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ACTUALIZADO 2 DE OCTUBRE DE 2008
 
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El Sí ecuatoriano y sus consecuencias

Una característica de los gobiernos del periodo democratizante post-1978 en Ecuador era su inestabilidad y los constante choques entre el ejecutivo y legislativo

POR ISAAC BIGIO Texto más grande Texto más pequeño Texto más grande

Según los primeros sondeos en el referendo ecuatoriano del domingo 28 entre el 65% y el 70% de los votos fue por el Sí a la constitución propuesta por el presidente Correa. En cambio, solo uno de cada cuatro sufragios habría sido por el No.

Datos preliminares sostienen que el Sí habría ganado ampliamente en la costa, la sierra y selva (reducto del opositor ex presidente Lucio Gutiérrez) y también en Guayaquil (cuyo alcalde Jaime Nebot es la principal autoridad de la derecha).

Correa ha alcanzado una victoria que le coloca en una mejor posición que sus aliados Daniel Ortega (quien llegó a la presidencia de Nicaragua con solo un 38% de los votos), Hugo Chávez (quien perdió por un 1% en el referendo constitucional de diciembre) y Evo Morales (quien, si bien obtuvo un 67% de respaldo en el referendo, perdió en  2 de los 9 departamentos, los mismos que se le han levantado).

Mientras la oposición venezolana se siente con viada y la boliviana percibe que tiene el respaldo electoral del oriente, la ecuatoriana puede haber perdido en las 24 provincias.

La carta magna de Correa no contempla nacionalizaciones ni medidas muy radicales. Sus contrincantes no le han podido acusar (como en Venezuela) de querer perpetuarse eternamente en el poder o de querer ‘socializar’ a las FFAA o a la economía y tampoco (como en Bolivia) pueden azuzar un fuerte autonomismo regional (pues habrían perdido en Guayas, donde, además, nunca se han atrevido a buscar un grado de poder regional como lo ha hecho Santa Cruz).

Una característica de los gobiernos del periodo democratizante post-1978 en Ecuador era su inestabilidad y los constante choques entre el ejecutivo y legislativo, lo cual produjo la caída de varios mandatarios.  Correa ha logrado una carta magna a su medida y con un nivel de respaldo mayor al de sus más inmediatos predecesores.

Mientras la oposición ha quedado mal parada, habrá socialistas que plantearán ‘profundizar el proceso’ e ir hacia medidas ‘revolucionarias’ que planteen afectar no solo a la partidocracia tradicional, sino a lo que ésta denomina como la ‘oligarquía’.

Correa, mientras tanto, pretenderá utilizar los resultados, para consolidar su régimen mostrando a la derecha que debe aceptar la legalidad y a posibles radicales que deben aceptar su mando. 

El referendo ecuatoriano alentará a la izquierda colombiana, peruana e iberoamericana. Tanto Chávez como Evo buscarán sacar provecho: el primero para ganar las elecciones regionales de noviembre y el segundo para aislar a los autonomistas orientales e imponer su carta magna.

Ecuador no es un país con un peso importante en la política global, pero los resultados de su referendo no dejan bien parada a la estrategia internacional ni a la imagen electoral de los republicanos de EEUU. En momentos en que Mc Cain ha querido aprovechar la expulsión de sus embajadores de La Paz y Caracas para atacar a Obama de querer dialogar con Chávez, el triunfo correísta podrá ser utilizado por los demócratas para querer mostrar que la política externa dura de sus rivales no ha hecho más que fortalecer la ola zurda en su ‘patio trasero’.      

Diásporas

La Constitución que Ecuador ha adoptado trae muchos puntos a debatir. Uno muy importante -y que no ha sido tan destacado- es el del rol de los migrantes.

América Latina ha tenido cientos de cartas magnas, pero la ecuatoriana es la primera en que en su redacción participaron asambleístas electos por sus diásporas. De los 130 constituyentes, 2 representaban a los ecuatorianos que viven en Europa, 2 a los de Norteamérica y 2 a los de Sur y Centroamérica.

En la nueva Carta Magna se contempla una bancada para sus nacionales del extranjero, tal como hoy pasa en Italia.

El porcentaje asignado a la diáspora en la nueva Asamblea Nacional es el más alto que conocemos en algún Parlamento del mundo (un 5%), aunque muchos quisieran que se aumente, pues más del 10% de los ecuatorianos vive fuera de su patria.

Colombia es la única república americana donde la diáspora elige a su congresista (el cual es uno de 267 congresistas: 0.4% del Parlamento).

De todas las diásporas latinoamericanas, la peruana es la que más vota (pese a que hay 3 veces más mexicanos que peruanos residiendo en el extranjero), pero siempre ha votado por los congresistas de la muy distante Lima (a la cual muchos expatriados ni conocen).

Hoy en el extranjero pueden votar argentinos, brasileños o venezolanos, pero no chilenos o bolivianos.

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