..Grupos de Sicoterapia de la Línea del Dr. Ayala
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Secar lagrimas al que llora
POR JUAN ARÉVALO

Los Grupos de Sicoterapia de la línea del Dr. Ayala, conocidos con las siglas de G.S.A., se reunieron recientemente, el 6 de Diciembre del 2003 en la ciudad de San Miguel, El Salvador, Centroamérica. El Carnaval anual fue realizado en la Ciudad que una vez vio nacer al Dr. Leonel Ayala un 5 de abril de 1935. Previamente, los invitados del mundo y de los Grupos de Sicoterapia de la Línea del Dr. Ayala, G.S.A. se congregaron en la casa donde nació el fundador de G.S.A. quien fue invitado a develizar una placa en su honor como un reconocimiento de los miles de miembros afiliados al Movimiento de G.S.A. quienes salvaron sus vidas y reestructuraron sus personalidades ante el implacable avance de la terrible enfermedad mental a la que se debe el alcoholismo y la drogadicción y los problemas de personalidad que abaten al ser humano.

En esa ocasión el Dr. Leonel Ayala acompañado de su esposa Doña Iris, sus hijos la Dra. Ana Iris, Vértice General del Movimiento Femenino, y el Dr. Mario Cesar Ayala, Vértice General del Movimiento Masculino y sus nietas, María Gracia e Iris, acompañaron al fundador de GSA en la actividad de develización. En esta ocasión, el Dr. Ayala dijo las siguientes palabras a la concurrencia que se concentró ante la casa que lo vio nacer: “Aquí en este sencillo lugar. Aquí donde mis primeros pasos dejaron huellas sobre la Tierra. Aquí mi hogar paterno de infancia, nuestro Movimiento le pone espíritu a esta habitación. Al ponerle tan flamante señalamiento que engrandece, en ningún momento sólo a una persona, sino que a un conglomerado de personas, que trabajan con ahínco, con tesón, buscando la oportunidad de secarle las lágrimas a quien llora y llenarle de un inmenso espíritu a quien ríe”.

“En la Ciudad leal y muy noble del Oriente de la República, San Miguel, nuestro movimiento, hoy hace presencia y, como un preámbulo a la magnificencia de esta noche, en que a nuestro movimiento hace evidencia, hace presencia, levanta su frente hacia Dios, y, dice presente, nuestro Movimiento, repito, se siente ampliamente orgulloso, respetuoso y agradecido por la oportunidad que tenemos de perdurar un recuerdo. Ah!!! Como hubiese querido que mi padre Tomás Ayala y mi madre Ana Francisca de Ayala hubiese podido ver vuestra obra. Hubiese podido completar vuestra obra. Y hubiese podido llorar con sus lágrimas frente a vuestros ojos. Sin embargo, el destino no lo escribe la voluntad, el destino lo escribe simplemente el cielo. Nosotros servimos de eco, servimos de rebote a los acontecimientos espirituosos que plantea la humanidad, nos sometemos a él y agradecemos en este caso, ya en lo personal, y, agradecemos a todo nuestro movimiento representado dignamente en lo que a trabajo respecta, por el Dr. Mario César Ayala. Digo, que agradecemos la oportunidad bella que tenemos de poder sentir, en lo más hondo de nuestro corazón, como cuando una abeja toma la miel, cuando una abeja se dirige a las flores, tratando de sacarle la miel para construir su propio panal. Al fin, de tanto existir, llega hasta la cera, llega a construir un remanzo, dulce para el corazón de su semejante. Nuestro Movimiento también esta noche, pretende construir un remanso, dulce para todo San Miguel, que sepa que aquí está el centro histórico, corazón histórico de nuestro Movimiento, que ha luchado y seguirá luchando, que ya esta en 4 continentes en el mundo, que ya esta desde Canadá hasta Panamá, que ya esta en Suiza.

Que ya esta en Italia, que ya está en Australia, ahí nuestro muy querido y particular San Miguel, ahí estáis tú, allá esta vuestro hábito, allá está tu proyección a través de tu hijo, en este caso y de vuestros hijos también en este caso. Mil gracias, entonces, por la benevolencia de vuestra selección al escoger mi hogar infantil, al escoger que los espíritus de mi madre y padre os escuchen, escogiendo la buena voluntad de todos Ustedes, al poner esta hermosa placa y al traer en mi Corazón, inmensos recuerdos agradables. Que descansen ellos en su tumba algún día vamos a descansar juntos. ¡Muchas Gracias!

 
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