La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que la economía mundial se encuentra al borde de una “recesión del empleo”, lo cual retrasaría la recuperación económica a nivel global y generaría más tensión social en un gran número de países.
La advertencia que arrojó la OIT es en base a un nueva investigación denominada "Informe sobre el Trabajo en el Mundo 2011: Los mercados al servicio del empleo".
El estudio presentado por Raymond Torres, Director del Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT, indica que el estancamiento de la recuperación económica comienza a afectar drásticamente a los mercados laborales. Y de mantenerse las tendencias actuales, sería necesarios cinco años para que el empleo regrese a los niveles anteriores a la crisis en las economías avanzadas.
"Hemos llegado al momento de la verdad. Las posibilidades de evitar una "doble caída" del empleo son limitadas y debemos aprovecharlas", expresó Torres.
80 millones de empleos
El informe señala que el mercado laboral ya está al “límite habitual” de seis meses que lleva para que una desaceleración económica impacte sobre el empleo.
“Sería necesario crear 80 millones de puestos de trabajo durante los próximos dos años para regresar a las tasas de empleo que existían antes de la crisis”, refleja el documento.
118 países analizados
El informe también presenta un nuevo índice de “tensión social”, que refleja los niveles de descontento social a raíz de la falta de empleos y el “enojo” de la gente que siente que el peso de la crisis no está siendo distribuido de manera equitativa.
Para la elaboración de este informe se analizaron 118 países y 45 de ellos la tensión social está en aumento “principalmente en las economías avanzadas, como Estados Unidos, la región árabe y, en menor medida, Asia.
No obstante, existe “una estabilización o un menor riesgo social en África Subsahariana y América Latina”, reporta la OIT.
Precios de los alimentos afectó
Asimismo, la volatilidad de los precios de los alimentos se duplicó a lo largo del período 2006-2010 en relación con los cinco años anteriores, afectando de esta manera las perspectivas de trabajo decente en los países en desarrollo.
Los inversionistas financieros se benefician más de la volatilidad de los precios que los productores de alimentos, en particular los pequeños productores.
El informe invita a las naciones a que se mantengan y, en algunos casos, se fortalezcan los programas a favor del empleo, y advierte que los esfuerzos por reducir la deuda pública y el déficit con frecuencia se han enfocado de manera desproporcionada en el mercado laboral y las medidas sociales.