BEIRUT.— Hombres armados atacaron en la madrugada del miércoles el local de una estación de televisión pro gobiernista, destruyeron el edificio y mataron a tres empleados, informó la agencia de noticias estatal siria.
Las autoridades sirias condenaron el ataque, calificándolo como una matanza de los rebeldes "contra la libertad de la prensa".

SANA dijo que el ataque que fue perpetrado en la estación Ikhbariya TV en el pueblo de Drousha, unos 20 kilómetros (14 millas) al sur de la capital Damasco. Horas después del ataque la estación continuaba en el aire trasmitiendo sus programas.

Ikhbariya es una estación de propiedad que presta gran apoyo al régimen del presidente Bashar Assad. Los periodistas progobiernistas han sido objeto de ataques en varios ocasiones en el pasado durante los 15 meses que dura la revuelta popular contra el régimen de Assad, aunque ese tipo de incidentes no son tan frecuentes.

A principios de mes, dos empleados de Ikhbariya fueron baleados y heridos de gravedad por pistoleros en Haffa, un pueblo del noroeste sirio, mientras cubrían enfrentamientos entre las tropas del gobierno y los insurgentes.

Los rebeldes negaron que atacaran a los medios. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña confirmó el ataque y la muerte de varios empleados, pero no contaba con mayor información.

El ministro de Información Omran al-Zoebi dijo a los periodistas fuera de la estación que los pistoleros atacaron el complejo de TV, colocaron explosivos y los detonaron.

"Lo sucedido hoy es una masacre, una masacre contra la libertad de la prensa", dijo al-Zoebi en declaraciones a la televisión estatal siria. "Perpetraron una terrible masacre al ejecutar a los empleados", agregó.

Un empleado del canal dijo que los pistoleros irrumpieron en los dos edificios de la estación de televisión, detuvieron a algunos de los guardias y luego volaron partes del local con explosivos que traían.

El empleado, quien no quiso identificarse por temor a represalias, dijo que los atacantes le vendaron los ojos y luego lo llevaron a un vehículo a unos 200 metros de distancia desde donde escuchó la explosión. "Estaba aterrorizado", relató el hombre en una entrevista telefónica.

La televisión estatal mostró una estructura demolida sin techo, alegando que era el principal estudio de la estación. Asimismo mostró lo que dijo eran cintas de video en medio de pilas de escombros.