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actualizado 7 de sept. 2012
Santos descarta un cese al fuego en Colombia con las FARC
Aquí no vamos a ceder nada hasta tanto lleguemos al acuerdo final y que eso quede muy claro, dijo Santos
Cables
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Juan Manuel Santos.

TOLEMAIDA, Colombia.— El incipiente proceso de paz colombiano, que aún no arranca formalmente, pareció afrontar su primer tropiezo cuando ambas partes mostraron divergencias sobre la posibilidad de discutir una propuesta de cese al fuego.

Horas después de que delegados de las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dijeran en una rueda de prensa, en La Habana, que propondrían en la mesa de negociaciones un cese de hostilidades, el presidente Juan Manuel Santos descartó tal posibilidad y dijo que la instrucción a la fuerza pública es intensificar sus acciones ofensivas.

Las negociaciones están previstas para comenzar en octubre en Oslo, capital de Noruega. El pronunciamiento del mandatario se produjo luego de que se reuniera con más de un centenar de generales y coroneles en la base militar de Tolemaida, una de las más grandes del país.

Sin responder a preguntas, el presidente hizo la declaración frente a reporteros que se encontraban en dicha base, ubicada en el centro del país.

A los generales y coroneles "les he pedido que intensifiquen su accionar. No va a haber ningún tipo de cese al fuego. Aquí no vamos a ceder nada hasta tanto lleguemos al acuerdo final y que eso quede muy claro", dijo Santos rodeado de altos oficiales de las cuatro fuerzas y del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Santos no se refirió directamente a la designación de Trinidad como negociador de las FARC, pero pareció referirse al tema cuando dijo que el gobierno acordó ir a unas conversaciones que tengan propuestas serias, dignas, realistas y eficaces.

"Le hemos explicado a los señores generales y a los señores almirantes los puntos que hemos acordado conversar en la mesa, una mesa que debe ser, repito, seria, digna, realista y eficaz. Y esas últimas dos palabras, realista y eficaz, están muy conectadas. Si oímos propuestas que no son realistas, pues el proceso no va a ser eficaz", dijo Santos sin mencionar directamente a Trinidad.

Desde la Habana, horas antes, los rebeldes dijeron que querían incluir entre sus negociadores a Simón Trinidad, cuyo nombre verdadero es Ricardo Palmera, un ex negociador de la guerrilla y quien esta detenido desde 2005 en Estados Unidos cumpliendo una pena de 60 años de cárcel por el secuestro de tres ciudadanos de ese país.

Con esa primera divergencia en el caso del cese al fuego y eventuales exigencias de la guerrilla por su encarcelado representante, no estaba claro de inmediato su impacto en el inicio de las negociaciones.

Poco antes, en una entrevista divulgada por el canal de televisión RCN, Santos dijo que "nosotros no vamos a bajar la guardia", aunque destacó que "hacer la guerra es más fácil que hacer la paz". "Si esto (los diálogos) fracasa, el que fracasa soy yo", dijo. Pero "si la paz del país cuesta la relección, bienvenida", añadió.

Santos estimó que tardarían unos seis a ocho meses el llegar a un acuerdo final con la guerrilla. "Si se logra eso sería algo maravilloso", dijo a Caracol televisión.

Santos, quien asumió el cargo en agosto de 2010, no ha dicho aún si buscará un segundo mandato de cuatro años en los comicios generales de 2014 y declinó especular posibles causas para levantarse de la mesa de conversaciones o cómo blindar el proceso ante hechos violentos que puedan ocurrir, de parte y parte, en medio de las negociaciones.

Pasados intentos de diálogos han fracasado por hechos violentos atribuidos a las guerrillas, tanto como acusaciones de los gobiernos de que los rebeldes han utilizado zonas desmilitarizadas para negociar como una retaguardia y aumentar su poderío armado. Las FARC han hecho acusaciones similares a las autoridades.
En La Habana, donde por seis meses y hasta agosto las partes discutieron y firmaron un acuerdo marco para iniciar negociaciones, voceros de las FARC anunciaron quiénes serían dos de sus negociadores y que un tema prioritario de la mesa, que dijeran comienza el ocho de octubre, será hablar de un cese al fuego bilateral.

Tampoco en la fecha de inicio de las negociaciones pareció haber acuerdo porque Santos dijo que la desconocía y que sólo sabía que arrancaban los diálogos la primera quincena de octubre.

"El cese del fuego lo vamos a plantear nosotros en el momento que nos sentemos a la mesa... vamos a discutirlo", dijo el comandante Mauricio Jaramillo, uno de los seis miembros del llamado "secretariado" o máxima jefatura rebelde.

