BRASILIA - La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hizo el envío del Ejército y promulgó un decreto para hacer un refuerzo de apoyo a las provincias de Espítiru Santo y Minas Gerais, que desde hace días son azotados por fuertes lluvias que provocaron al menos 39 muertos y unos 53.000 evacuados.

En zonas alejadas, han sido aisladas debido a la inundación de carreteras, los vecinos no quieren abandonar sus hogares a pesar de estar amenazados de derrumbe.

Un contingente de 170 efectivos del Ejército llegó a Espíritu Santo desde Rio de Janeiro, para colaborar con las tareas de rescate de heridos, brindar un respaldo en la distribución de medicamentos y garantizar el orden público ante el temor de que comiencen los saqueos.

Los militares serán enviados a algunas de las localidades donde fue declarado el estado de emergencia y harán labores junto a una misión de la Fuerza Nacional de Seguridad, integrada por policías de elite de varios estados.

"Firmé una medida provisoria para agilizar el envío de recursos federales y dar soporte enfrentar los desastres naturales en municipios y estados", anunció hoy la presidenta Rousseff.

Con el decreto, publicado ayer en el Diario Oficial de la Unión. "las víctimas de las tragedias naturales tendrán una asistencia más rápida y esto ayudará a que las autoridades locales puedan planificar mejor sus estrategias", agregó.

En las últimas horas el cuadro de situación no ha brindado señales de mejora en los estados de Espíritu Santo y Minas Gerais, ambos en la región sudeste del país, donde se incrementó a 39 la cifra de víctimas fatales, pero las autoridades estiman que ese número podría ser mayor debido a que hay zonas a las que no pueden llegar los socorristas.

En Espíritu Santo, el cuarto menor estado de la Unión con 45.000 kilómetros cuadrados y 3,5 millones de habitantes, ya aumentó a 21 el número de víctimas, 50 de sus 78 municipios fueron declarados en emergencia ya que están prácticamente cubiertos por las aguas y unas 50.000 personas tuvieron que ser evacuadas.

Rousseff hizo un sobrevuelo en algunas zonas de Espíritu Santo el martes, tras lo cual impartió instrucciones a sus ministros Alexandre Padilha, de Salud, Celso Amorim, de Defensa y al jefe del Ejército, general Enzo Martins Peri.

"Lo más importante es salvar vidas, ahora el factor más importante es la vida humana y el Ejército tiene una gran capacidad para tareas de rescate; He visto una cantidad de agua exagerada, impresionante ", dijo Dilma.

En tanto Renato Casagrande, gobernador de Espíritu Santo, señaló que el temporal que sacude a su estado desde principio de diciembre es el mayor acontecimiento climatológico de la historia.

En Santa Teresa y otras pequeñas localidades de las sierras de Espíritu Santo algunos vecinos prefieren permanecer en sus casas, pese al riesgo de que se inunden por completo, porque se teme que haya una onda de hurtos, como ha ocurrido en la región serrana de Rio de Janeiro, estado vecino, durante las lluvias de 2011.

"Nuestra mayor preocupación es lo que pasa en la costa de los ríos, hay muchas casas amenazadas de derrumbe y la gente no quiere salir" dijo el teniente de la policía Gregorio Rocha Venturim.

Si bien este jueves salió el sol al mediodía en Vitoria, la capital de Espíritu Santo, los especialistas estiman que habrá nuevas precipitaciones por lo menos hasta el fin de semana debido a la presencia de "un canal de humedad" difícil de disipar en el corto plazo.

En tanto Defensa Civil de Minas Gerais reportó que Maria Concepción Araparecida do Nascimento, de 56 años, fue retirada sin vida en la madrugada de hoy de una vivienda destruida por la tempestad en el barrio Jardim Natal de la ciudad de Juiz de Fora, y con ese desceso suman 18 las víctimas fatales en esa provincia.

En Minas Gerais, un estado de de 560.000 kilómetros cuadradazos y 20 millones de habitantes, las lluvias afectaron a 79 municipios, siendo que los más castigados están en la región este, fronteriza con Espíritu Santo.