¡Hola!
Puedes iniciar sesión,
si no tienes cuenta crea una
publicidad

Portada » Nacional
 
actualizado 27 de diciembre 2013
El año 2013 se llevó a la eternidad a Gabriel Estrada Valdez
Por Melba Altamirano
Translate

foto
En sus casi 20 años de desempeño en la institución, el compañero Gabriel Estrada cultivó el cariño de todos sus compañeros de trabajo y personas que lo conocieron. “Todas las mañanas lo saludábamos con un beso, un abrazo y un apretón de manos”, recuerda Yohana Rivera, Responsable de Recursos Humanos del Instituto de Altos Estudios Judiciales, donde Gabriel se desempeñó como responsable del departamento administrativo.

Yohana lo recuerda como un hombre amoroso con sus hijos, que le gustaba bailar, “recuerdo cuando bailaba El Viejo y La Vieja y también nos contaba chistes”.

Al licenciado Joaquín Talavera, rector del Instituto de Altos Estudios Judiciales, le tocó el momento más difícil; él se encontraba en el hospital cuando los médicos anunciaron su muerte. Tuvo la leve esperanza de que tras el paro cardíaco volvería en sí, “me alegré, creyendo que había vuelto en sí, pero ya no tenía signos vitales. Ese momento que viví fue impactante”, refiere.

Gabriel sería pronto nombrado el jefe del departamento de Formación Docente del IAEJ, un sueño que no pudo hacerse realidad. Francisco José Berríos trabajaba en la misma oficina con Gabriel. “Entramos en el mismo año a trabajar en la Corte en 1995 y más que amigos éramos como hermanos. Él tenía algo que salía de repente de su mente y nos hacía reir. El martes (18) que me dieron la noticia, prácticamente enmudecí, sentí una cosa en todo mi cuerpo y hasta ahora tengo fuerzas para hablar de él”.

Recuerda Francisco que lo último que hizo fue una caricatura del señor que a diario le llevaba los periódicos y se la entregó con su firma Gabriel E.V.2013, “esto lo voy a guardar para siempre”, le dijo el voceador, quien el día en que falleció todavía andaba en su bolsa la caricatura que con mucho cariño le hizo “mi hermano Gabriel”, comentó entre lágrimas su amigo y compañero de oficina.

Berríos dijo que Gabriel era la máxima expresión de la ética, de la moral, lo que le dio la autoridad para impartir los cursos que sobre el Código de Ética impulsa la Corte Suprema. “Era un hombre honesto, trabajador, con un gran amor a su familia, a sus compañeros de trabajo, quienes siempre lo llevaremos en nuestros corazones”.

El diario La Jornada insta a los lectores a dejar sus comentarios o quejas al respecto del tema que se aborda en esta página, siempre guardando un margen de respeto a los demás. También instamos a reportar las notas que no sigan las normas de conducta establecidas. Donde está el comentario, clic en Flag si siente que se le irrespetó.


©2012 La Jornada. Una empresa del grupo Arévalo-Garméndez. All Rights Reserved.