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La Jornada
 
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actualizado 25 de abril 2011

 
Análisis de los resultados finales de la primera vuelta peruana
 
Por Isaac Bigio
 
(Gráfico cortesía)

Nuevamente se repite el fenómeno pasado de que la capital vota por el centro a la derecha y las provincias por el nacionalismo

Al ver los resultados finales de la primera vuelta de las presidenciales peruanas podemos ver algunas tendencias.

Se destaca la similitud de la votación que sacó Ollanta Humala en la anterior primera ronda del 2006. Un quinquenio atrás el comandante obtuvo el 30.6% de los votos válidos, porcentaje que él superó esta vez solo en un 1.1%. En ese entonces él ganó en todos los 14 departamentos que no tienen costa y en 4 que sí los tienen (Tumbes en la frontera con Ecuador y los 3 del sur: Arequipa, Moquegua y Tacna).

En el balotaje García logró triunfar en los 6 departamentos del litoral central y norte que no secundaron inicialmente a Humala y arrebatarle Tumbes y los centrales Pasco y Ucayali.

El actual presidente se impuso finalmente con el 52.6% frente al 47.4% de Humala. Lima y Callao, donde reside un tercio del país, fueron el baluarte del anti-humalismo, pues si no se contaran sus votos, el nacionalista hubiese ganado con el apoyo del resto del interior.

El derechista PPC, que venció en Lima en el 2006, volvió a ganar allí (y también en el Callao) con la Alianza por el Gran Cambio hecha con PPK.

Nuevamente se repite el fenómeno pasado de que la capital vota por el centro a la derecha y las provincias por el nacionalismo. En un cuadro que reproduce el diario La República (ver anexo abajo) se muestra que Humala gana en 120 de las 195 provincias de la república, sobre todos en las del sur (donde se impone en casi todas), pero el Perú no tiene el sistema británico o el estadounidense donde el gobierno emerge de la mayor cantidad de circunscripciones conseguidas, sino uno donde el presidente es electo a nivel de todo el país. De allí que el peso de Lima-Callao. Este se ha convertido desde hace un buen tiempo en el reducto de los candidatos que apoya el socialcristanismo (PPC).

La primera encuesta hecha para la segunda vuelta fue presentada por Idice quien informa que la Keiko ganaría con más del 53% de los votos frente a un 40-41% de Humala, pero esa muestra se limita a Lima y Callao, cuya tendencia siempre es muy diferente a la del resto del país. Esta, mas bien, evidenciaría que Humala ha duplicado allí sus intenciones de votos con respecto a la primera vuelta.

Nuevamente la capital no respalda a quien se presenta como el ‘candidato de los provincianos’. Si Humala lograse impedir que la Fujimori le gane por demasiado en este bastión de las fuerzas pro-libre mercado él podría acercarse al triunfo, debido al respaldo que él quisiese conseguir en el resto de la república.

La Fujimori ha ganado esta vez en las plazas fuertes del aprismo de García: los 5 departamentos de su ‘sólido norte’ (Tumbes, Piura, Cajamarca, Lambayeque y La Libertad) además de Pasco y en los Peruanos del Exterior. Todos esos 7 lugares votaron en el balotaje pasado contra Humala, en parte debido a que allí hay muchos intereses a favor del TLC.

El único departamento donde triunfó Toledo fue Loreto. En los 16 restantes ganó Humala. Si bien esta vez perdió en Tumbes y Cajamarca, que votaron por él en el balotaje pasado, él casi empata en Pasco y ganó en Ucayali e Ica, quienes en el 2006 acabaron respaldando a su rival.

El fujimorismo ha logrado más que triplicar su votación del 2006. De los 912,000 votos (7.4%) que obtuvo Marta Chávez pasó a los 3,360,000 (23.4%) de Keiko. El problema que ella tiene es que para vencer en la ronda final ella requiere más que duplicar esa votación en condiciones en las cuales no existe el mismo consenso de rechazo al comandante, como si lo hubo dentro del resto del espectro político en el 2006.

