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La Jornada
 
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actualizado 12 de enero 2011

 
Nuestro tatara, tatara... buelo
 
Por Prof. Christian Cazabonne  
(foto cortesía)

Estos hombres que colonizaron Europa entre 400,000 y 30,000 años, antes de ser reemplazados por nuestros ancestros Homo sapiens, venidos de Africa y del Medio Oriente, son de ahora en adelante considerados como seres inteligentes, sensibles, pacíficos e incluso conservacionistas

Neandertal: El desarrollo de su cerebro era limitado. Al nacimiento, el cerebro del bebé neandertaliense era casi idéntico al del pequeño «Homo sapiens». Fue después que sus funciones cognositivas tenian un desarrollo diferente.

Si, durante mucho tiempo, los neandertalienses fueron considerados como tontos o brutos pasíficos, hoy en día les llegó la hora de su completa rehabilitación. Estos hombres que colonizaron Europa entre -400,000 y -30,000 años, antes de ser reemplazados por nuestros ancestros Homo sapiens, venidos de Africa y del Medio Oriente, son de ahora en adelante considerados como seres inteligentes, sensibles, pacíficos e incluso conservacionistas.

Este cambio es en gran parte justificado. Se sabe en particular que Neandertal enterraba sus muertos, que vivia en grupos bien estructurados, que dominaba probablemente el lenguaje, que posiblemente llevaba pinturas corporales. Estaba dotado de cierta inteligencia, debido a que su cerebro era de una talla semejante al nuestro. Nos enteramos este año que hemos heredado de él entre 1 y 4% de nuestro ADN. Por lo tanto podemos hacer de él nuestro «alter ego».

Sin embargo, cierto número de diferencias persisten. En particular sobre el plano cognositivo. En efecto no es porque el hombre moderno y Neandertal tienen un cerebro de talla comparable que sus capacidades intelectuales sean equivalentes. Más que el volumen de materia gris, es la organización interna del cerebro lo que importa. Hay en el desarrollo del cerebro del Homo sapiens, una fase específica que no se encuentra en él de Neandertal. En el desarrollo del cráneo en los niños neandertalienses, los investigadores encontraron que la impresión dejada por su cerebro en el interior de la caja craneana es muy próxima de la de un bebé moderno, pero que el desarrollo se efectúa luego según una manera más primitiva. En el año siguiente, en efecto, sólo el cerebro del pequeño Homo sapiens toma una forma globular característica que no existe en Neandertal.

Fuente: Le Figaro. Miércoles 10 Noviembre de 2010.ç

e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr

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