ALEMANIA - El papa Benedicto XVI pidió a los fieles católicos alemanes a ser fieles, y a la vez expresó sus críticas a la división de la Iglesia ayer domingo, en su cuarto y último día de visita a su país natal.

Según los organizadores del evento participaron unas 100.000 personas provenientes de Suiza y Francia y el acto se hizo en el aeropuerto de Friburgo (suroeste).

En el papamóvil blanco el Santo Padre iba vistiendo sus atuendos de color blanco y con una capa roja hizo su recorrido en el aeropuerto saludando a los fieles católicos y regando besos a los niños que le presentaban los otros sacerdotes.

El llamado a la misa se hizo con cuatro campanas puestas de forma improvisada donde altos cargos de la Iglesia Católica de Alemania asistieron.

En el servicio brindado, Benedicto XVI llamó a los miembros católicos a superar las pugnas internas y a estar unidos en la Iglesia en momentos en que "acecha el peligro" y una "crisis de la fe".

“La Iglesia en Alemania superará los grandes desafíos del presente y del futuro y seguirá siendo un factor de cohesión en la sociedad si los sacerdotes, las personas consagradas y los laicos creyentes en Cristo colaboran para la unidad”, dijo el papa.

Estas palabras las hizo seguramente en referencia a los grupos "Wir sind Kirche" (Somos la Iglesia) y de la red ecuménica "Die Kirche von Unten" (La Iglesia de abajo) que planean alejarse del clero católico alemán. Estos incluyen 150 católicos en rebeldía.

La Iglesia será creíble dijo el Santo Padre “si las parroquias, las comunidades y los movimientos se respaldan y enriquecen mutuamente, si los bautizados y los confirmados, junto a los obispos, mantienen en alto la llama de una fe inalterada y dejan que ella ilumine los conocimientos y capacidades”.

Benedicto XVI además denunció el exceso de contiendas: "lo que cuenta no son las palabras --dijo-- sino las acciones". Recomendó a la Iglesia "permanecer fielmente unida en torno a los sucesores de San Pedro y los apóstoles (el papa y los obispos) y a dejarse rejuvenecer por la alegría de las Iglesias jóvenes” de los países del Sur que recientemente fueron cristianizados.

El Santo Padre tiene 84 años de edad. El vuelo que abordó tenía el destino a Roma. El pontífice promueve una Iglesia con un modelo protestante donde las personas pueden creer lo que les convenga.