Además que ella produce mayor repudio que el nacionalista entre muchos sectores del centro y la derecha ‘moderada’ (como parte del toledismo, los intelectuales ligados a Vargas Llosa o el sector de Yehude Simons en la Alianza de PKK). La estrategia humalista parece concentrarse en buscar limar la resistencia que su pasado pro-Chávez produce en las capas medias, los ‘moderados’, la capital y las zonas exportadoras, mientras que la de Keiko buscará marcar ciertas distancias de su padre (como dejar de pedir su indulto), tender puentes a PKK y competir contra Humala en los sectores más marginados con planteos populistas, asistencialistas y pro-Estado más fuerte.

En el debate electoral Keiko mostró a lo que apunta su estrategia: a mencionar de memoria los problemas de barrios y pueblos olvidados que ella ha visitado apuntando a convertirse en la paladina de los marginados.

Humala, por su parte, va a buscar distanciarse lo más que pueda de la izquierda y del radicalismo a fin de querer perfilarse como un presidente que pueda ser hasta más ‘moderado’ que los primeros gobiernos nacionalistas de Belaunde (1963-68) o García (1985-90).

Votos nulos y blancos ganan en los peruanos del exterior

La circunscripción de la diáspora peruana (donde sufragaron 400,000 de sus 750,000 electores inscritos) debe ser la única que en la primera vuelta ganaron los votos por nadie. La suma de los casi 50,000 blancos y los más de 40,000 nulos bordean los 90,000 votos, una cifra que supera entre mil a dos mil votos a cualquiera de los dos ganadores que se disputan la punta en dicha región: Keiko Fujimori y PKK.

Ambos obtuvieron unos 88,000 votos cada uno; lo que implica poco más del 20% de los votos emitidos y del 28% de los válidos. Luego, y debajo del número de sufragios en blanco, les siguen Toledo con menos de 47,000, Castañeda con menos de 42,000 y Humala con menos de los 40,000 votos cada uno. Eso implica en términos de los votos emitidos menos del 12%, del 10.5% y del 10%, respectivamente; y de los válidos un 12.5%, 15%, 13.5% y 13%, también respectivamente.

Es de destacar que el porcentaje de participación de los peruanos del exterior fue tal vez el más grande de la historia en término de las diásporas latinoamericanas. Sin embargo, hubo un 47% de los inscritos que no acudió a sufragar.

Si se suma el ausentismo con los votos por nadie ello implica que la única ‘región’ en la cual la mayoría de los electores no sufragó por ninguno de los candidatos es la del ‘quinto suyo’. Sobre unos 750,000 registrados poco menos de 310,000 secundaron a algún presidenciable.

Esto implica que los 3 a 4 millones de peruanos en el exterior por más interés que tienen en su patria de origen donde tienen propiedades, intereses y familiares, y a donde suelen viajar o envían remesas (uno de los ejes de la economía nacional) no se sienten muy entusiasmados por candidatos que no les ofrecen mucho, que no les posibilitan tener su propia representación en el congreso nacional o en la cancillería, o que no les brindan servicios de asesoría legal o servicios sociales (como sí les prestan Estados como los de España, Portugal y hasta Ecuador a sus propias diásporas).

Humala ha demostrado tener su fuerza en el sur y centro del Perú, pero uno de sus talones de Aquiles es el exterior, el único lugar donde quedó séptimo (incluso debajo de los votos blancos o de los viciados).

En la primera vuelta de las presidenciales peruanas él ganó a nivel nacional y en 16 de las 25 regiones de dicha república. Quedó segundo ante Alejandro Toledo en Loreto y ante Keiko Fujimori en Pasco y en los 5 departamentos del antiguo Sólido Norte aprista (Tumbes, Piura, Cajamarca, Lambayeque y la Libertad). Solo en las circunscripciones de Lima y Callao finalizó tercero tras PKK y Keiko.

En todos los países donde hay gobiernos latinoamericanos de izquierda Humala si bien pudo haber sacado un mejor promedio que en los de España, EEUU, Australia o Japón, ha perdido contra Fujimori. La colonia peruana más grande donde Ollanta ha ganado es la de Rusia donde el nacionalista obtuvo 45 de los 161 votos depositados. El descuido de este sector perjudicará a Humala, quien no ha aprendido la lección de Correa el cual ha logrado transformar a los ecuatorianos del exterior en uno de sus baluartes. El peso de los expatriados es clave en comicios ajustados. En Italia Prodi pudo ganar debido a que los italianos del exterior le dieron la escasa ventaja que tuvo.

