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actualizado 21 de octubre. 2011
Venezuela en el nuevo orden geoeconómico mundial
Definitivamente, el Siglo XXI ha declinado la hegemonía absoluta de los países Industriales
Por Gustavo Adolfo Vargas*
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El Mercado Común del Sur, Mercosur, es la quinta economía del mundo en términos de PIB, detrás de Estados Unidos, China, India y Japón, y por delante de Alemania. Venezuela ya es miembro del bloque subregional, lo cual supone un significativo cambio en el nuevo orden geoeconómico mundial.

Venezuela cuenta con abundante petróleo, diversos tipos de energías, alimentos, mercado interno, creciente poder adquisitivo, aceptable desarrollo industrial, un territorio sin conflicto bélico, solidez democrática y reglas políticas claras. Todo ello la consolida como otro eje en el policéntrico mundo del Mercosur e importante pieza del engranaje global.

La nueva reconfiguración regional origina dos importantes efectos: internamente y externamente a saber: en primer plano, los tres grandes países Sudamericanos se asocian comercialmente generando una potencial dinámica de intercambio mercantil, complementariedad productiva, integración financiera y flujos monetarios sin el dólar.

Es un avance de lo que se aproxima con el arribo de dos pequeños, pero importantes países en términos político-económicos, energéticos y geoestratégicos: Bolivia y Ecuador. Si Paraguay torna a la democracia, sería el siguiente.

De esta forma, Sudamérica, en el amplio marco de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, y tras la desintegración fáctica de la Comunidad Andina, CAN, queda dividida en dos bloques ostensiblemente antagónicos en cuanto a sus relaciones externas, propuestas de patrón económico y régimen acumulativo.

Por un lado, estaría Mercosur, y por el otro, la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México), marginada por la pérdida de preferencias arancelarias en el progresivo comercio intrarregional, que optan por seguir subordinados a Estados Unidos, manteniéndose en una economía de plataforma estrecha y sufriendo las consecuencias.

En segundo plano, Mercosur avanza para posicionarse como gran polo económico y político, reasentándose más soberana y estratégicamente en el mundo, modifica las relaciones con el Norte, y trama alianzas más justas con las economías emergidas.

La relación con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sur África) es fluida, porque Brasil forma parte de esa alianza, y Argentina está oficialmente invitada a la próxima reunión del 22 de septiembre de 2012, donde adoptarán las bases de la creación de su Banco.

La conexión Mercosur-BRICS es fundamental por la importancia de estos en la esfera mundial; el Fondo Monetario Internacional reconoce que al concluir 2012, los BRICS aportarán el 56% del crecimiento de la economía mundial, mientras que el G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) será responsable sólo del 9%.

Está conformado por tres gigantes y un país pequeño, con proyectos fuertemente nacionales, y la integración supondrá una especie de juego-acuerdos en diferentes ámbitos con beneficios generales sin grandes fluctuaciones. Es la cúspide del rechazo al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y a la política económica continental de los Estados Unidos.

De incorporarse Ecuador y Bolivia y vuelve Paraguay, habrá gran diferencia entre países grandes y pequeños, y el reto es evitar una división del trabajo al estilo europeo que concentre el valor agregado en algunas economías en detrimento del resto.

La entrada de Venezuela, en el contexto de una economía mundial que presenta fuertes turbulencias, sin duda es un paso muy importante, que promete beneficios para el país convirtiéndolo en parte de un proceso integracionista que amortiguara tales efectos, brindando una oportunidad histórica de posicionamiento y liberación que cierra el ciclo iniciado con las rupturas del régimen colonial de dominación hispana del Siglo XIX.

Así pues, el Mercosur se amplía con el potencial energético aportado por Venezuela. Las reservas con las que cuenta (unos 298.000 millones de barriles de petróleo, sumado al cálculo de 1,8 veces más en el golfo de Venezuela, limítrofe con Colombia) le dan valor agregado al potencial agrícola, pecuario e industrial con el que cuenta el bloque subregional.

Definitivamente, el Siglo XXI ha declinado la hegemonía absoluta de los países Industriales como: Estados Unidos, China, India, Rusia y la Unión Europea, cuyo rol protagónico transita hacia la puerta de salida del sistema mundial.

El quid del asunto estriba en conciliar todos esos proyectos nacionales-populares, por la vía de una integración justa y enriquecedora pese a las divergencias, y, ojalá no sea el caso, por la instauración de un modelo único merco-suriano de desarrollo impuesto por los más grandes y poderosos.

* Diplomático, jurista y politólogo

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