LA JORNADA

Obama se despide: “Sí se puede… Sí pudimos”

El presidente Barack Obama defiende su legado pero dice irse más optimista que como comenzó.

El presidente Barack Obama se despidió el martes del país y de quienes le rodearon y apoyaron durante ocho años con un emotivo discurso en el que apeló al compromiso de la gente común, el compromiso del ciudadano, con los valores democráticos que han caracterizado al país desde su fundación.

Hablando desde el McCormick Place, el centro de convenciones de su ciudad natal de Chicago, Obama dijo que fue “aquí donde aprendí que el cambio solo sucede cuando la gente ordinaria se involucra, se compromete y se junta para demandarlo”.

“Después de ocho años como su presidente, todavía creo eso”, apuntó. “Y no solo es mi creencia. Es el corazón latente de nuestra idea americana —nuestro atrevido experimento en auto-gobierno”.

Bien pronto fue interrumpido por la multitud que coreó : “¡Cuatro años más! ¡Cuatro años más! “, a lo que el presidente respondió riendo: “No puedo hacer eso”.

Si bien repasó su legado —la recuperación económica, el bajo desempleo, la adopción de las leyes de igualdad en el matrimonio, el Obamacare y la eliminación de Bin Laden— el presidente reconoció que los avances no siempre han sido parejos para todos y “por cada dos pasos hacia adelante, a menudo se siente que tomamos uno hacia atrás”.

Pero el presidente apeló a los ciudadanos a continuar dando la lucha. “Todos nosotros, sin importar el partido —les dijo— debemos lanzarnos a la tarea de reconstruir nuestras instituciones democráticas”.

Obama dedicó algunos párrafos importantes de su discurso a la administración entrante, aunque solo cuando se refirió a su compromiso con el proceso de transición mencionó por nombre al presidente electo Donald Trump.

“Así como debemos estar vigilantes de las amenazas externas, debemos estar atentos a los que quieren debilitar nuestros valores”, dijo Obama en una sutil referencia a Trump.

“La democracia no requiere uniformidad”, dijo. “Nuestros fundadores pelearon y cedieron, y esperaban que nosotros hiciéramos lo mismo. Pero la nueva democracia sí requiere un sentido básico de solidaridad —la idea de que con todo y nuestras diferencias, todos estamos metidos juntos en esto, que subimos o bajamos como uno solo”.

El presidente también hizo una referencia a los soñadores que ahora se sienten amenazados por las manifiestas intenciones de eliminar la protección que Obama les dio con el DACA.

“Si no estamos dispuestos a invertir en los hijos de los inmigrantes solo porque no se ven como nosotros, recuerden que los niños de piel morena representarán una porción más grande de la fuerza laboral estadounidense” en los años por venir, dijo.

No obstante advirtió: “Las leyes antidiscriminatorias no van a ser suficiente… los corazones deben cambiar”.

Pidió a los afroestadounidenses y a las minorías ver con empatía al típico “hombre blanco de edad media que desde afuera puede parecer que ha tenido todas las ventajas, pero que ha visto como su mundo se derrumba por los cambios económicos, culturales y tecnológicos”.

Y también urgió a los blancos para que no tomen las protestas de las minorías como una lucha en la que “demandan trato especial, sino el trato igualitario que prometieron nuestros fundadores”.

“Sin importar el puesto que ocupemos, debemos esforzarnos más”, dijo Obama. “Comenzar con la premisa de que cada uno de nuestros conciudadanos aman este país tanto como nosotros; que valoran el trabajo duro y la familia como lo hacemos nosotros; que sus hijos son tan curiosos y optimistas y dignos de amor como los nuestros”.

Se quejó de los que se mantienen al margen del esfuerzo, los que han hallado “muy conveniente” retraerse en sus “burbujas” y les dijo: “Si están cansados de discutir [desde la comunidad del] internet traten de hacerlo personalmente”.

Los párrafos finales en su discurso fueron directamente a su familia y a sus más cercanos colaboradores.

Con lágrimas en los ojos y la voz a punto de quebrarse dijo a la primera dama, Michelle Obama: “Te hiciste cargo de un papel que no pediste y lo hiciste con gracia, estilo y con humor. Hiciste que la Casa Blanca fuera la casa de todos Me has enorgullecido y has enorgullecido al país”.

A sus hijas, Malia y Sasha, les confesó que “de todo lo que hecho en mi vida de lo que mas orgulloso estoy es de ser su padre”.

Y al vicepresidente Joe Biden, le agradeció su apoyo y su amistad. “Fuiste mi primera decisión y fuiste el mejor”, le dijo.

Finalmente confesó: “Dejo este escenario mas optimista que cuando comenzamos. Saben que el cambio constante no es para temer sino para abrazar”.

“Ha sido el honor de mi vida servirlos, no me detengo aquí. Voy a seguir siendo ciudadano. Pero un pedido final: Les pido que crean, no en mi capacidad de lograr cambios sino en la de ustedes… ¡Sí se puede! ¡Sí pudimos!”, terminó.

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