Embajador de Estados Unidos
Robert Callhan.(foto J. Caina)

Para que los resultados del acto electoral sean “creíbles”

El embajador de Estados Unidos en Managua, Robert Callahan, abogó para que las próximas elecciones presidenciales participen observadores electorales y que las mismas se desarrollen de forma “abierta, transparente y justa”.

Callahan, tras participar en un acto público, instó a las autoridades nicaragüenses a invitar y contar con la participación de observadores electorales “creíbles” quienes puedan dar garantía de que los comicios dieron resultados “creíbles” para la población.

“Nuestra esperanza es que las elecciones sean abiertas, transparentes, justas y sean también bien observadas”, dijo el diplomático a periodistas.

Estados Unidos se sumó a aquellos sectores nacionales e internacionales que exigen la observación electoral para el acto electoral, afirmó Callahan. “Es importante que la observación empiece con seis, siete u ocho meses de anticipación”, agregó.

Un recuerdo

El representante estadounidense en sus declaraciones también recordó que para los comicios del 2006 en los que salió electo el actual presidente de la república, Daniel Ortega, se convocó a los organismos internacionales y locales para que “vigilaran” las elecciones de esa época.

Ortega, en cuanto al tema de observación electoral, anunció que no existirán porque no quiere más “intervenciones” en las elecciones.

Para estos comicios el mandatario buscará su reelección ya que una sentencia del Poder Judicial eliminó el artículo 147 constitucional el cual le impedía volver a ser gobernante.

“Si quieren venir (observadores extranjeros) a acompañarnos, que nos acompañen, pero no queremos controladores de nuestras elecciones”, dijo en ese momento Ortega.

Desde que el mandatario anunció la cero observación electoral países europeos rechazaron esa disposición e instaron al gobierno a retractarse para que participen observadores en las votaciones presidenciales.

El anuncio de suspender la observación electoral, ya ocasionó un efecto negativo ya que Dinamarca informó en esta semana el retiro “adelantado” de ayuda económica valorada en 100 millones de coronas (unos 18 millones de dólares).

Dinamarca se molestó luego que el gobierno del presidente Ortega, rechazara que una parte de ese apoyo financiero fuese destinada para observadores electorales. El gobierno danés tenía previsto que hasta el próximo año se suspendiera la cooperación con Nicaragua i otros países de América Latina para centrar sus planes en África.