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actualizado 14 de julio 2011
"Brasil: ¿los nuevos Estados Unidos?"
Brasil les ha quitado territorios a casi todos sus 10 vecinos
Por Isaac Bigio
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Gráfico cortesía
LIMA - En 1889 Brasil dejó de ser una monarquía detentada por una rama de la familia que desarrolló el imperio portugués para convertirse en una república federativa, la cual hasta 1968 se llamaba los Estados Unidos del Brasil.

Tanto ésta como los Estados Unidos de América son las dos principales potencias en cada una de las dos Américas. Brasil tiene alrededor de la mitad del territorio y de la población de Suramérica, en tanto que EE.UU. tiene a la gran mayoría de la población de Norteamérica, aunque a nivel de área tenga menos de la mitad de ésta.

Los dos son los únicos colosos americanos que se han ido expandiendo hacia el oeste y que también han ido anexando territorios a todos sus vecinos hispanos. Los EE.UU. capturaron todo el norte mexicano, Puerto Rico y Cuba (de la cual hoy sólo conservan Guantánamo) y han llegado a ocupar casi todas las repúblicas del Caribe.

Brasil les ha quitado territorios a casi todos sus 10 vecinos. También invadió Uruguay (cuya independencia se peleó contra Brasil) y libró contra Paraguay la única guerra de exterminio de la América postcolonial.

Ambos gigantes se asientan en medio de las dos mayores cuencas fluviales de ambas Américas (el Misisipi y el Amazonas), en las cuales se desarrollaron sofisticadas civilizaciones amerindias, las cuales sucumbieron por las plagas que viajaron más rápido que los europeos que las trajeron y que asesinaron al grueso de sus habitantes.

Mientras España se asentó en la infraestructura de antiguos imperios mesoamericanos o andinos y dio paso a un mestizaje entre europeos e indígenas, en los territorios que los portugueses y los británicos colonizaron encima o al costado de Hispanoamérica la población indígena fue arrinconada y el territorio fue repoblado por europeos o africanos.

Si hoy EE.UU. tiene la mayor población de origen europeo del mundo y también negra del hemisferio norte, Brasil tiene a la segunda población negra del mundo fuera de Nigeria y la mayor de origen europeo en el hemisferio sur.

Mientras en EE.UU. la esclavitud fue abolida tras una guerra civil y hoy sólo uno de cada ocho estadounidenses son de piel de ébano, Brasil mantuvo la esclavitud varias décadas después de que el resto de las Américas y hoy la mitad de sus habitantes tienen raíces africanas.

La descolonización de la América hispana continental se dio con cruentas guerras civiles que la fragmentaron en casi dos decenas de repúblicas. EE.UU. y Brasil escaparon ese destino manteniendo y expandiendo sus originales territorios y sofocando todo secesionismo.
Brasil fue la sede de la única monarquía que tenía colonias en todo el globo, mientras que EE.UU. se convirtió en la primera gran república imperial.

A diferencia de EE.UU., Brasil llegó tarde a la industrialización y al capitalismo y no devino en una potencia mundial. Se conformó con ser el principal aliado panamericanista de EE.UU. tanto en las dos guerras mundiales como en la guerra fría.

Sin embargo, después que esta última se acabó, Brasil ha empezado a marcar ciertas distancias frente a EE.UU. y a pasar a querer perfilarse como una potencia emergente.

"Lula el lila y Blanco el rojo"

LIMA - Hoy el líder político suramericano más popular en su país y el mundo es el brasileño Lula. Sin embargo, él ha cambiado mucho. En esta nota quiero hacer una comparación entre la evolución que él tuvo con la de otro sindicalista radical popular contemporáneo suyo.

Hace un tercio de siglo emergieron las actuales izquierdas de Perú y Brasil en medio de huelgas antidictatoriales. Los principales caudillos electorales que encabezaron a éstas en ambos países fueron Hugo Blanco y "Lula" da Silva.

Blanco nació en 1934 en el Cusco, cerca de donde nace el Amazonas, y el segundo en 1945 en Pernambuco, cerca de donde termina dicho río. Ambos conocieron una gran pobreza y se hicieron famosos organizando sindicatos (Blanco a los campesinos de La Convención y Lula a la de los metalúrgicos del ABC de Sao Paulo).

A fines de los setentas los dos se transformaron en los caudillos electorales del "clasismo" suramericano. Ambos barbones hablaban en lenguaje sencillo y popular llamando a los "trabajadores" a votar por ellos mismos, a unirse contra los "patrones" y a crear sus propios partidos.

En 1978, cuando en Perú se dieron las primeras elecciones tras una década de dictadura militar, Blanco obtuvo la tercera mayor votación quedando como el más popular de una izquierda que bordeaba el 30% de los sufragios.

Blanco nunca dejó de reclamarse como trotskista, cosa que no veía bien el resto de una izquierda influida por los remanentes de Stalin, la cual acabó marginalizándolo.

En cambio Lula, si bien nunca dejó de rodearse de "trotskos", fue un pragmático que sabía adaptarse a donde soplase el viento. Su Partido de los Trabajadores, en vez de mantenerse dentro del clasismo, fue influido por la Iglesia y la socialdemocracia y devino en el centro que ha unificado desde 1990 a todas las izquierdas del continente en el Foro de Sao Paulo.

Mientras Blanco, quien siempre mantuvo su radicalismo consecuente, dejó de ser una figura electoral tras la segunda vez que candidateó (en 1980), Lula fue creciendo poco a poco desde que candidateó por primera vez en 1982 y luego compitió en todas las presidenciales que se dieron hasta la del 2010. Tras perder en 1989, 1994 y 1998 se fue "moderando" hasta ganarlas en su cuarto intento (2002). De allí en adelante ha vencido en todas las elecciones generales (en 2006 cuando él fue reelecto y en el 2010 cuando logró que su delfina Dilma le substituya en la Presidencia).

Blanco se ha mantenido en su pureza roja. Eso no le ha dado mucha presencia, pero a sus partidarios les reconforta el que él no haya "claudicado" y que se mantengan a la espera de una "ola revolucionaria".

Mientras Blanco morirá como un "rojo", Lula pasó de rojo a lila, y se ha convertido en un héroe para muchos magnates, quienes saludan su capacidad de lograr consensos sociales que favorezcan a sus inversiones.

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