Peruanos del exterior: ¿Sin fuerzas y sin ganas?

Uno de los sectores más ignorados en el proceso electoral peruano han sido los 3 a 4 millones de ciudadanos de esa nación que viven en otros países. De ellos unos 750,000 estaban registrados para sufragar y más de 400,000 votaron. Esto implica que la mayoría de ellos fue a las urnas, pese a que en el exterior no hay tanto conocimiento de esos comicios, a las grandes distancias que hay que recorrer (a veces solo hay un solo centro de votación en cientos miles de kilómetros a la redonda) y al hecho de que en el exterior el voto no es obligatorio (pues, a diferencia de los que viven en el Perú no están sujetos a multa, salvo quienes fuesen sorteados para ser miembros de mesa).


La tasa de participación de los peruanos del exterior fue incluso más alta que la que han tenido muchas elecciones en las dos democracias más antiguas del Atlántico industrial (EEUU y Gran Bretaña). Es más, estos 400,000 votantes deben consistir en el número más alto de expatriados latinoamericanos que hayan sufragado en cualquier otra elección en la historia de las diásporas americanas. Hay tanta o más cantidad de mexicanos, colombianos o brasileros viviendo fuera de su patria que los peruanos. Los índices de ecuatorianos, salvadoreños, dominicanos, bolivianos o nicaragüenses que trabajan fuera de sus tierras en relación a su población nacional puede que supere a la de los peruanos.


No obstante, ninguna otra diáspora latinoamericana ha superado tanto en cantidad de votantes como en relativo bajo ausentismo electoral a la de los peruanos. La región de los peruanos del exterior es por su impacto económico la segunda del Perú. Por su número de votantes se asemeja al de Loreto, el mayor departamento en territorio, y supera a la mitad de los menos poblados. Pese a ese alto grado de civismo aún no se ha formado un distrito autónomo para los peruanos del exterior y ellos, a diferencia de lo que pasa con los expatriados de Portugal, Francia, Italia, Colombia o Ecuador no eligen directamente a sus parlamentarios. Hace algunos años una comitiva de peruanos del exterior fuimos invitados al congreso en Lima donde éste hizo un homenaje a la diáspora y en ese mismo día votó por la creación de un distrito electoral para las provincias de Lima. Por increíble que parezca tanto a ellos como a los chalacos (algunos de los cuales residen en la acera de enfrente de la ciudad de Lima) se les permite tener sus propios representantes, pero a los del exterior se les priva y se les condena a seguir hipertrofiando a la capital y a ser supuestamente representados por gente que nunca se les ha acercado ni a miles de kilómetros de distancia.

En la segunda ronda los peruanos del exterior podrán jugar un rol de desempate. En la primera vuelta 1 de cada 4 votos en el extranjero fue nulo o blanco (el doble que a nivel del resto del Perú). En el extranjero Keiko ganó levemente a PKK con una cifra un poco superior a la que sacó a nivel nacional.

Ollanta, sin embargo, allí tuvo su peor votación donde solo pudo ganar en 3 consulados con pocos electores. Obtuvo menos del 10% de los votos emitidos y del 13% de los válidos (casi la tercera parte que su promedio nacional). Esta es la única circunscripción en la que no quedó entre los 3 primeros, sino en séptimo puesto (incluso por debajo de los blancos y nulos).

Es más, si no se contase la votación de los consulados Humala le aventajase a Fujimori por 8.7 puntos, distancia que se acorta en 0.6 puntos cuando entran a contabilizarse los sufragios del extranjero. Si el comandante no hace nada para remediar esa situación corre el riesgo de que su adversaria le saque por lo menos un decisivo punto de ventaja con el voto de los expatriados.

El número de peruanos que no votó por ninguno de los dos finalistas es de poco más de la mitad en el caso del territorio nacional, pero de más de dos tercios en el extranjero. En el caso del Reino Unido tres de cada cuatro peruanos que votaron no les secundaron, mientras que en Irlanda ninguno de los dos tuvo un solo voto. Ambos candidatos no deben descuidar a ese sector pues les podría quitar fuerza en el 2011 y la posibilidad de ganar al Perú.

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