| POR GUSTAVO  GARCÍA | 
         
        
          | ACTUALIZADO 13 DE NOVIEMBRE DE 2008 | 
         
        
          Creo que al escribir estas cortas líneas  para mi blog me valgo de un derecho totalmente válido. Sin embargo el longevo  Humberto Rubin se valió inválidamente  de  su averborragicado micrófono al cortar la entrevista con el sacerdote Palacios  diciéndole algo así como… "anda entonces a matar brasiguayos"… y le  "cortó" nomás su biberóncrófono. 
  
El prepotente  cancelamiento ocurrió hace tres días. El  tema; un discurso dicho por el ensotanado Palacios enmarcado dentro de la  Teología de la Liberación, según "examinó, determinó, juzgó y  condenó" el nuevo Garzon paraguayo. 
  
La entrevista manejada con prudencia y  tolerancia por el sacerdote terminó por enfadar al barboso el que con  otro exabrupto le espetó al sosegado clérigo  algo parecido a (como sea, la intención y alusión fue innegable) "… si los  del Vaticano tienen unas 8 o l0 mil fábricas porque no le reclamas a ellos para  que te paguen la tierra de la reforma agraria…" 
  
La bravuconada humbertística es bastante  extraña en él, hay que reconocerlo. Si bien la de ahora no está exenta -mas  bien está llena- de ignorancia, grosería, extemporaneidades y otros etceteras,  lo que lo recoloca entre los ancianos malhumorados y pichados  vaya a saber por que motivo. Cuando se picha  es un impuakable (inaguantable) 
  
Claro que en él, una especie de Vito  Genovese (me refiero a que es una especie de maestrote de caudillezco trato  como de encriptados e inescrutables vínculos) no cabe el indisimulable error de  querer malquistarse con el Vaticano, despechado por su nula dialéctica ante la  simple lógica del sacerdote. Si no recurrió a Jerichó (para derribarlo al  clérigo) es porque cree que es una serie de cable, no mas luego. Seguro que no  sabe ni leyó lo de las trompetas. Lo lamento. Es que entre el  saber y el ignorar siempre se interpone el  Muro de la crematística o sea la adoración del Becerro de Oro. | 
         
        
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