Los guerrilleros no ofrecieron detalles sobre cómo se adelantaría el cese al fuego ni tampoco precisó sus alcances. Los rebeldes dijeron inicialmente que los negociadores de la guerrilla eran Iván Márquez y José Santrich.

Márquez también es miembro del secretariado y ha sido negociador en otros intentos por alcanzar la paz. Santrich, por su parte, integra el "Estado Mayor Central", un cuerpo de unos 30 miembros que está por debajo del secretariado.

Pero pocos minutos después agregaron otro nombre: el de Trinidad. "Ustedes serán los portadores de esa noticia, de que las FARC han tomado la decisión, como un símbolo de la patria y de la dignidad, de tener a Simón en la mesa de diálogo", dijo otro de los voceros rebeldes, Andrés París. No dijeron cómo esperaban que participara Trinidad.

Pero Marco León Calarcá, también del Estado Mayor de las FARC, insistió que "va a estar como integrante de la delegación en la mesa (de negociaciones), independientemente de las molestias que le pueda causar a quien le pueda causar".

Los cinco negociadores del gobierno fueron anunciados por Santos el miércoles, en una delegación que incluye al ex vicepresidente Humberto de la Calle y dos generales en retiro: el ex comandante de las fuerzas militares, Jorge Enrique Mora y el ex director de la Policía Nacional, Oscar Naranjo.

Las dos partes no han dado detalles exactos de cómo comenzaron sus acercamientos para llegar al acuerdo de agosto de iniciar negociaciones y el presidente Santos sólo ha dicho que entre las personas que ayudaron a tales aproximaciones estuvieron desde su hermano Enrique Santos Calderón, reconocido periodista y ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, hasta el mandatario venezolano Hugo Chávez y la propia dirigencia cubana.

Para algunos analistas y observadores no es tan importante quiénes sean los negociadores, sino que ellos reciban el respaldo de sus partes. "Lo importante es que representen en debida forma a su parte con el propósito de que después no se diga que son personas que no cuentan con el respaldo de las decisiones", dijo hoy Víctor G. Ricardo, ex jefe negociador oficial colombiano en los diálogos durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002).

Agregó, sin embargo, que "la designación de personas que están fuera del territorio nacional (como Trinidad) pues genera dificultad porque no depende del gobierno colombiano darles autorización".

En tanto, el ex ministro del Interior Fernando Londoño (2002-2003), quien en mayo pasado fue víctima de un atentado en Bogotá en el que murieron dos de sus escoltas y que es atribuido a las FARC, opinó que luego de escuchar la rueda de prensa desde La Habana "no me queda duda de queda duda de que aquí sólo hay un vencedor, que son las FARC, y un sólo derrotado, que somos 46 millones de colombianos".

Londoño dijo que no le extrañaba que las FARC negaran la autoría del atentado en su contra. En Cuba, los rebeldes dijeron que no habían cometido ese atentado al ex ministro, y dijeron que no tenían un solo secuestrado en su poder o lazos con el narcotráfico.

Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia dedicada a estudiar el conflicto interno colombiano, dijo vía telefónica que los negociadores nombrados por las FARC "tienen alta jerarquía y una gran ascendencia en el interior de la guerrilla".

En su concepto, Márquez al parecer estaba en desacuerdo con los diálogos con el gobierno por lo que consideró que "será un hueso duro de roer" en la mesa de negociación.

Otro de los temas que sobre los que se consultó los guerrilleros durante la ronda de prensa fue el del narcotráfico y los alcances en este asunto de una reconciliación.

"Para resolver el tema del narcotráfico entonces tenemos que resolver el tema de la pobreza en el campo, el primer punto y tenemos que resolver la producción de otras cosas que permitan al campesino vivir dignamente de su trabajo", expresó Calarcá.

Según Calarcá, las FARC no tienen "nada que ver con el narcotráfico" — un asunto de sensibilidad en todo el continente y en particular en Colombia — y que el tema de las drogas es un "problema de los Estados Unidos y sus países aliados".

El narcotráfico es uno de los cinco puntos de la agenda de negociaciones acordada entre las partes tras al menos seis meses de discusiones reservadas en La Habana junto con las cuestiones de política rural, la participación política de los futuros desmovilizados y el resarcimiento a las víctimas.

En Bogotá, la oficina de prensa de la Fiscalía General informó que el presidente Santos estaba reunido en la casa de gobierno con el fiscal general Eduardo Montealegre tratando entre otros temas el levantamiento de las órdenes de captura vigentes en contra de los negociadores rebeldes.

En la conferencia también estuvieron presentes los embajadores de Noruega, Venezuela y Chile, que acompañarán el proceso.

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