Amar la vida es levantarse rápido de cada caída; es surgir de nuevo por sobre las cenizas; es llegar a la orilla firme y segura a pesar del terrible naufragio.

Amar la vida es no renunciar a la lucha a pesar del sufrimiento; es remontar el vuelo aunque las alas estén fatigadas y heridas; es escalar una montaña con la mirada puesta en la nevada cumbre.

Amar la vida es defenderla con el cuerpo y con el alma; es no retroceder jamás ante la adversidad y la injusticia; es sembrar cada día una nueva semilla de esperanza.

Amar la vida es oír la voz certera del corazón; es derrumbar los muros que separan a los hombres entre sí; es sentirse unido por lazos eternos a toda la creación.

¡Amar la vida es la mejor manera de acercarse a Dios!