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La Jornada
 
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actualizado 02 de noviembre 2010

 
Cuando el agua potable pierde calidad y sale con tierra
 
Por Greta Arévalo Garméndez  
Josefa López Acosta, protestó que en su barrio, San Judas, aún cuando abren la llave por la mañana el agua viene "puro lodo”. (foto R. Arévalo)

En el barrio San Judas casi 100 personas se enfermaron (II Parte)

El dolor de estómago fulminó y puso de rodillas a las dos niñas. Rebeca Jarquín, madre de ambas menores, salió de emergencia al Hospital Militar, donde pasó la noche sin saber exactamente las causas del malestar de sus pequeñas.

En el centro médico, Jarquín tenía una sola pregunta: ¿Por qué sus hijas se habían enfermado, si sólo habían consumido agua?

La respuesta que llevó el doctor estremeció a Jarquín. El parte médico explicaba que las niñas estaban llenas de parásitos y que era necesario efectuar más exámenes.

El último reportó oficial reflejó que las niñas sufrían de una grave infección estomacal, provocada por el consumo de agua contaminada.

A Jarquín no sólo se le enfermaron sus dos hijas, sino que también sus demás familiares, quienes pasaron “graves” en el hospital, sufriendo de diarrea, vómitos, calenturas y dolor de estómago.

La joven madre “se salvó” porque no consumió mucha agua del grifo. Apenas tomó medio vaso y, aunque no fue hospitalizada, sí resultó con dolores estomacales.

La mala calidad del agua es la segunda causa de muerte.
Agua de “manjol”

Las “corridas” al médico no sólo las pasó Jarquín. Casi 100 habitantes del barrio San Judas, en agosto del presente año, también sufrieron en cadena las consecuencias de consumir agua contaminada.

Ese acontecimiento afectó, en su mayoría, a decenas de niños menores de diez años.

Jarquín, indicó que el agua que consumieron sus dos hijas era transparente, pero se enfermaron luego de dos semanas de estar tomando “agua sucia”.

La descripción de Jarquín es muy precisa: “El olor que tenía era, sinceramente, como agua de manjol, oscura y el olor… horrible”.

La familia Cruz González fue otra de las afectadas, cuyos integrantes la conforman un niña de dos años y otra de dos meses de vida. También tienen a una persona con “problemas mentales”.

La abuela de la familia Cruz González, Lesbia González, confirmó que todos en su casa se enfermaron porque consumieron agua con heces fecales.

“El agua estaba saliendo con heces fecales. Entonces dijeron (las autoridades) que estaba contaminada. Vinieron los del Minsa, vinieron todos, y nos dijeron de que no podíamos beber el agua”, dijo González.

La señora añadió que la niña de dos años fue la que experimentó lo peor, ya que estuvo en cuidados intensivos durante 15 días, en el hospital Fernando Vélez Páiz.
La abuela de la menor aseguró que no consumió mucha agua, pero le agarraron fuertes dolores en el estómago.

“A mí me agarraba como que me dolían las tripas, pero me tomé una pastilla y se me quitó”, dijo González.

Millones de virus

El Consejo de Colaboración para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento (WSSCC, por sus siglas en inglés), indica que “un gramo de heces puede contener diez millones de virus, un millón de bacterias, mil quistes de parásitos y cien huevos de gusanos (...) la mayor parte de enfermedades del mundo están ocasionadas por la materia fecal”.

La WSSCC agrega que “en un momento cualquiera, más de la mitad de la población pobre de los países en desarrollo padece alguna enfermedad, cuya causa está relacionada con la higiene, el saneamiento y el abastecimiento de agua. Sólo las enfermedades diarreicas acaban con la vida de seis mil niños cada día”.

En Nicaragua, según publica en su página web el Ministerio de Salud (Minsa), los casos de diarrea, en el periodo 2006-2007 llegaron a casi 5 mil. Los motivos que provocaron la enfermedad no se indican.

Poca comunicación estatal lastimó

Los habitantes del barrio San Judas quisieron conocer “lo que pasaba” con el agua, pero las mismas autoridades guardaron silencio, ante la situación que provocó alarma en esa zona de Managua.

“Nos dicen (los de las autoridades) que no nos pueden demostrar los resultados de los exámenes (que le hicieron al agua), porque no están autorizados para eso, ni tampoco nos informa con exactitud qué es lo que sucede. Si ya no vamos a poder del todo consumir o no el agua. No son sinceros con uno y eso es lo peor de todo”, protestó Jarquin.

A través de correos electrónicos enviados a relaciones públicas y funcionarios, se quiso conocer la posición del Minsa ante esta situación del barrio, pero no hubo respuesta.

El Instituto Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillado (INAA), así como la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), tampoco quisieron abordar el tema.

