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actualizado 16 de febrero 2012
Analizan repercusiones del cese de las importaciones del crudo de Irán a Europa
Europa, atrapada por 'la tormenta perfecta'
Redacción Central
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foto internet
El posible cese de importaciones de crudo desde Irán, que se ve cercado por la presión psicológica, podría profundizar la grave crisis de la UE y resultar en un precio de 250 dólares por barril, según un experto, teniendo en cuenta que Europa no tiene muchas alternativas para sustituir a Irán en su consumo.

Europa, atrapada por 'la tormenta perfecta', "se enfrentaría a un periodo de contracción económica profunda" por falta de combustible que haría crecer la inflación, opina el periodista Alberto Cruz.
Esto a su vez aumentaría la presión al Banco Central europeo, que "está inyectando enormes cantidades de dinero para salvar la economía" de los países endeudados, asegura el experto.

Cruz apunta que el salto brusco de precios del petróleo, que se ha visto tras la noticia del cese, podría justificar los pronósticos de varios economistas de que si Irán golpeara la importación de verdad el crudo podría alcanzar los 250 dólares por barril. Tal cifra sería desastrosa para la industria de las economías debilitadas, ya que sus gastos crecerían dramáticamente.

Los analistas también coinciden en la opinión de que los tres socios europeos que experimentarán el daño máximo de la medida iraní serán Grecia, Italia y España. Primero porque son los países con la situación económica más alarmante en lo que se refiere a deuda pública y desempleo. Y en segundo lugar porque son los tres principales consumidores de Irán. Grecia importa un 38% de su crudo de la república islámica, y las economías italiana y española compran entre un 13% y un 15%.

El escritor y profesor Raúl Hinojosa cree que en caso de quedarse sin el crudo de Irán, la economía europea se vería gravemente afectada.
¿De dónde va a obtener la UE el crudo?

Pese a lo que está diciendo Europa "las alternativas no son fáciles de conseguir", dice Cruz, ya que "el petróleo iraní tiene unas características técnicas determinadas" y hay que encontrar un petróleo de esa misma alta calidad.

"En estos momentos Europa está buscando desesperadamente productores alternativos", sigue el experto. Cruz explica que hay solo tres opciones a las que la Unión puede acudir. La primera es Arabia Saudíta, que está dispuesta a aumentar su producción hasta los doce millones de barriles diarios. "Pero eso implicaría una reducción del 5% anual de las reservas de Arabia", dice el experto, y por eso el país árabe no podrá suministrar tanta cantidad de crudo a Europa "ni a medio ni a largo plazo".

La segunda opción de la UE es Rusia, que ahora está suministrando sus recursos naturales a gran número de estados europeos. Y la tercera variante sería Libia, pero este Estado todavía "no ha recompuesto su industria petrolífera después de la agresión de la OTAN", recuerda el periodista.

Todo eso haría que en caso de que se imponga el cese iraní, los países europeos tendrán que destapar sus 'reservas energéticas' que son capaces de suministrar combustible durante un centenar de días.
Guerra psicológica

Las amenazas de Irán se deben a que el país "está siendo agredido físicamente con el asesinato de científicos nucleares y psicológica y moralmente" con la imposición de sanciones por parte de EE. UU. y la UE, una guerra psicológica, argumenta Cruz.

Entre los ejemplos de tal guerra se pueden enumerar no solo las constantes exhortaciones del cambio de régimen en el país, realizadas por Washington, sino la reciente demostración de la fuerza militar occidental en el Golfo Pérsico.

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