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actualizado 9 de septiembre 2013
Muere último colaborador de Adolf Hitler
Estuvo con el cuando su jefe se suicidó
Cables
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» En la foto Rochus Misch, quien fue el último más cercano del ex dirigente nazi.

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BERLIN - El último dirigente considerado incondicional de Hitler, Rochus Misch, con acceso directo al búnker lugar se suicidó el "fuhrer" el 30 de abril de 1945 en concordancia con Eva Braun, falleció el jueves de la semana pasada en su casa de Berlín después de una larga enfermedad. El señor era de 96 años y fue el último testigo de los últimos días de Hitler momentos antes de que terminara la guerra.

La información de la muerte de Misch, quien estaba siempre con Hitler como el "jefe", fue divulgada por el coautor de su autobiografía, Burkhard Nachtigal. Habitó desde 1938 en una pequeña casa al sur de Berlín. "La familia estaba con él cuando falleció", brindó los detalles el agente Michael Stehle.

Misch permaneció por cinco años junto a Hitler (1940-1945) sobre todo en las últimas horas antes de cometer el suicidio. Fue custodio, secretario, telefonista y testigo de los últimos momentos de la vida del fundador del nazismo.

De sus recuerdos junto al "fuhrer" redactó el libro "El ultimo Testigo" de 2009 y otro precedente, "Era el custodio de Hitler". Su experiencia fue utilizada también en la película de la israelí Yael Katz Ben Shalom, El último testigo.

Siempre se consideró sólo un soldado que había seguido con su deber en guerra. El "jefe" no era un monstruo ni su opuesto: "no era un superhombre, era un hombre muy normal", escribió.

En tantos testimonios vertidos, Misch detalla también la pasión de Hitler por los chistes con connotaciones sexuales y por su perra Blondi. La vida en el búnker "era mucho menos dramática de cuando relatan historiadores y periodistas. Lo peor era el silencio, todos susurraban y ninguno sabía el porqué, por eso parecía el búnker de la muerte".

Misch relató que en el búnker había una atmósfera de obituario. El suicidio no fue una sorpresa: "todos esperaban el disparo" del "fuehrer". En una entrevista hace años a una agencia internacional, Misch relató la escena luego del suicidio de Hitler y Eva: El, sentado y con la cabeza sobre una mesa, ella a su lado. "Los vi con mis propios ojos", dijo Misch, que entonces tenía 28 años.

Según relató, cuanto el Ejército Rojo se encontraba a pocos cientos de metros del búnker, Hitler se despidió del personal e hizo la solicitud de no ser molestado.Entonces, le pidió al secretario Martin Bormann que su cuerpo fuera cremado para no terminar como Mussolini. Hitler y Eva entraron en su departamento y cerraron la puerta. Poco después, luego de que alguno dio el alerta, Misch abrió la puerta "y los vi".

Misch permaneció un par de días en el búnker hasta que Goebbles lo licenció con estas palabras: "hemos sabido vivir, también sabremos morir".

Entonces, el incondicional de Hitler desconectó la central telefónica y el 2 de mayo de 1945 se fue hacia la Friedrichstrasse. Fue capturado por los soviéticos y detenido nueve años en un campo de prisioneros.

Luego regresó a su casa de Berlín, donde vivía desde la primera guerra y donde falleció ayer.

Nacido en 1917, Misch siempre dijo que nunca estuvo interesado en la política y jamás fue miembro del partido nazi, pero que los festejos en los Juegos Olímpicos de 1936 lo impresionaron.

Interesado en tener un buen empleo, ingresó en una unidad militar de formación (Verfuegungstruppe) que fue transformada sucesivamente en la SS. Su primer encuentro con Hitler lo recuerda así: "estábamos a un metro: tenía frío, tenía calor, tenía todo", pero siempre vio al dictador como un hombre.

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