población. Teóricamente funciono el ingreso de capital externo a sus economías, dentro de los lineamientos que fueron convenidos.

Otra observación nos indica que, decididamente, avanzaron hacia una mayor y mejor educación, así como hacia la salud, a pesar de sus frágiles condiciones económicas precedentes. Esto repercutió, de inmediato, en sus índices de desarrollo. El llamado milagro asiático pudo tomarse como un supuesto triunfo de los planteamientos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. La formula: privatización, desregulación y liberalización en acción. El resultado fue mayor bienestar para la población. Y, precisamente esa, es la función del desarrollo. La creación de oportunidades, la expansión de la capacidad humana, mejor calidad de vida.

Al revisar ciertos hechos económicos, relacionados con países que han alcanzado cierto grado de desarrollo, se hace evidente que, a pesar de los bajos ingresos, un país puede garantizar el acceso a la salud y a la educación a casi todos sus habitantes así como mejorar, sustancialmente, su esperanza de vida.

Cuando acercamos la mirada hacia América Latina sentimos como se nos encoge el corazón. Cuando joven, hace más de 50 años, nos contagiamos con la supuesta idea de que América Latina tomaría prontamente el camino del desarrollo y del bienestar. Poco o casi nada nos llegaba del sudeste asiático, sin embargo se convirtió en una región de crecimiento y América Latina quedo atrás, teniendo grandes recursos naturales y profesionales que el Sudeste Asiático no tenia.

Y cuando nos miramos, los venezolanos, con una población homogénea, muchos y buenos profesionales, inmensidad de recursos naturales más petróleo, nos dan ganas de llorar, por la pobreza y miseria en que estamos, el estado de atraso, y, para colmo, por ahora, en una vía política hacia la servidumbre, hacia el atraso, hacia lo que es Cuba hoy, en los inicios del siglo XXI. ¿Causas? Evidentemente no son materiales. Están en nosotros, en sus pobladores, en sus ciudadanos, en sus líderes, en sus conductores, en sus mentes. Los peores de nosotros, la voz única y sus verdugos voluntarios, le echan la culpa al único enemigo que, por contraste y para su interés político, necesitan, a USA y sus seguidores y/o admiradores. A la cultura occidental, siendo ellos uno de sus productos. Perdieron la memoria. Se olvidaron de que somos parte de Occidente, de la cultura occidental. Parece que llegaron de otro planeta, tal vez, por ignorancia, por conveniencia. Para conseguir seguidores entre los ingenuos y crédulos, en los débiles, en los menos instruidos.

Les es imposible pensar y considerar que ante la diversidad del contexto económico entre países pobres y ricos, se hace necesario, por lo evidente, conjugar esfuerzos tanto internos como externos, para sacar el máximo provecho de la globalización, por ser esta un hecho palpable e indetenible. Y eso implica prepararse, educarse, buscar y adquirir nuevos conocimientos, precisamente en los países mas desarrollados y hacer, en lo posible, menos traumática la adaptación para quienes son afectados y/o se resisten al progreso. ¿Hasta cuando echarle la culpa a otro u otros? Ojo El socialismo, comunismo es atraso y miseria. Cuidado. “Lo que nuestra generación ha olvidado es que el sistema de propiedad privada es la mas importante garantía de la libertad. F A Hayek”.  Caracas, Venezuela, 26/10/06

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