LA JORNADA

Cisma republicano y caída de Trump

A trece semanas de la elección presidencial, Donald Trump se hunde sin fondo con un nuevo escándalo político, incitando esta vez en un discurso electoral en Carolina del Norte, al asesinato de Hillary Clinton – según han interpretado altos ex funcionarios en seguridad nacional – si ella llega a ganar las elecciones presidenciales, elige a los próximos jueces de la corte suprema de justicia y revoca el derecho a portar armas de fuego. Estos ex funcionarios incluyen a republicanos ex directores de la CIA, NSA y Homeland Security, lo que ha obligado al Servicio Secreto a interrogar dirigentes de la campaña de Trump.

El cisma republicano que Trump ha creado, ha sido manifestado por la gran deserción de miembros del partido, quienes muchos han ofrecido su apoyo a Clinton, incluyendo senadores y congresistas. Además, por dos sendas cartas enviadas por el movimiento NUNCA TRUMP integrado por ex funcionarios de las administraciones de George W. Bush, George H. Bush y Ronald Reagan, quienes abiertamente manifiestan que Trump no está apto por su carácter y negligencia política para ser Presidente y confiarle el arsenal nuclear de la nación, además, han solicitado al Comité Nacional Republicano que revoque su apoyo al candidato.

La debacle política de Trump que inició la semana anterior, y fue muy criticada por sus mismos asesores, se trató de cambiar moderando al candidato y forzarlo primero a apoyar a Paul Ryan en sus elecciones primarias en Wisconsin, adonde Trump necesita del Presidente de la Cámara de Representantes para ganar ese estado; y luego en Detroit, al forzarlo a leer a pie de letra su propuesta económica, la cual fue interrumpida por catorce protestantes, quienes fueron expulsados de su mitin y mostró a un Trump doblegado por la caída en apoyo popular mostrado en las encuestas que le dan una preferencia a Hillary Clinton entre diez y quince puntos de ventaja.

Su propuesta económica, basada en reducir impuestos y aumentar el gasto público, no es la maravilla que prometió desde que se lanzó como candidato a la presidencia, y ha sido fuertemente criticado por el grupo de asesores financieros que tiene, que incluyen billonarios banqueros de Wall Street, quienes crearon la crisis económica que hundió este país en la recesión de la administración del presidente Bush.

Electoralmente, Trump ha perdido el apoyo de los mormones en Utah, quienes han manifestado su rechazo a Trump, dejando abierta la gran oportunidad para que Clinton gane este tradicional estado republicano. Lo mismo sucede en otros estados tradicionalmente rojos como Arizona, Georgia y Carolina del Norte, adonde Clinton lidera las encuestas. En los estados claves como Pensilvania, Ohio y Virginia, Clinton lidera hasta con doble dígitos. En Florida la batalla está muy cerrada, la ventaja de Clinton es leve. En el seno del partido republicano, la mayor preocupación es la influencia negativa de Trump en la reelección de senadores y congresistas a nivel nacional.

Hillary Clinton continúa enfrentando problemas por los correos electrónicos. Nancy Pelosi, denunció a Rusia por el nuevo espionaje electrónico a los dirigentes de la campaña de Clinton y el Comité Nacional Demócrata. Esta semana emergieron nuevas acusaciones de corrupción por correos entre miembros de su fundación y sus asistentes en el departamento de estado, solicitando empleo para una colaboradora y una reunión entre el embajador de El Líbano y un billonario de Nigeria que es un importante donante de la Fundación Clinton, para interferir en las elecciones de ese país, sin embargo, en su momento, las investigaciones pertinentes concluyeron que la candidata presidencial no tomó acción alguna en ambas solicitudes, no se otorgó el empleo, ni se realizó la reunión.

La retórica política de unidad y sobriedad hacia los ataques de Trump, ha resonado muy bien con los desertores republicanos y votantes independientes, quienes a pesar de la desconfianza hacia ella, la apoyan por su carácter presidenciable y experiencia política. La adhesión en la contienda electoral de los candidatos Gary Johnson del partido Libertario y Jill Stein del partido Verde, no han afectado en las encuestas a Clinton, pero si directamente a Trump, ya que los republicanos disidentes que no votarán por ninguno de los dos principales candidatos, han hallado dos opciones para votar.

El plan económico de Clinton, es una clara continuación de la política económica del Presidente Obama, que logró sacar al país de la recesión y crear empleo de manera seguida por los pasados ocho años. Aumentar los impuestos a los más ricos, continua siendo prioridad, y otorgar educación universitaria gratuita a la clase media es la innovadora iniciativa del plan económico. Renegociar los tratados de libre comercio ha sido mencionado por ambos candidatos, sin embargo, Clinton ha criticado con mucha fuerza a Trump por no fabricar en USA ningún artículo de su largo catálogo de ropa y accesorios, disminuyendo así con el electorado, la credibilidad de la propuesta de Trump de que Estados Unidos es primero.

La campaña de Trump tiene mucho que hacer para que el candidato logre recuperarse en las encuestas y reconciliarse con el electorado, mas es un reto muy difícil, cuando el candidato se rehúsa a seguir las recomendaciones de sus consejeros y a diario sus palabras causan debate sobre su sanidad y ética, como al acusar a Obama y Clinton de ser los fundadores del grupo terrorista ISIS, e incitar a la violencia contra su oponente. ¿Habrá perdido Trump la Casa Blanca en Agosto? Es muy posible que sí.

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