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actualizado 14 de sept. 2011
Afganistán: punto de encuentro de intereses imperiales
Afganistán, en muchos aspectos es un estado tan sólo nominalmente
Por Gustavo Adolfo Vargas*
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De las costas del Mar Negro a la frontera China, en el centro de Asia, emerge una zona gris: los frágiles Estados de Transcaucasia y Asia Central, son objeto de una feroz competencia; por el petróleo del Mar Caspio, el gas de Turkmenistán, el algodón de Uzbekistán, el oro de Kirguistán y otros importantes recursos naturales.

Oficialmente la República Islámica de Afganistán, es un país sin salida al mar ubicado en el corazón de Asia. Considerado generalmente como parte de Asia Central, limita con Pakistán al sur y al este, Irán al oeste, Turkmenistán Uzbekistán y Tayikistán al norte, y la República Popular China al noreste.

Las grandes potencias del siglo XIX: la Rusia zarista y la Inglaterra imperialista, en 1985 instauraron los límites definitivos de Afganistán, creando en ese entonces un Estado que sirviese de amortiguador entre Rusia y la India dominada por los británicos.

A fin de proteger su Imperio de la India, de un factible expansionismo zarista, Gran Bretaña buscó asegurarse de que no compartiere una frontera con Rusia, demarcando de consenso los contornos del actual Afganistán, lo cual le permitió ser de los pocos países fuera de Europa, que conservó su independencia durante la era del imperialismo europeo. Empero, ello impidió el desarrollo del nacionalismo afgano, cuya ausencia es evidente, pues no existe un sentimiento compartido entre sus ciudadanos de pertenecer a una Nación única.

En esa región del mundo, la importancia geopolítica de Afganistán, es esencial para los intereses estratégicos de los Estados Unidos; hay que recordar que su situación geográfica la ha condicionado tanto a lo interno como en el exterior. Esa parte de Asia Central, hasta las orillas del mar Caspio, ya es considerada una de las reservas petrolíferas más ricas del mundo, comparables a las del mar del Norte, tan sólo superadas por el Oriente Próximo.

Particularmente es abundante en esta región del mundo, el gas, considerado vital para que las potencias de occidente continúen progresando, Estados Unidos, pretende ocupar aquí un rol preponderante, especialmente en Turkmenistán, con recursos inmensos en petróleo y sobre todo en gas, donde una compañía norteamericana ya ocupa el primer lugar, para orientar los recursos hacia el Océano Índico a través del territorio afgano, hasta las costas paquistaníes.

Los Estados Unidos, intentan impedir en esta región el restablecimiento de una potencia similar, a lo que fue la Unión Soviética. Por ende, trata de reducir en lo posible la presencia e influencia rusa en el área; reorientando a las repúblicas musulmanas ex-soviéticas hacia el suroeste o el sureste, o sea, Turquía o Pakistán, los dos pilares de la estrategia norteamericana en ese confín del mundo.

Occidente depende del petróleo del Oriente Medio y tal dependencia aumentará en los próximos años. Parece conveniente para los países capitalistas occidentales, diversificar sus fuentes desplazándose hacia una región que antaño estuvo bajo el control de la URSS. Con la irrupción de los Estados Unidos en Afganistán, es evidente que un nuevo equilibrio se ha implantado en Asia.

Aún así, no se puede desdeñar los intereses de la India, el segundo país más poblado del planeta, con un acelerado crecimiento económico que mira con sumo recelo: el reforzamiento de la posición de Pakistán en su papel de delegado del Imperialismo norteamericano; de China que es el país más poblado y con un futuro promisorio, destinado a jugar un rol importante en esa región del mundo; sin olvidar a Rusia, la heredera del Imperio Zarista e Irán, el antiguo guardián del Golfo Pérsico.

Contra Afganistán han complotado la historia, la geografía y la economía evitando que una sociedad tribal se transforme en un Estado nacional multiétnico. Su territorio montañoso ha moldeado comunidades aisladas en las que unos desconfían de los otros. Su economía, un sistema medieval de subsistencia agrícola, produce muy pocos excedentes comercializables. Sus ciudadanos tienen exiguo contacto con su gobierno, a nivel local o nacional.

Inherente a este tipo de sociedad campesina y atrasada, es la característica falta de cohesión social, las perpetuas disputas intertribus, las eternas vendetas que se heredan de padres a hijos, y de hijos a nietos. Dicho comportamiento, conforma las relaciones interétnicas e intertribales dentro de cada grupo; una barrera insuperable al desarrollo de una sociedad tolerante y armoniosa en una nación multiétnica.

Enclaustrado por los otros países fronterizos, cada uno de sus cuatro principales grupos étnicos mira más allá de sus fronteras para nutrirse de los vecinos que comparten su etnia: los afganos tayikos se enfocan en Tayikistán; los afganos uzbekos hacia Uzbekistán; los afganos pashtunes, hacia sus hermanos pashtunes en Pakistán; los afganos hazaras que es la minoría religiosa shiíta, hacia sus correligionarios que son mayoría en Irán.

No resultará fácil con tal trasfondo, forjar una verdadera Nación y un gobierno razonablemente duradero en Kabul, en donde se sientan representados todos y cuya autoridad se imponga en todo el territorio.

Realmente, el vacío es mucho más profundo y se remonta en la historia. Sería olvidar los intereses estratégicos de los otros países limítrofes, como China e Irán, las ex - repúblicas soviéticas (Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) al igual que la India, el eterno rival de Pakistán.

Afganistán, en muchos aspectos es un estado tan sólo nominalmente, convirtiéndose un protectorado de los Estados Unidos y la OTAN, que corre el peligro de desintegrarse. Se ha erigido como primer proveedor ilegal de opio en el mundo, es una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional), Pakistán (incluido en Asia meridional), el oeste (Oriente Medio), Irán (incluido en Oriente Medio) y el norte (países de la antigua URSS).

A lo largo de la historia, la región fue invadida por varios pueblos, incluyendo los árabes, griegos, persas y turcos, británicos, estadounidenses, mongoles y soviéticos; ha sido un histórico cruce de caminos para la India, Irán y Asia Central, lo cual ha repercutido sobre su civilización y ha hecho que Afganistán sea un punto de encuentro de intereses imperiales.

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