A Valeria, la joven estudiante de sicología no le gusta que la “piropeen”. Para ella, “un adiós” es un piropo inaceptable, y, más, de un desconocido. Ocurrió en un lugar de compras. Sin pensarlo dos veces, usó su telefonía celular y filmó a su “agresor”. A partir de ese instante, un diálogo breve, se volvió viral en las redes sociales.
Como un rayo cayeron los insultos, descalificaciones y todo tipo de improperios. Valeria fue avasallada. Su “agresor” incólume. Igual, tratamiento en los medios de comunicación. Vale preguntarnos: ¿prevalece el obsecaso machismo? ¿también los prejuicios y los moldes de pensamiento tradicional? ¿Será que no hacemos uso del pensamiento crítico?
Francisco Pizarro, sociólogo español, dice que el acoso callejero es la práctica “machista y sexual más comúnmente aceptada”. No obstante, algunos hombres dicen que al lanzar piropos no ven ninguna violencia en contra de las mujeres.
Doña Susana Urbina, otra experta, al ser consultada por La Jornada dijo que es una práctica machista, porque cualquier hombre se toma el derecho de tratar a las mujeres como objetos sexuales. Agrega que de esa manera machista es muy propia de los animales.
Pero es que, ese “adiós” ¿tiene la misma trascendencia? Valeria, ¿exagera o intensifica el debate? Lo cierto, es que algunos hombres piensan que el tema del acoso callejero es una guerra declarada entre hombres versus mujeres.
Aunque quizá, no lo crean pero se acomoda que un hombre, ante la presencia de una mujer que le resulte atractiva, debería decirle algo por la calle para demostrar su hombría.
Con el agravante de tanto asesinato de mujeres el debate es altamente enriquecedor.
Advertencia: no podemos utilizar el lenguaje con tanta ligereza. Valen todas las ideas y todas las voces.
Alguno de los memes que han estado publicando en las redes sociales de este caso…
