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OPINION
La Jornada
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Solo pasa en las películas 

La verdad es que nunca me han gustado las películas de superhéroes, sin embargo, ésta de Batman, debo admitir, le quedó bastante chula a Christopher Nolan

POR RODRIGO SOLÍS
ACTUALIZADO 7 DE AGOSTO DE 2008

A estas alturas del verano, supongo que todos habrán visto la nueva película de Batman, El caballero de la noche. Los que no, pues no sé que esperan, dejen de leer esta columna y vayan corriendo al cine a verla, es de esas pelis que bien valen la pena verla en pantalla gigante acompañada de un descomunal vaso de refresco para hidratarte, digo, casi tres horas sentado sin beber líquido puede ser peligroso para la salud.

La verdad es que nunca me han gustado las películas de superhéroes, sin embargo, ésta de Batman, debo admitir, le quedó bastante chula a Christopher Nolan y a todos los involucrados. Y más allá de la genial actuación de Heath Ledger interpretando al Guasón, tres fueron los puntos que llamaron poderosamente mi atención, los cuales enumero a continuación:

1. El gordito de la séptima fila: En la fila de adelante, un gordito como de diez u once años, no más, le explicaba a sus otros amiguitos que ya existía otra película de Batman. "Una en la que el Guasón es un viejito, el viejito que sale haciéndole de viejito loco en esa película de Adam Sandler… Locos de ira", decía feliz de recordar el nombre de la película el gordito cinéfilo. Admito haberme horrorizado. Primero, porque fue hace casi dos décadas cuando fui con mis amigos al cine a ver Batman (tenía casi la misma edad del gordito y sus amiguitos), la que dirigió Tim Burton; y segundo, porque las nuevas generaciones de niños ven a la leyenda viviente Jack Nicholson como un viejito alocado. Y, ¿saben algo?, tienen todo el derecho de verlo como un viejito alocado. Digo, no sé si fue la huelga de escritores o el calentamiento global o los huecos de la capa de ozono, pero todos los grandes actores (o casi todos) se han dedicado a hacer las peores películas del universo, o sea, vayan a la sección de estrenos del videoclub y le darán la razón al gordito en vez de reprimir el impulso de saltar a la butaca de enfrente y reventarle un par de cachetadas por llamar viejito alocado a Jack Nicholson.    

2. Batman está loco: Repito. Nunca me han gustado las películas de superhéroes. Llámame amargado o diga que no tengo ese niño interior que supuestamente todos llevamos dentro, pero no me trago a un hombre disfrazado en pijama combatiendo al crimen organizado, que ignoro por qué, también se empeña en usar pijamas. Sin embargo, como bien dice mi buen amigo y gran caricaturista Juanito Magaña, Batman está loco. Completamente loco, incluso más loco que el más loco de sus adversarios. Bruno Díaz (para mí siempre será Bruno Díaz) es un chiflado multimillonario que nunca superó el asesinato de sus padres y que en vez de disfrutar a lo grande la fortuna que heredó (no sé, tal vez yéndose a las Bahamas igual y supera sus traumas el pobre hombre), prefiere ahogar sus penas empijamándose y aniquilando a todos los malhechores que las corruptas e ineficientes autoridades de ciudad Gótica no pueden arrestar. Quizás por eso me ha gustado mucho esta última película de Batman. Es un duelo encarnizado para definir quién está más chiflado: él o el Guasón, o sea, el bien o el mal.

3. Las bromas del Guasón: Imagina que estás tranquilamente veraneando con tu familia en un crucero rodeado de honorables familias mexicanas, y en eso, escuchas una voz extraña por el altavoz del navío. La voz es la de un lunático que asegura ha puesto una bomba en el barco. También, explica el loco, ha colocado otra bomba en un crucero donde viajan otras no tan honorables familias mexicanas, que navegan a pocas leguas de distancia de donde viajas con tu familia. El chiflado los reta a un juego. "La regla es simple, señores. Los capitanes de ambos barcos encontrarán debajo del timón un control remoto que activa la bomba de la embarcación que no comandan. El primero en oprimir el botón evidentemente se salvará. Si ninguno de los capitanes o tripulantes se anima a oprimir el botón en exactamente una hora, ambas embarca…". ¡Kablaaaaaaam!

Sospecho que si el Guasón existiera en la vida real, no se divertiría mucho haciendo sus bromas en México.

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