Todo parece indicar que a pesar de tanto fervor  izquierdista manifestado en las elecciones paraguayas del 20 de abril, el drama  campesino paraguayo seguirá sin solución por tiempo indefinido a pesar de que  los hombres del teólogo de la liberación Fernando Lugo ya controlan al gobierno  y la prensa paraguaya.  
           
            Mientras la prensa adicta al imperio sigue insistiendo en que apoyó la  candidatura de un “obispo de los pobres” y teólogo de la liberación tercermundista,  a gritos pide mano dura con los campesinos sin tierras y achicamiento del  estado, así como adhesión a las imposiciones imperialistas de Washington que  descargan sobre el Tercer mundo sus malos augurios, ya que el descalabro  bursátil afectaría el intercambio comercial de los productos primarios. Ante la  coyuntura, en defensa de sus intereses, el imperio llama a revisar los cambios  competitivos y a ceder ante la presión inflacionaria y los precios  internacionalizados, que sin lugar a duda aumentarán los costos nacionales y  frenarán el desempeño económico a propósito de continuar subordinados y  satelizados.  
                 
              En tanto en el paraguay real y profundo el dirigente de la Organización Campesina  de Misiones (OCN), Ignacio Vázquez Guirland, fue detenido este miércoles por  "invasión de inmueble" , habiéndose librado también una orden de  captura para otras 12 personas que están siendo cazadas como animales por los  bosques.  
             
            Estos labriegos, en un ejemplo de que la criminalización de la lucha social  continúa en Paraguay, han sido procesados como criminales en el marco de una  investigación fiscal tras la ocupación de una propiedad de 350 hectáreas,  pertenecientes a un opulento ganadero que las cedió a un empresario brasileño.  
    
              Los desesperados sintierras ya habían ocupado en tres ocasiones esta propiedad,  implorando que les ayuden a realizar cultivos orgánicos y de esta forma  terminar con las letales fumigaciones de cultivos de soja, girasol y maíz que  realiza el arrendatario extranjero. 
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              Tras la última ocupación, realizada la pasada semana, el fiscal Alder Ferreira,  de la Unidad 1  del Ministerio Público de San Ignacio, imputó a más sintierras , que se sumaron  a los 5 imputados ya tras la segunda ocupación perpetrada en la propiedad del  ganadero. 
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              De esta manera son 17 los imputados por reclamar un pedazo de tierra para  cultivar, y la mayoría está con orden de captura, por orden del juez Víctor  Poletti. Mario Talavera, otro de los imputados y con orden de captura,  dirigente de la OCM,  anunció que entre el jueves o viernes con sus asesores jurídicos presentarán  pedido de medidas alternativas.      
    
              Otro desesperado grupo de 80 productores de arroz del distrito de Santa María  ingresaron a una propiedad de 1.500 hectáreas perteneciente al también  productor de arroz Antonio Terabayashi. El hecho se registró en la compañía San  Fernando, donde los pequeños productores aducen que la citada tierra es un  remanente fiscal. La ocupación duró pocos minutos hasta que llegaron los  represores a desalojarlos con toda la brutalidad imaginable.  
             
            Lejos de todo el dolor de los labriegos, el recientemente electo obispo de los  pobres y héroe de la izquierda latinoamericana ( además de sobrino del agente  de la CIA Epifanio  Méndez y pariente de directivos de USAID), el clérigo Fernando Lugo, celebraba  su fiesta de cumpleaños en compañía de sus acólitos en la residencia de Luís  Aníbal Schupp, cuyo nombre se menciona insistentemente como futuro ministro del  Interior.  
             
            Viene al caso señalar que Luís Aníbal Schupp es un antiguo funcionario del  régimen neo nazi de Alfredo Stroessner, que en sus apariciones públicas  defiende airadamente al dictador y reivindica los logros del militar que  gobernó con sangrientas represiones en Paraguay por 35 años y se constituyó en  la década de 1970 en pieza clave del Operativo Cóndor. Schupp es recordado por  haber causado estragos con su autoritaria conducta en varios lugares donde fue  asignado como sátrapa por Stroessner, entre ellos la movediza frontera  paraguayo-boliviana, una de las más permeables del mundo en materia de  narcotráfico, tránsito de armas y contrabando de todo tipo. 
    
              La presencia de Schupp, que también es conocido en Paraguay por su manifiesto  desequilibrio mental, y sus manifestaciones incoherentes, integrando el entorno  del obispo, ha generado temores entre los activistas por los derechos humanos y  trastornos dentro de las jerarquías policiales y de las Fuerzas Armadas. Sucede  que envanecido por su proximidad al obispo, Schupp deambula armado por la  ciudad creando desmanes diversos, escoltado por dos vehículos todo terreno  atiborrados de matones y guardias armados que siembran el terror entre la  población. Con frecuencia se presenta en lugares públicos y exige a los  uniformados que montan guardia que adopten la posición de firmes y le presenten  armas. 
    
              Por si fuera poco, hace unos días ingresó a la escuela de policía y exigió que  toda la dotación de la unidad se presente ante él, para pasar revista a las  atemorizadas tropas. Demás está decir que el personaje en cuestión promete mano  dura para las ocupaciones de tierras que realizan los desesperados y  hambrientos campesinos en el interior del país.  
   
              La candidatura de un energúmeno semejante al ministerio del Interior no es  producto del azar, sino del espíritu reaccionario que anima a amplios sectores  de la sociedad, entre los que se cuentan los propietarios de medios y  periodistas destacados que tienen facturas que presentar al nuevo gobierno. 
    
              Por su parte el frente del obispo ha presentado como su máximo especialista en  reforma agraria a Carlos Alberto González, un antiguo colaborador del régimen  neo nazi y pro-Washington del general Alfredo Stroessner desde el parlamento y  como convencional constituyente en 1967. Simultáneamente, se ha iniciado un  desfile de técnicos reformistas extranjeros que vienen a dar consejos al  obispo-presidente, evidenciando la total improvisación y carencia de ideas  entre los hombres de su entorno para superar el agudo problema campesino creado  en gran parte por los monocultivos de soja transgénica, un gran negocio para un  puñando de traficantes extranjeros, que perpetúan la economía primaria y  monoproductora padecida por el Paraguay desde épocas coloniales.  
   
              Precisamente, uno de los hombres considerados como eminencia gris del obispo y  líder de un grupo financiado por USAID, el médico Aníbal Carrillo, en un panel  organizado por el conocido periodista y abogado Adolfo Ferreiro se manifestó  tolerante con el modelo agro-exportador y defendió el modelo de la republiqueta  sojera. Otro de los hombres cercanos al obispo, Ricardo Canese, es un férreo  defensor de las políticas energéticas de George W. Bush desde sus espacios en  la prensa ultraderechista. Al mismo tiempo, los miembros del equipo económico  en el nuevo gobierno han sido seleccionados entre los tecnócratas de cerebro  lavado en el norte, como el agente del FMI Dionisio Borda, nominado entre el  aplauso del empresariado y del embajador norteamericano James Cason.. El jefe  de militar de mayor confianza y futuro ministro de defensa es un general  formado en las escuelas de golpistas del norte donde dieron sus primeros pasos  pundonorosos soldados y humanistas austeros como Videla, Pinochet y Stroessner.  
    
          Suficientes cartas hay puestas sobre la mesa, en fin, como para sospechar que  la tan mentada “victoria de la izquierda” en Paraguay es apenas un triunfo más  de la soja, el dólar, la espada y la cruz.  |