Lesotho, Bolivia y Nicaragua tienen un ingreso por habitante  similar, pero se diferencian de manera muy pronunciada por la prioridad  relativa que asignan al Gasto Publico en Educación.
 
Nicaragua es el país que menos prioridad asigna a la inversión  pública en educación. En 2006 destino el equivalente al 4.7% del PIB al Gasto  Publico en Educación, y el equivalente al 12% del PIB per cápita al Gasto por  alumno de la enseñanza primaria. Apenas destino cerca del 5% del PIB per cápita  al Gasto por alumno de enseñanza secundaria.
 
Bolivia, por su parte, destino el equivalente al 7% del PIB  al Gasto Publico en Educación, el equivalente al 16% del PIB per cápita al  Gasto por alumno de la enseñanza primaria y el 13% del PIB per cápita al Gasto  por estudiante de enseñanza secundaria.
 
Finalmente Lesotho dedico el 13.4% del PIB al Gasto Publico  en Educación (2.85 veces por encima del porcentaje del PIB que dedico  Nicaragua), 24.2% del PIB per cápita (2 veces el porcentaje de Nicaragua) al  Gasto Por Estudiante de enseñanza primaria y 13.4% (2.7 veces el porcentaje de  Nicaragua) al Gasto por Alumno de enseñanza secundaria.
 
De este modo, es evidente ser un país pobre no predetermina  de manera  mecánica y absoluta el grado  de prioridad relativa que se asigna al Gasto en inversión publica en el capital  humano de los niños, adolescentes y jóvenes. Países igualmente pobres pueden  asignar una prioridad relativa muy diferente a la inversión en el futuro de los  niños y adolescentes, es decir, en el futuro del país.