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actualizado 13 de junio 2011

 
Toda jornada se inicia con el primer paso
 
Por Ma Ying-jeou
Presidente República de China (Taiwán)
 
Ma Ying-jeou
Presidente
República de China (Taiwán)
(foto cortesía)

El valor social de la tolerancia y el aprecio hacia los disidentes

Recordar en el día 4 de junio, la memoria de aquéllos que valientemente se sacrificaron para defender la democracia reviste un significado especial.

Recientemente, he tenido la oportunidad de leer la nueva edición por mi Alma Mater, la Universidad Nacional de Taiwán, del libro Obras completas de Ying Hai-kuang. El Señor Ying fue un precursor de la democracia en Taiwán. Debido a su firme convicción en el concepto de la democracia, criticó fuertemente el régimen autocrático que había en Taiwán en los años sesenta y por ello, fue sujeto a arresto domiciliario. No pudo impartir sus enseñanzas libremente, y falleció en medio de la indignación y el enojo cuando apenas tenía 50 años. No obstante, sus comentarios cargados con el matiz del liberalismo fueron las semillas de la democracia que se sembraron en la sociedad Taiwanesa.

Cuando era joven, pude leer los escritos del señor Ying Hai-kuang, percatándome de cómo por un lado criticaba la situación de entonces, mientras que por otro no cesaba de reflexionar en torno a su responsabilidad como “intelectual libre”. Al concluir, yo siempre terminaba profundamente conmovido. Si en aquel entonces, el Gobierno hubiera escuchado sus opiniones, ¿no hubiéramos evitado muchos reveses innecesarios en el proceso del desarrollo de Taiwán?

¡Cuán afortunado resulta que las opiniones acerca de la libertad y la democracia de Ying Hai-kuang, Lei Chen y muchos otros luchadores de la democracia de ese entonces en Taiwán, se hayan hecho realidad en el día de hoy! En estos últimos dos años, he tenido la oportunidad en varias ocasiones de expresar las más profundas disculpas de nuestro Gobierno a la viuda de Ying y los familiares de Lei Chen.

Precisamente debido a que tuvimos un lamentable pasado, y siendo descendientes étnicos chinos, estamos dispuestos a compartir y recordar a las autoridades en China continental acerca del valor social de la tolerancia y el aprecio hacia los disidentes. El verdadero perjuicio de encerrarlos y no permitir que hablen no solamente radica en el daño que sufren esos individuos, sino también que las políticas erradas no podrán ser corregidas y no se podrán escuchar más voces de la sociedad.

En estos veinte y tantos años, la economía de China continental ha presenciado un rápido desarrollo, sobrepasando a Japón el año pasado para convertirse en la segunda potencia económica del mundo. En estos últimos años, China continental también ha participado activamente en los asuntos internacionales, desde operaciones para el mantenimiento de la paz hasta misiones de ayuda humanitaria. También ha establecido Institutos de Confucio por todo el mundo y ha aumentado sus inversiones en ultramar. En este sentido, ha procurado convertirse en un miembro responsable de la comunidad internacional. Sin embargo, comparada con su brillante desempeño económico, la situación de la democracia y los derechos humanos en China continental palidece visiblemente en comparación.

Hasta ahora, el Incidente de Tiananmen, ocurrido el 4 de junio de 1989, no ha podido ser desagraviado. El arresto de Liu Xiaobo, Ai Weiwei y otros por sus opiniones disidentes, se ha convertido en el principal obstáculo a los esfuerzos por parte de China continental para integrarse dentro de la comunidad internacional y convertirse en un nuevo líder.

En los últimos tres años, las relaciones a través del Estrecho de Taiwán se han desarrollado firmemente. En la actualidad, más de un millón de empresarios Taiwaneses radican en el territorio continental. Anualmente, más de 5 millones de viajeros Taiwaneses visitan China continental. Basados en la profunda afinidad sanguínea, los orígenes históricos y culturales comunes de ambos lados del Estrecho, así como los cada vez más intensos intercambios entre sus ciudadanos; tenemos la responsabilidad de señalar a las autoridades en China continental que la reforma política debe marchar al mismo paso que la reforma económica.

La experiencia de Taiwán en su transformación de un régimen autocrático a una democracia nos ha demostrado que con certeza, la reforma conlleva dolores, pero no son desastrosos, sino síntomas de regeneración, que traen estabilidad y progreso. Al mismo tiempo, logrará que el pueblo tenga más confianza en su gobierno.

Al recordar hoy el Incidente de Tiananmen, es nuestro profundo deseo que los líderes de China continental impulsen la reforma política, promoviendo el desarrollo de la libertad, la democracia, los derechos humanos y el mandato de la Ley. “Toda jornada se inicia con el primer paso”. El primer paso de la reforma política es tratar con magnanimidad a los disidentes, reconociendo su valor social y sus contribuciones.

Esperamos que las autoridades en China continental comiencen a hacerlo poniendo en libertad a Liu Xiaobo, Ai Weiwei y otros. Esto no sólo elevará grandemente la imagen internacional de China continental, sino que también contribuirá a reducir la distancia psicológica entre ambos lados del Estrecho de Taiwán.

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