Expuestos al cólera

Los habitantes que consumieron agua sucia, sin saberlo, estuvieron expuestos a diversas enfermedades, como el Vibrio cholereae (productora del cólera); Shigella disentereae (disentería bacilar); Salmonella (enfermedades diarreicas agudas); Salmonella typhi (fiebre tifoidea); Leptospira (leptospirosis).

Elda Escobar, responsable del Laboratorio Microbiológico del Agua del Centro de Investigación y Estudios del Medio Ambiente, de la Universidad Nacional de Ingeniería (CIEMA-UNI), indicó que agua potable de mala calidad puede arrastrar innumerables cantidades de microorganismos que afectan la salud, y lo alarmante es que “no van solos, sino que van con otro tipo de microorganismos, como los virus del hepatitis A”, detalló.

La licenciada añadió, con base en estudios y estadísticas, que en el país los casos de hepatitis A como la amebiasis, son lo que con mayor frecuencia se encuentran en las aguas sucias.

Escobar destacó que, a nivel mundial, la mala calidad del agua es la segunda causa de muerte, después del tabaco. Las estadísticas demuestran que un agua de mala calidad puede provocar 8 millones de muertes al año, de los cuales el 50 por ciento son niños.

Bacteriológicamente, Nicaragua goza de buena calidad de agua potable, ya que cumple con las directrices y normas que estableció la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de sus normas CAPRE (Comité Coordinador de Instituciones de Saneamiento de Centro América, Panamá y República Dominicana).

Pero “el agua es compleja”, ya que la misma puede acarrear enfermedades no de una solo clase, sino de varios tipos “y a causa de eso hemos visto que la población ha sido perjudicada”, sostuvo la especialista en microbiología del agua.

En muchos barrios de Managua el agua que sale del grifo está contaminada porque las viejas tuberías se rompen y reciben sedimentos del drenaje de aguas negras, explicaron a LA JORNADA algunos especialistas.

Rebeca Jarquín, habitante también del barrio
San Judas, sintió desconfianza al agua potable.
Agua es salud

El agua, apartando su definición científica, es sinónimo de vida y salud, tanto para los seres vivos como para el mismo planeta, sin embargo ese concepto no lo comparten las más de ochenta habitantes del barrio San Judas que vieron expuesta su salud, porque estaban tomando agua contaminada. Uno de los habitantes la califico como “porquería”.

“Uno de las cosas más importantes es el agua, y no tenerle confianza al agua… es como quitarle la vida a una persona”, opinó Jarquín.

Los pobladores del barrio San Judas aseguraron que tuvieron que hacer gastos económicos “extraordinarios”, tanto para comprar agua purificada como para comprar medicinas.

En Nicaragua el precio de un botellón de 20 litros de agua purificada cuesta 35 córdobas.

Por su parte, la tarifa de Enacal es de diez córdobas por un metro cúbico de agua (mil litros), pero con el riesgo de que el líquido acarrea miles de bacterias luego de recorrer las viejas tuberías de Managua y salir del grifo de las casas.

“No sabría decirte cuánto gasté en la salud de mis hijas, pero aproximadamente gasté más de 500 córdobas, porque tengo seguro y lo aprovecho. Eso es algo que golpeó mi economía, porque es algo que no lo tenía previsto, ni presupuestado. Uno ya cuenta con lo limitado con su pago y pues eso ya se salía de mis cuentas. Además, Tuve que comprar agua en botella”, comentó Jarquín.

En otros barrios la historia es parecida

Los pobladores del barrio San Judas aún protestan que cuando abren la llave por la mañana “el agua ha estado viniendo puro lodo”, afirmó Josefa López Acosta.

El diario LA JORNADA, durante el recorrido que realizó en diversos barrios de la capital, recibió denuncias de los pobladores, quienes aseguraron que en más de alguna ocasión han recibido agua con tierra.
Eso sucedió en el barrio Venezuela, en el hogar de Claudia Mayorga, quien indicó que ha recibido el agua con lodo, y que por lo general esos elementos se encuentran en horas de la mañana.

“Un par de veces ha venido el agua con lodo, pero ya no”, dijo Mayorga.

Mientras que en el barrio de Villa Progreso, la señora Ofelia Gardoza relató que en el grifo de su casa acostumbran colocar un trapo, para filtrar el agua. En dicho pedazo de tela siempre encuentran y observan una considerable cantidad de partículas de tierra.

Gardoza también comentó que una de sus hijas, que vive por el sector de la laguna de Asososca, “siempre se bañan con tierra”.

“Mi hija me cuenta que cuando se bañan es un baño de arena. La pobrecita cuando me visita viene con la cabeza llena de arena”, relató la señora, con una risa irónica.

Nicaragua es un país rico en agua, tanto así que cada habitante puede disponer de 35 mil metros cúbicos de agua cada año, sin embargo para algunos el 23 por ciento de la población no posee agua, según un informe de Enacal.

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