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actualizado 24 de octubre. 2011
Assange, Ecuador e Inglaterra, los cables de la contradicción
Apena ver que en un mundo que se dice civilizado se persiga de tal manera a Julián Assange
Por Francisco Endara D.
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Los ciudadanos del mundo en estos momentos ya deben estar enterados, si no conocían, que existe un país llamado Ecuador. Un país que ha sido un ejemplo a seguir en cuanto a libertad de expresión y Derechos Humanos se refiere. Al menos, esa es la propaganda.

Pero más allá de las emociones exaltadas y de ese sentido de que el país defiende a un “héroe” internacional, valdría la pena sentarse y reflexionar un poco sobre lo sucedido.

Assange comenzó su proyecto, Wikileaks, con el fin de transparentar la información. Sí, la idea era que Wikileaks se convierta en un medio por el cual el mundo conozca acciones poco éticas de empresas privadas y de gobiernos. Pero según mi criterio, en el camino se exageraron algunas situaciones, pues se divulgaron secretos de estado que comprometerían seriamente no solo a los gobiernos sino la seguridad de sus ciudadanos. ¿A usted le gustaría que alguien entre a su correo electrónico o a la computadora de su oficina, se robe su información y la publique (sus fotos familiares, su dirección, teléfonos, los mails a su novia, esposa, etc”) en Internet? Ah! Ahí ya cambia la cosa! Cuando nos toca a nosotros, ya no nos gusta. Yo solo me pregunto ¿qué pasaría si en los Wikileaks se hubiese difundido correos electrónicos y toda la información respecto a los manejos del poder y demás situaciones de quienes ocupan hoy el gobierno ecuatoriano?

Me parece legítimo que los ciudadanos conozcan el manejo que hacen los funcionarios de gobierno con la confianza depositada en ellos. Lo que me preocupa es que valiéndose de un derecho legítimo, la libertad de expresión y de información, se divulgue información que ponga en riesgo la vida de ciudadanos de otro país, personas como usted o como cualquiera, que nada tienen que ver en los odios e ideologías personales.

Y hablando de libertades: Llama la atención que luego de la visita del dictador Lukashenko a Ecuador se pidiera la orden de prisión contra un capitán del ejército bieloruso quien habría estado con estado de refugiado en Ecuador, por denunciar actos de corrupción de su gobierno. Llama la atención que la primera entrevista que realizara Assange fuera a Hasan Nasralá líder de Hezbolá, grupo reconocido como terrorista. Llama la atención que en Ecuador, donde se aprueba un reglamento por el CONATEL que permite al gobierno saber los nombres y las IP’s de cada computador, se de asilo al fundador de Wikileaks quien habría recibido apoyo de uno de los ingenieros de Google con el fin de proteger al máximo la identidad de quien envíe información a sus manos. ¡Que contrastes!

Hablando de contrastes, ¿hay que recordar a los periodistas insultados, perseguidos, las radios que han sido cerradas, la persecución a la revista Vanguardia, Teleamazonas, entre otros? Hay que recordar también que en nuestro Ecuador, donde se dice defender la libertad de expresión existen más de 200 acusados por “terrorismo” simplemente por defender sus ideas o como en el caso del 30S, acusados por defender aquel día la libertad y transparencia de la información. ¿Irónico no?

En todo caso, apena ver que en un mundo que se dice civilizado se persiga de tal manera a Julián Assange, inventándole acusaciones de violación con el fin de llevarlo a enfrentar una posible pena de muerte. Apena ver que Inglaterra haya emitido un comunicado amenazando ingresar a la embajada ecuatoriana, idea desatinada que parecería provenir mas bien de uno de nuestros iluminados, revolucionarios e inexpertos burócratas del servicio internacional. También apena ver la situación, ya complicada de Assange, y que se use la misma con fines propagandísticos y electoreros. Pues, si realmente les interesaba la seguridad de Assange se habrían previsto escenarios como la no concesión del salvoconducto y se habría buscado alguna otra solución, en vez de permitir que Assange viole leyes de Gran Bretaña al dejar su arresto domiciliario.

Solo para concluir cabe resaltar lo que muchos no ven todavía. Assange es el resultado de los abusos de poder de los gobiernos, tanto de quienes lo persiguen como del gobierno que podría usar la imagen de Assange con fines electorales. Y no metamos a la soberanía en esto, cuando el Ecuador depende de los ideales del presidente Venezolano, o de las influencias cubanas o iraníes, o de los préstamos chinos con altos intereses, porque cuando de Estados Unidos o Inglaterra se trata, ahí si parece que somos bien soberanos.

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