La Jornada
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ACTUALIZADO: 21 DE NOVIEMBRE DE 2007
OPINIÓN
Más Mujeres en el Poder Cambian Actitudes Públicas
(Académica advierte “cambio radical” en supuestos sobre la mujer)
Por Jane Morse Texto más grande Texto más pequeño Texto más grande

Washington – Según una destacada académica de la política en Estados Unidos, ha habido un “cambio radical” en los supuestos culturales acerca de la mujer y el liderazgo.

En 1995, Kathleen Hall Jamieson, entonces Decana de la Escuela Annenberg de Comunicaciones de la Universidad de Pensilvania, publicó un libro cuyo título era Beyond the Double Bind: Women and Leadership (Más allá de la doble obligación: las mujeres y el liderazgo).  En él describía las opciones de tipo “hagas lo que hagas, estás fastidiada” que encaraban muchas mujeres cuando se aventuraban más allá de su ámbito tradicional del hogar y la familia.

Jamieson documentó casos en que figuras políticas femeninas tenían dificultad en hacerse escuchar o en hacer respetar sus ideas, estaban atadas a los “temas de la mujer” y se las consideraba incapaces de ganar elecciones.  “La historia de la cultura occidental está repleta de los indicios de trampas que se han tendido a las mujeres y que han limitado a la fuerza sus opciones”, escribió.

Sin embargo, la historia reciente es muy diferente.

“Desde que escribí el libro, las mujeres han desempeñado cada vez más cargos como Jefes de Estado” en todo el mundo, dijo Jamieson en una entrevista con el Servicio Noticioso desde Washington.  Más mujeres estadounidenses ejercen de gobernadoras, en el Congreso, en los gabinetes de la Presidencia, como titulares de importantes organizaciones benéficas y como catedráticas en universidades; y todas han demostrado al público su capacidad de ser líderes. 

“Todas esas mujeres constituyen oportunidades para que el público observe el liderazgo femenino”, explicó Jamieson. “Desde que escribí mi obra Beyond the Double Bind, ha habido grandes cambios en la cultura: la mayoría incrementan las probabilidades de que a una mujer se le tome en serio como candidata presidencial”.  

Atribuyó al movimiento de liberación de la mujer la sensibilización de la opinión pública respecto a que había mujeres con experiencia a las que se les estaba restringiendo el acceso a cargos de autoridad importantes.  Jamieson, que es actualmente Directora del Centro Annenberg de Políticas Públicas de la Universidad de Pensilvania, dijo que el movimiento de liberación de la mujer también le impactó personalmente.

Cuando Jamieson publicó su obra Packaging the Presidency, el primero de lo que finalmente serían cerca de 20 libros que ha escrito acerca de la política estadounidense, fue “invitada a participar en más entornos mediáticos de los que quería.  Me sorprendió la atención”.

“Lo atribuyo al hecho de que los medios de comunicación reconocieron que había mujeres en el público y a que los mismos tenían que asegurarse de que hubiera mujeres en televisión”, apuntó.

A pesar de que hay menos obstáculos al ingreso de la mujer en el mundo de la política, no hay pruebas de que haya un mayor interés en la política entre mujeres u hombres jóvenes, matizó Jamieson, “pero tampoco hay pruebas de que se haya producido una caída. Así que lo considero una señal un tanto esperanzadora.  Podría ser peor”.

Jamieson reconoció que “el liderazgo femenino no resuelve necesariamente todos los problemas, y tampoco asegura necesariamente que se aborden los problemas que atañen sólo a la mujer. [...] La diferencia que atribuimos a diferencias de género puede que sea la diferencia que conlleva la categoría de género en forma de experiencias de vida.

“Hay ocasiones en que la diferencia que marca una mujer se debe a que es más probable, quizá, que una mujer haya sido madre; que se haya encargado del cuidado de sus padres en edad avanzada; que haya sufrido discriminación; que tenga una combinación de experiencias en el plano económico, [...] y ese tipo de cosas sí que marcan la diferencia”, puntualizó.

Jamieson agregó que otros países han ido a la cabeza en colocar a la mujer en cargos de liderazgo más elevados que los cargos más altos que ocupan las mujeres en Estados Unidos.  “En cierta manera, las mujeres de Estados Unidos deberían fijarse en aquellos países cuya dirección competente ha estado a cargo de mujeres, como modo de asegurarse de que a Estados Unidos también le llegará el momento”, opinó. 

Sin embargo, aclaró: “en la medida en que mujeres de otros países luchan por conseguir libertades que nosotros en Estados Unidos damos por sentadas, el mensaje que intenté impartir en mi obra Beyond the Double Bind sigue siendo, creo, un mensaje acertado, es decir, que si uno examina la historia de Estados Unidos el progreso que han hecho las mujeres ha sido relativamente constante.  El modelo que argumenta que las mujeres hacen progresos y luego retroceden, no parece coincidir con los datos históricos”.

“Mi perspectiva sobre la historia es que el progreso [para la mujer] es más lento de lo que debería ser, pero este progreso tiende a ser constante y sostenido, y sólo cabría esperar que en muchos de los países donde la opresión es descomunal e inaudita, ese progreso sea más rápido y más sostenido que lo que haya sido en el pasado”.
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