LA JORNADA

Texas: Fuerza Aérea no reportó al FBI historial de violencia de atacante

SUTHERLAND SPRINGS, TEXAS. — La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha iniciado una investigación para averiguar por qué el historial de violencia del sospechoso del tiroteo en una iglesia de Sutherland Springs, Texas, que dejó 26 muertos y decenas de heridos, no fue reportado al FBI.

Los reglamentos del Pentágono exigen que la información sobre condenas de personal militar por delitos como asalto deben ser reportadas a la División de Servicios de Investigación de Justicia Criminal del FBI.

Una vocera de la Fuerza Aérea dijo que se están analizando a fondo las bases de datos para asegurar que otros casos hayan sido reportados correctamente.

El atacante de 26 años, David Patrick Kelley, sirvió en la unidad de Alistamiento Logístico de la Base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México desde 2010 a 2014, cuando fue dado de baja por mala conducta.

Kelley fue expulsado del servicio por haber golpeado a su exesposa e hijo, luego de estar un año en reclusión después de un juicio militar.

El lunes por la tarde, las autoridades informaron que poco antes de recibir la baja por mala conducta, policías acudieron a la residencia de Kelley para responder a un incidente de violencia doméstica entre él y su novia. Personas que estaban en la vivienda; dijeron que ho había problema y no hubo ningún arresto. Kelly se casó con la chica, su segunda esposa, dos meses después.

En 2014, el sospechoso fue acusado de crueldad por haber maltratado a un animal en Colorado. Un vecino lo denunció por haber golpeado a un perro Según la policía, Kelley rechazó hablar con la policía sobre el incidente y haber golpeado al animal, pero cumplió con la orden de pagar una multa de casi $370 en restitución.

En 2015, también en Colorado se emitió en su contra una orden de protección. Las autoridades no informaron quién solicitó la orden.

Anteriormente se indicó que el sospechoso no tenía permiso para portar armas..

La policía reportó que había recuperado cientos de cartuchos de bala de la iglesia First Baptist, así como 15 cargadores vacíos de 30 balas cada uno.

Freeman Martin, director regional del departamento de Seguridad Pública de Texas, indicó en una conferencia de prensa que las tres armas usadas por el atacante fueron compradas por él.

También se indicó que la suegra del atacante identificado como Devin Patrick Kelley, de 26 años, recibió amenazas en mensajes de texto por parte del agresor.

“Hay 26 fallecidos, 23 cuerpos fueron encontrados en la iglesia, dos afuera y uno murió en el hospital. El número total de heridos es 20, hay seis en condiciones estables o han sido dados de alta, cuatro en condiciones graves y 10 que permanecen en estado crítico y este número podría aumentar … El sospechoso que podemos confirmar es Devin Patrick Kelley, un hombre blanco de 26 años”, confirmó Martin.

El atacante abrió fuego con un arma de asalto en una iglesia cerca de San Antonio, Texas, el domingo por la mañana matando a 26 personas, entre ellas un niño de 17 meses y la hija del pastor, quien tenía 14 años.

En un principio informaron que las edades de las víctimas van de los cinco a los 72 años. El atacante también murió y no hay una pista hasta ahora sobre cuál fue el motivo.

Las autoridades también agradecieron a los dos samaritanos que detuvieron al sospechoso y evitaron que matara a más personas. De igual manera confirmaron que el pistolero se suicidó y no murió a consecuencia de las heridas provocadas por los hombres que se enfrentaron al él.

“Sabemos que un residente local que vive al otro lado de la calle de la iglesia se enteró de lo que estaba sucediendo, se armó con un rifle de asalto AR y se enfrentó al sospechoso y le disparó en la iglesia”, manifestó Freeman Martin.

Un segundo individuo persiguió a Patrick Kelley, con su vehículo. Autoridades confirmaron que el atacante llamó a su padre para avisarle que le habían disparado y que, probablemente, iba a morir.

Investigadores federales del FBI y de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego se unieron a las autoridades locales en la pequeña población de Sutherland Springs, a unos 50 kilómetros de San Antonio.

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