Si buscas ciudades asfixiantes sin una libre brisa ni el abrazo de verdes montañas; si las quieres atascadas entre el ruido y la polución, repletas de abigarrados edificios altos que nos roban la “azul inmensidad”. Entones, Managua no es el lugar indicado para viajes de negocios o paseo. Aquí “…el viento, / lleva esencia sutil de azahar”.

Managua y toda Nicaragua es, más bien, el destino de quienes aprecian la tranquilidad, los espacios abiertos, la simpatía y alegría de la gente. Es para quienes aman la libertad y la dicha de escoger entre lo bueno y lo bueno.

Tranquila, segura, ofrece un amplio y auspicioso clima de inversión, con ofertas muy atractivas y competitivas para la industria inmobiliaria. La modernidad no se presenta aquí apabullante ni amenazante. Armoniza con la naturaleza, dando valor agregado a lo ya invaluable. Se expande, brillante, entre lagos, dormidos volcanes, cafetales, “verso, perla, pluma y flor”.

Puedes tener todo lo que encuentras en las grandes urbes. Teatros, museos, cines, plazas comerciales, discotecas, confortables hoteles, restaurantes, librerías, etcétera. Sólo que en Managua sientes que te pertenecen.

Encuentras en funcionarios y empleados del Gobierno a verdaderos servidores públicos. Tuve la oportunidad de entrar en contacto con varios funcionarios del Estado y tratamiento y atenciones recibidos fueron de primera. Fueron con rostros todo lo asequibles, cooperadores y amables que esperas encontrar en ejecutivo, público o privado.

De igual forma, encontramos en empresarios del sector privado la misma simpatía y actitud positiva, propiciadora de un ambiente auspicioso para las mejores relaciones amistosas y de negocios.

Si hace falta hallar afinidades que unan al pueblo nica al dominicano, basta saber que Santo Domingo de Guzmán, nombre que honra nuestra capital, es también el patrono espiritual de Managua, ciudad que guarda los días primero y diez de agosto para celebrar.

La verde Cofradía con sus lagos, Masaya artesanal y alegre, Granada con su historia y Festival de la Poesía, la alta y rica Matagalpa, Estelí con hermosas mujeres, la Universitaria León, todas nos invitan a cantar, como Darío, “Margarita está linda la mar…” Gracias, Nicaragua, por el abrazo, tan natural y cálido que nos das.

(*) Dominicano, periodista y experto en comercio exterior.