Nicolás Bulté jefe de la Sección Política
de la Delegación de la UE en Nicaragua
y Centroamérica. (Foto Archivo)

Nicolás Bulté, Jefe de la Sección Política de la Delegación de la Unión Europea en Nicaragua y Centroamérica, en declaraciones a un diario de circulación nacional, dijo que la observación electoral es “importante y confiable”.

Nicaragua tendrá elecciones generales el 6 de Noviembre próximo 2011 y el Consejo Supremo Electoral, CSE, expresó que se aceptarán solamente “acompañantes”.

El término “acompañante” no se encuentra en la Ley Electoral que es una de las leyes de rango constitucional solamente el de “observación electoral”, expresó recientemente un aliado de la Convergencia Nacional del FSLN, Agustín Jarquín Anaya.

La reforma de la Ley Electoral tienen que realizarla la Asamblea Nacional lo cual implicaría la reforma parcial de la Carta Magna con la aprobación de mayoría calificada de votos de los diputados. Hasta el momento no se observa ningún movimiento en ese sentido.

Bulté dijo: “Es que es difícil determinar con seguridad cuándo la observación internacional se necesita o no. No hay criterio objetivo, pues la política es por definición impredecible. En principio, podemos decir que la mera presencia de la observación internacional genera más confianza ciudadana en el voto y baja las posibles tensiones; limita un poco las eventuales polémicas, apacigua las aguas, contribuye a calmar los ánimos... Es, entonces, un factor de equilibrio y muchas veces tiene un valor preventivo que no se debe menospreciar, aunque no siempre aparezca de manera obvia a la luz del día. Como cualquier factor de prevención, cuando funciona la prevención, su efecto no se mira. Sin embargo, estoy de acuerdo con que el papel fundamental de fiscalización le pertenece a los partidos políticos mismos desempeñarlo, y el sistema electoral de Nicaragua les ofrece espacio en este sentido, con la existencia y las competencias de los fiscales de partido, etc. Eso es bueno, lo valoramos, pero eso no le quita nada al interés de tener una presencia de observación electoral internacional al mismo tiempo. Los dos no son contradictorios, más bien se complementan. Digamos que la observación electoral internacional sólo es “una garantía más” en la cadena del control de calidad de un proceso electoral. No es la única, por supuesto, pero sí una importante y confiable. Entre más garantías tienes, mejor ¿No?”

Agregó Bulté: “Ahora bien, el hecho de que ofrecemos nuestra disposición para llevar a cabo una observación internacional, no se debe entender como una muestra de desconfianza, de duda, un perjuicio, una voluntad de injerencismo; sino, simple y sencillamente como una oferta de ayuda. El principio de una misión de observación electoral europea es que, precisamente, viene sin perjuicio ni opinión preconcebida; llega con la suficiente antelación para darse cuenta de la realidad en el terreno y en toda su complejidad, a través de un diálogo directo, permanente y abierto con la autoridad electoral del país y el deseo de resolver a tiempo y, a través del diálogo, los posibles malentendidos detectados en el camino”.

Manifestó el Jefe de la Sección Política de la Delegación de la Unión Europea que “cualquier misión de observación europea tiene un fuerte componente técnico, con especialistas en el tema electoral, pero al mismo tiempo son encabezadas por personas que tienen una larga trayectoria política, buenas credenciales de imparcialidad y que saben valorar objetivamente las dificultades de procesos tan complejos, como son los procesos electorales. Los jefes de misión de observación tienen el derecho a la palabra, a expresarse públicamente, pero en la gran mayoría de los casos la experiencia demuestra que no lo usan, porque han logrado aclarar o remediar las cosas sin llegar a hacer declaraciones públicas, siempre mediante un diálogo franco con las partes involucradas en el tema. La observación europea no es una inquisición, ni mucho menos una imposición. Es una inversión fuerte en el futuro de un país”.